Suertematador.com/fotos.Emilio Méndez. Espectacular y muy celebrado resultó el recibo capotero de El Zapata, a la postre el triunfador de la corrida, al tercero de la tarde. Varias largas cambiadas en los medios y una peculiar media fueron la carta de presentación de un torero que cuidó mucho en varas a su antagonista y que con las banderillas tomó los seis palos de una vez para ejecutar dos pares al violín y uno por los adentros sin solución de continuidad volviendo a enervar los ánimos del respetable y dando una aclamada vuelta al ruedo a la conclusión del tercio. Brindó la faena de muleta al empresario y ganadero Juan Huerta y comenzó su trasteo en los medios con varios pases cambiados por la espalda. A partir de ese momento y pese a la voluntad del matador azteca, bajó el nivel de la emoción por el poco fuelle del astado, que perdió las manos en varias ocasiones. Con los aceros, se le fue la mano abajo. Pese a ello se le pidió la oreja que fue concedida.
Con el bonito quinto no pudo brillar de salida El Zapata, que con los palos ejecutó en los medios el par de calafia pero que no completó los siguientes con la continuidad que hubiera deseado. Volvió a comenzar su faena de manera espectacular con el pase del imposible vaciado con una arrucina en el que a punto estuvo de ser volteado. El toro fue el mayor bondad y clase del festejo pero no fue un dechado de fortaleza, lo que impidió la ligazón del trasteo. En esta ocasión mató en buen sitio y el juez volvió a concederle una oreja.
El veterano Manolo Mejía, que anunció su decisión de no volver a banderillear, acertó a templar las embestidas de su primero, sobre todo toreando sobre la diestra pero al trasteo, de más a menos, le faltó continuidad y eso fue algo que no agradó a la afición de Insurgentes. Pasaportó al burel de una estocada trasera pero efectiva. Con el cuarto, al que castigó mucho en el caballo, apenas si pudo levantar el vuelo de su labor ante un animal agarrado al piso, de poca clase en su embestida y al que toreó muy al hilo del pitón. Volvió a matar de manera eficaz.
Manuel Jesús "El Cid" confirmaba su alternativa en la Monumental once años después de convertirse en matador de toros en Madrid. Tras recibir con buen son al toro "Armilla" de El Nuevo Colmenar, Manolo Mejía le cedió la muerte de un ejemplar cómodo de pitones que hasta ese momento apuntó nobleza. Brindó al público el torero de Salteras que cuajó un buen principio de faena, especialmente en un cambio de mano en el tercio y en los pases de pecho de las dos primeras series por el pitón derecho, lado por el que el toro tendía a acostarse, defecto que también acentuó por el izquierdo. El Cid, a base de oficio y buena técnica, tapó los defectos de un oponente que además se apagó pronto. Mató de una certera estocada y saludó una ovación.
El sexto fue un toro que lucía un llamativo pelaje berrendo y que derribó con estrépito en el tercio de varas. Manseó en banderillas poniendo en apuros a las cuadrillas y resultó imposible por deslucido y orientado, abreviando El Cid, que acto seguido regaló el sobrero de Marrón, protestado de salida. Al diestro sevillano no le importó tal circunstancia y se puso a torear en redondo, ejecutando los muletazos de mejor factura y profundidad de todo el festejo, especialmente sobre la mano izquierda, corriendo la mano con largura y empaque. El final de faena, más metido entre los pitones, fue de torero valiente, pero
pinchó en una ocasión y escuchó unas cariñosas palmas de despedida.
Ficha: Monumental Plaza México, domingo 4 de diciembre de 2011. Toros de El Nuevo Colmenar, 1º, gazapón, 2º, 3 y 4ºº nobles pero a menos. Un sobrero de regalo, 7º, de Marrón. MANOLO MEJÍA: Silencio y silencio; EL ZAPATA: Oreja y oreja; EL CID, que confirmaba alternativa: Ovación, silencio y palmas de despedida. Entrada: Un tercio de plaza.
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