Se pagan hasta 500 euros por un boleto en un cartel que cuenta con la máxima figura actual, Roca Rey
Se prevé una jornada de tensión entre aficionados y antitaurinos, que han convocado una protesta a la hora de la corrida
El Regreso de los toros a la Monumental Plaza México reactiva la economía con 30.000 empleos
Por. Victor Merlo
La Fiesta brava volverá este domingo a la Monumental de México después que en diciembre del año pasado un fallo de la Corte Suprema anulase la suspensión que pesaba sobre uno de los recintos taurinos más importantes del mundo. Esta semana el máximo tribunal notificó la sentencia que autoriza reanudar corridas. Sin embargo, todavía un juez federal debe opinar sobre el fondo del asunto y por eso la continuidad de las mismas se encuentra en vilo.
Después de 623 días sin actividad, en la corrida de este domingo participarán los matadores Joselito Adame, Diego Silveti y Roca Rey, enfrentándose a seis toros de Tequisquiapan, de la casa de Fernando de la Mora.
Habrá tensión en el ambiente. Entre la afición taurina mexicana se conoce que, de un momento a otro, un nuevo giro judicial pudiera suspender las actividades de la Plaza México y de ahí que se ha desatado un intenso frenesí por conseguir boletos para la corrida, al punto que en ciertas reventas de boletos se llegarán a pagar hasta 500 euros por asistir.
En lo grupos ambientalistas y de protección de derechos de animales alistan protestas en las que prometen movilizar cientos de personas a la Plaza México para este domingo, de modo en que, mientras tienen lugar las corridas, fuera de la Plaza habrá manifestaciones contra las mimas. Por esto los organizadores alistan un fuerte despliegue de seguridad. Según pudo conocer ABC, temen que haya un enfrentamiento entre detractores y promotores de la tauromaquia. Estos últimos, debe decirse, también se están congregando por redes sociales.
Por si no fuera poco, la fiesta brava genera 30.000 empleos y los afectados por el veto a las corridas también pudieran confrontar a los grupos animalistas. Se trata de vaqueros, veterinarios, proveedores de medicamentos y alimentos, matadores, novilleros, picadores, puntilleros, banderilleros, taquilleros y vendedores de flores, entre otros.
El Gobierno mexicano guarda silencio al respecto. Andrés Manuel López Obrador se había pronunciado a favor de organizar una consulta popular para decidir el futuro de las corridas en la capital pero en la semana previa al regreso de la Plaza México no ha emitido opinión alguna. López Obrador nunca ha criticado abiertamente la fiesta brava.
Y es que se trata de una tradición de fuerte arraigo en la capital mexicana, ciudad que el presidente gobernó antes de llegar a su cargo actual. En febrero la Plaza México cumplirá 78 años. Fue inaugurada en 1946 y tiene una capacidad de 41.000 personas, pero en las corridas de mayor expectación ha llegado a reunir 48.000 aficionados.
El diputado Jorge Gaviño, quien por años ha defendido las causas a favor de los derechos de los animales, ha promovido en el Congreso capitalino tres iniciativas contra las corridas de toros. No han prosperado por la falta de apoyo de sus colegas legisladores. «A medida que la sociedad va avanzando, que la sociedad va entendiendo que los seres sintientes sienten dolor y angustia, los apoyos van mermando», dijo Garviño al asegurar que las nuevas generaciones de mexicanos ya están conscientes de esa realidad. Es por eso, asegura, que «cada vez tienen menos seguidores las fiestas bravas».
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