Contando con el apoyo de todos los entes
Por. Rubén Darío Villafraz
Si bien es cierto que la organización de un festejo taurino recae en un empresa taurina que a su vez esté representada por un taurino de solvente y acreditado prestigio, no menos lo es, que debe a su vez contar con el apoyo de múltiples factores para que un evento de esta magnitud tenga el éxito esperado. No es un espectáculo cualquiera, como muchos pensaran, pues es un evento que a la vez de contar con la “suerte” de la climatología, tambien lo es el reunir al unisonó elementos variados como criterios o exigencias de toreros asi como la venia que los toros a lidiarse embistan, según las cualidades y precedentes que esos astados traigan de origen. En fin, compleja la cosa…
A tenor del tema que nos atañe, la Feria del Sol 2024, debería desde ya llamar la atención, entendiendo los precedentes de los años 2022 y 2023, años donde se ha entrado en una marcada recuperación del serial taurino en cuanto a calidad de festejos ofrecidos por las empresas taurinas Hermanos Rodríguez Jauregui y Hermanos Manfredi López, quienes tomaron el traumático legado dejado por Ramguertauros, el cual fue durante las poco más de cinco ediciones que organizó un galimatías de errores y desaciertos que por poco y llevan al despeñadero el mayor evento ferial taurino emeritense.
En síntesis, no solo las empresas de los Rodríguez Jauregui y Manfredi López son los únicos responsables del éxito de una cita tan compleja como el “Carnaval Taurino de América”, pues para que ello suceda debe estar incluida la participación activa y pasiva de dos entidades gubernamentales importantísimas como son la Gobernación del Estado y la Alcaldía del Municipio Libertador. Cada una con sus atribuciones legales, debe poner su “granito de arena” para llevar a buen puerto lo que sin duda alguna es el evento de masas más trascendental que cuenta la ciudad de Merida en el calendario.
La Gobernación del Estado, en la persona del actual regente, el joven Jehyson Guzmán, quien asumiría funciones desde diciembre de 2021, atañe que mínimo dos semanas antes de la temporada de Carnaval, Merida como estado, cuente con un surtido de combustible, servicio eléctrico y gas doméstico asi como vialidad apropiada para motivar al turista adentrarse en las bellezas y bondades que cuenta no solo el casco central emeritense donde se lleva a cabo como epicentro de masas las corridas de toros, tambien otros municipios que servirían de marco para ese visitante que no solo vendría ver “toros”.
Queda allí la tarea Sr. Guzmán un elemento que ha dejado en el “debe” en estas dos últimas ediciones, de allí los resultados de asistencia que se hayan registrado en el coso taurino, pues poco motiva para el aficionado o taurino encontrarse con las engorrosas y penosas colas de surtido de gasolina. Ojo con eso, donde por cierto la gestión de Coremer (quien se encarga del cuido y mantenimiento de la plaza de toros), ente bajo su responsabilidad se anota un triunfo de “puerta grande” tras recuperar en tiempo récord y bajo un criterio cónsono unas instalaciones que se habían abandonado por espacio de más de 15 años de discutidas gestión de sus predecesores.
En el caso de la Alcaldía del Municipio Libertador, en la persona del igualmente joven burgomaestre Jesús Araque, no solo la recaudación de impuesto por importe de boletas vendidas sería su tarea, aparte de la que atañe a lo estrictamente taurino, en este caso con la designación del palco presidencial que rige los festejos, otros menesteres de logística previa, durante y después de cada corrida lleva la responsabilidad del órgano con más inherencia en el devenir del buen desarrollo del espectáculo.
Como usted podrá observar estimado lector, el éxito artístico y económico de un evento de tanta envergadura y elementos a tomar en cuenta como lo es el “Carnaval Taurino de América” implica más que solo el sabor a triunfo de toros y toreros… Por detrás de ellos hay un entramado del cual a final y al cabo se beneficia entera la ciudad, aun cuando usted no lo crea, pues dinamiza el comercio y todo lo que embarga una ciudad turística y universitaria como nuestra Merida querida…
Este domingo, la plaza de toros de Mérida arriba a 56 años de historia y vida taurina
Sería un 8 de diciembre de 1967 cuando en horas de la nublada mañana emeritense entraría en otro ámbito la historia taurina de la ciudad. Se dejaba funcional para el planeta taurino con un cartel de lujo por la tarde del día siguiente, uno de los ruedos de mayor trascendencia en el calendario taurino venezolano, y una de las citas feriales de referencia en la temporada americana, a tal punto de llevar denominación de origen propia, pues en ella desde hace 53 años (1969) se escenifica el que se le ha llamado el “Carnaval Taurino de América”, o lo que tradicionalmente se le ha nombrado la Feria del Sol.
Aquella mañana del 8 de diciembre de 1967 todo estaba preparado para que los toros colombianos de don Achury Viejo (Benjamín Rocha) y Félix Rodríguez fueran lidiados al día siguiente, sábado 9 de diciembre de ese año, por los espadas César Faraco y los españoles Manuel Benítez “El Cordobés” y Francisco Rivera “Paquirri”.
El detalle que la tromba de agua caída a pocas horas de comenzar ese sábado el festejo, anegó el ruedo y dejo la inauguración formal pospuesta para la mañana del día siguiente, domingo 10 de diciembre de 1967, cuando finalmente se partió plaza y dio comienzo a la gran historia que alberga nuestra bella y coqueta plaza de toros merideña.
De esta tarde inaugural tenemos que el primer toro lidiado se llamó «Merideño», N° 608 de 432 kg del hierro de Rodríguez; el primer capotazo lo dio César Faraco; la primera vara la ejecutó el picador venezolano Rigoberto Bolívar; el primer par de banderillas las colocó Carlos Saldaña (+); la primera oreja fue cortada al quinto toro del festejo, «Campanero», N° 84, concedida a “Paquirri”, bajo la organización empresarial del todopoderoso Manolo Chopera.
Ese mismo día por la tarde, Paco Camino corona el primer gran triunfo en esta plaza al desorejar al segundo astado de su lote, al lado de Curro Girón (oreja) y Julio Aparicio, además del rejoneador Juan Cañedo, despachando toros de Ambaló.
Por su Patio de Cuadrillas y con un aforo aproximado en sus escaños de poco más de 16.500 espectadores cómodamente sentados, han desfilado la mayoría de máximas figuras del toreo del último medio siglo y con ello también lidiados las más encopetadas ganaderías nacionales, colombianas, mexicanas y españolas, lo que llena de orgullo, pues ha sido testigo su afición de triunfos han dado seriedad y trascendencia al toreo local y nacional, en una época.
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