El toreo según Álvaro Acevedo. El periodista y editor de
'Cuadernos de Tauromaquia' analizó en Alfaro la estructura de la fiesta y el
periodismo taurino
Pablo García/diario La Rioja. Álvaro Acevedo protagonizó en Alfaro la
última de las ponencias del ciclo del Club Taurino gracias a una conferencia en
la que el periodista sevillano hizo gala de su ya legendaria independencia y de
esa forma suya tan peculiar de hablar sin pelos en la lengua:
“No
quiero ser apocalíptico" avisó al comienzo; y si es verdad que no lo fue, el caso es que se
entretuvo en ir detallando una por una las principales amenazas que vive el
toreo (como dato conviene señalar que no se habló de ningún enemigo externo ni
ninguna conspiración universal antitaurina).
Y
en esta imaginaria cúspide del despropósito, Acevedo situó a las cuatro familias que monopolizan el mercado
taurino (Matilla, Casas, Choperita y
Chopera):
“Yo no los llamaría exactamente empresarios; de
hecho controlan las principales plazas, pero además a muchísimos toreos (varias
de las principales figuras), son ganaderos y en su defecto compran camadas de
muchas divisas incluso desde añojos. Estas cuatro familias controlan el 95% de
los festejos y tanto poder es muy dañino porque su interés va mucho más allá de
que se llenen las plazas de toros, lo que funcionan son las comisiones, que la
plaza esté vacía les da lo mismo”.
Y
puso un ejemplo, el de Toño Matilla,
que puede facturar cada temporada una cantidad no inferior a las cuatrocientas
comisiones: “Apodera directamente a José María Manzanares,
Diego Ventura, Juan José Padilla, y El Fandi, e indirectamente a otros diestros
y rejoneadores. Tiene ganaderías, plazas, participa en la confección de muchos
carteles en los que tienen la capacidad de influir en los empresarios de estos
cosos y no permitir la entrada de otro tipo de toreros que no están en el
sistema. Además, tres de esas empresas: Matilla-Casas-Choperita se han unido en
una especie de 'tridente' con el que dirigen la plaza de Madrid ahondando con
más fuerza en la actual perversión del modelo”.
Y
Acevedo quiso dotar de actualidad a
esta opinión argumentándolo con los recién conocidos carteles de Sevilla: “Es increíble que toreros tan mediocres como El
Fandi o El Cordobés actúen en la feria y se queden fuera diestros con mucho más méritos.
El empresario de Sevilla no hace esto pensando en el aficionado de La
Maestranza, lo hace para defender sus intereses”.
El periodismo taurino.
El
panorama que dibujó en el periodismo taurino tampoco fue mucho más positivo: «Es
imposible seguir la actualidad taurina a través de un medio generalista, en los
que se cubren algunas ferias perdiendo el sentido lineal de las temporadas. En
Internet los portales tienen que mantener como sea la publicidad, que en la
mayoría de los casos es del sector y eso genera una pérdida sustancial de la
credibilidad. Además, se paga muy mal y prolifera el cronista amateur».
Álvaro Acevedo habló también de su versión como editor en la
revista 'Cuadernos de Tauromaquia', una publicación absolutamente
exquisita en la que se cuidan tanto los textos como la puesta en página y las
fotografías:
“De momento sé que voy a seguir todo 2013. No
sé si voy a ser capaz de aguantar. Estoy muy orgulloso del trabajo, aunque es
tan duro que hace poco tiempo una gran figura me dijo que si no era rentable
publicarla por qué no había tomado la decisión de cerrarla”
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