lunes, noviembre 28, 2011

Lima. Perera vuelve a conquistar Lima al cortar dos orejas a su primer toro


Tomado de: MIguel A. Perera Completa la tarde de Miguel Ángel Perera en Lima. La plaza de Acho ha vuelto a vibrar con el torero extremeño, que hizo una gran faena a su primer toro y se pegó un arrimón de órdago en el sexto. Quedó bien claro que Perera no había venido a Perú a pasearse, mostrando un altísimo nivel en sus dos toros.

La faena de las dos orejas comenzó con un brindis al público al que siguieron dos pases cambiados por la espalda que fueron un excelente prólogo para una faena muy completa. Perera toreó a continuación con trazo largo a un animal justo de fuerza al que cuidó a base de temple. Al público de Acho le impactó sobre todo el ritmo lento que Perera imprimía a sus muletazos. Esa fue una de las claves de la faena y clave del triunfo fue también la inteligencia con la que el torero de Puebla de Prior supo administrar a su oponente.

El final de la faena tuvo el más puro sello 'peredista': cuando el toro perdió recorrido, el torero se metió en su terreno y a base de trenzar muletazos y de ligar circulares se metió al público en el bolsillo. La plaza reaccionó con fuerza a esta expresión de dominio y como el torero remató su labor de una estocada, hubo concesión de doble trofeo. Dos orejas convertían a Perera en primer triunfador de la tarde y le abrían la puerta grande.

Pero el diestro extremeño no se conformó y en el sexto salió a por todas. Lo toreó muy bien con el capote, ganando terreno y templando mucho al toro. En la muleta se encontró con un animal limitado de fuerza al que probó primero en la media distancia, comprobando que al animal le costaba embestir y perdía las manos. Perera fue paciente e inteligente y lo fue metiendo en la muleta a pesar de que el toro era soso y el público comenzaba a impacientarse. Cuando el torero pisó la distancia corta el toro respondió un poco más, lo suficiente para que Perera se pegara un auténtico arrimón y con ello volviera a calentar el tono de los tendidos. Lástima de espada, porque de entrar más en el primer envite podría haber aumentado el número de trofeos.

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