Existen muchas definiciones para entender qué es el valor en el toreo...
En las Escuelas taurinas, los Maestros con la paciencia que les caracteriza, enseñan desde como tomar los trastos, doblarlos, limpiarlos y hasta como remendarlos, les enseñan lances, pases, también enseñan modales, desde los andares tanto en la plaza como en la calle; de cómo tomar los cubiertos para comer en público, también enseñan la técnica del toreo...
Por ahí dicen, que no hay una cartilla escrita para enseñar a tener valor, ni tampoco hay otra, que enseñe humildad; pero como el miedo es libre, -por experiencia- diría que un buen ejercicio respiratorio, con la técnica aprendida, aunado a una buena preparación mental y física se puede adquirir aquella dosis de valor faltante, lo suficiente para ser torero, notable en la profesión, quizás figura del toreo y porque no un buen ciudadano.
Describiendo una de las gráficas captadas este viernes 26 de abril, en la plaza de toros Monumental “Román Eduardo Sandía” de Mérida, en el ejercicio que se programó para los niños de la Escuela Taurina, vemos como el alumno, antes de ir a la cara, -que por supuesto no se ve en la foto- camina con paso firme, seguro, la muleta por delante, bien colocado, centrado con voz y movimiento de muleta, cita a la vaquilla, la cual ya había embestido a los otros alumnos, mostrando que por el pitón izquierdo se venía directo al cuerpo y por el derecho se recostaba un poco, el niño que ya había leído la condición de la vaquilla, prefirió quedarse quieto, sin mover un pie, aguanta firme el achuchón de la vaquilla, que se le venció hacia las canillas, sobrevino el revolcón y cuando todos creían: “paticas para que te tengo”, el alumno sin mirarse la ropa de nuevo fue la cara! Y, me dicen que antes, en otra vaquilla, otro alumno también hizo lo propio. Eso es tener valor y a toda prueba
Destacar el talento, valor donde unos lucen con más actitud y adelantados que otros, quizás, por ahí uno pudo haberse rajado, pero pronto más adelante, seguro que va a la cara; todos han pasado la exigente " prueba de valor", -si es que se les puede llamar así-
Para la inquietud de padres y amigos de los alumnos, que quieren ver a un Marco Pérez, paciencia que el camino es largo y apenas se empieza.
Quisiera dar nombres, ser zalamero con los muchachos de la Escuela Taurina, ensalzarlos con la respectiva coba, tal cual la nueva ola, que los críos no han salido del cascarón y ya los suben en pedestales de cristal.
Los parabienes y felicitaciones es para todos los que hicieron posible la clase práctica!
Por ahí ya se oyen pasos para otra…
Hoy el que debe estar orgulloso es el recordado Maestro Humberto Álvarez, el iniciador allá por los 70 con la enseñanza en la plaza de toros de Mérida, su legado sigue avante, aunque la Escuela, por asuntos que no vienen al caso, ahora no lleva su nombre,
No hay comentarios:
Publicar un comentario