sábado, febrero 25, 2012

Antitaurinos carnívoros: ¡porque sí se puede ser hipócrita!

Carne, carne...

La lucha rabiosa emprendida por los antitaurinos en derredor al mundo del toro entraña el sentimentalismo romántico de aquellos quienes, defendiendo sí a los animales por encima del hombre, aparecieron en Europa como organización animalista el siglo pasado.

En un estudio muy serio sobre el filósofo Arthur Schopenhauer, Safranski anota que el pensador de Danzig, certero contra la humanidad y amante de los animales, fue el primer caso de animalismo en el país bávaro y probablemente en toda la Europa ilustrada.

En cualquier caso, lo animalista nunca había sido ni una constante ni un sistema, como ahora pretenden venderlo los furiosos e indignados que piensan como homo sapiens precisamente al haber éste comido carne cocida. La Alemania del siglo XX, la que vomita el Nazismo y el animalismo, la que protege a los animales por orden del vegetariano Hitler y martilla las barracas de Auschwitz, tiene mucho de aquel romanticismo velado de Schopenhauer en su orientalismo budista y odio a los humanos.




Antis... en Mérida, a la vuelta de la esquina fueron a comer la buena carne...

Cuando la tauromaquia intentó, vía Francia, entrar en Alemania, los bávaros se indignaron y resistieron cualquier intento de hacer Toro, recordando, eso sí, que su pensamiento tenía poco de taurino; recordando, eso sí, a Schopenhauer. La antitauromaquia y todos los movimientos que conjuga en su cruzada empezaron así a ser financiadas por alemanes y holandeses animalistas, asunto aún presente, pues los antitaurinos manejan cifran elevadísimas para sostener sus actividades (tarros de pintura color rojo, invasión multitudinaria de foros en la red por pocos, pagados y dedicados día y noche a vilipendiar la fiesta, pancartas, pendones, política.) con el muy ilustre y muy lúcido precedente de Arthur Schopenhauer.

Sorprende, acaso estemos hablando del mismo Schopenhauer del inolvidable Parerga y Paralipomena, el mismo que se lamenta de un hombre en Hamburgo que regañara a un pescador por su crueldad, armado de discurso animalista y una salchicha alemana en la mano. Lo que dice Schopenhauer es certero: primero debemos luchar contra las salchichas, luego contra guerra.

Lo mismo podemos decirle a los antitaurinos: primero luchen contra las salchichas, luego contra los Toros!!

Porque tampoco nos pueden vender la conmovedora invención de su vegetarianismo y su animalismo: los antitaurinos herbívoros son una minoría, los carnívoros: la mayoría. Porque en un foro o en la calle siempre que se le pregunte a un anti por su dieta va a decir: Sí, como carne, pero no es carne torturada. O bien: sí como carne, porque la necesito para vivir. O también: sí, como carne, pero no voy al matadero a ver como matan la vaca.

Toro ante la muerte en el solitario matadero municipal..

Pues deberían, ante todo, ir a los mataderos o a las fincas de ganadería intensiva, sería un desafío intelectual y moral saber cual de las dos es más degradante, humillante e inhumana para una res: si el remedo de existencia que supone su nacimiento y vida en un hacinamiento aberrante (se calcula que una res de ganadería intensiva tiene como espacio vital (dos metros cuadrados, dos), el desmedido uso de hormonas para engordarle, la sentina donde, de tener espacio, se revolcaría en sus propias heces que le llegan hasta media pierna, su transporte en camiones repletos de mierda y otras reses, si eso o su sacrificio en frío

De las condiciones del toro de lidia no voy a referirme para no repetirme, pero sabido es que nunca jamás va a tener comparación la vida y muerte humillante de una res y la vida y muerte de un astado bravo.

El tema aquí hay que dejarlo claro: quienes odian la tauromaquia, lo hacen por el supuesto maltrato al animal en el ruedo. Con qué suficiencia moral, con qué autoridad, con qué juicio que se compadezca de la inteligencia humana, van a poner justificar que subsidien al año la muerte de 20 reses pero se extiendan a la vez como plañideras por 6 toros en una tarde? Acaso las reses de la ganadería intensiva difieren en algo del Toro bravo? Si los reproches a la fiesta derivan de nuestra actitud hacia el animal, qué actitud conservan ellos, sino es la hipócrita de consumir carne y hacerle pistola a los animales que sí necesitan de la queja y el auxilio de ellos.?

Cómo pueden acallar sus consciencias? Se me olvidaba que la antitauromaquia, especialmente en Venezuela y Colombia, es un ejercicio de consciencia: contrario a lo que se piense, no la genera, la acalla. Cómo puede ser la ganadería intensiva y el consumo de carne hipócrita de parte de los antis algo que difiera de la tortura en vida y muerte a un animal? Son preguntas que compete a otros contestar, si es que quiere hallarse respuesta alguna que no sea esta: HIPOCRESÍA.


Apiñadas nunca ven la luz del Sol, triste realidad.. y ellos trnnquis no dicen nada...

Los toros libres en las fincas..

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