José
Garrido. F. Portal Taurino.
Por. Víctor
Ramírez "Vitico"
La clase
es una cualidad innata en algunos toreros, les da la distinción de lo
auténtico, porque da a cada lance o muletazo ese sello que diferencia lo
sublime de lo común. José Garrido que debutaba en San Cristóbal dibujó con
capote y muleta auténticos carteles de toros.
José Garrido con su
primero, un bello toro muy en el tipo de Los Aranguez, dejó las primeras
muestras de su concepto en unos toreros lances flexionando la rodilla y muleta
en mano hizo gala primero de técnica ya que ante las remisas embestidas aplicó
una perfecta colocación, llevándole en línea recta ante un toro que protestaba con un molesto tornillazo al final
del pase. Luego toreó con exquisito temple y buen gusto, para cortar la primera
oreja. Con el sexto, de Campolargo, toro noble y con clase, Garrido soltó las muñecas
para lancear con gracia y temple a pies juntos, cuajando una faena estupenda
con muletazos largos, tocando con sutileza al noble toro, llevándole con cadencia
para conseguir bellísimos redondos y naturales, salpicados de pases del desdén
y adornos. El público pidió el indulto que fue concedido y Garrido paseó
jubiloso dos orejas simbólicas.
El Oficio. Digno, entregado y torero
estuvo Domingo López Chaves, que se aplicó con oficio para sacar agua del pozo
seco que fue su lote. A su primero a base de experiencia, sapiencia y técnica
le arrancó algunos muletazos buenos cuando le atacó y le cerró las salidas con
la muleta siempre en la cara, es decir hizo alarde de técnica. Con su segundo,
un toro muy soso y apagado, estuvo muy por encima de su oponente,
Álvaro Lorenzo, ha dejado destellos torerísimos
en sus dos toros, ambos parados, tardos, sosos y distraídos. Al primero de
ellos le abrió faena con suaves pases por alto para torear con una técnica
buenísima que tapa con estética y buen gusto. Colocado siempre de forma
impecable, tocando con precisión, fue capaz de enganchar unas arrancadas
tristes y al paso, dándole a cada muletazo majeza y gusto. Muchos méritos que
tiró por la borda con un metisaca. Igual de asentado y con gusto le anduvo a su
segundo, al que toreó con cadencia en varias series de pases armónicos y
estéticos. Todo lo hace en torero este joven diestro. Aunque hubo petición de
oreja no fue otorgada por lo que saludó una ovación en el tercio.
Antonio Suárez ha estado muy digno con su
primero, toro parado y tardo que puso a prueba al venezolano que consiguió
varios pases de buen trazo cuando se decidió a pisar un terreno más
comprometido, dejando el engaño puesto por delante para ligar los pases. Suárez
es un torero elegante, al que lógicamente le falta el oficio necesario para
cuajar este tipo de toros. De no fallar a espadas pudo tener mayor
reconocimiento. El que cerró plaza fue un toro muy deslucido por tardo y
parado, con el que abrevió con la muleta, ante las nulas posibilidades del
astado. Se le complicó la ecuación con la espada y escuchó los tres
avisos.
Ficha de la corrida
Plaza de
toros Hugo Domingo Molina de San Cristóbal. Viernes
28 de enero. Segunda Corrida de Feria.
Poco más
de un cuarto de entrada en tarde fresca. Siete toros de Los Aranguez, bien
presentados en líneas generales, parados, tardos, sosos, complicados. Alguno
incluso sacó peligro sordo. En sexto lugar se lidió un toro de Juan Campolargo,
noble y con clase de nombre "El Leñador" número 257 que fue
indultado. Pesos: 440, 440, 440, 435, 445, 450, 450 y 452 kilos.
López Chaves, de azul marino y oro: Palmas y
silencio.
José Garrido, de teja y oro: Oreja y dos
orejas simbólicas. Salió a hombros.
Álvaro Lorenzo, de tabaco negro y oro: Silencio
y saludos tras petición.
Antonio Suárez, de grana y oro: Saludos y
silencio tras tres avisos.
Las cuadrillas cumplieron bien en líneas
generales, destacando en la brega José
Chacón y un buen par de banderillas de Eduardo Graterol.
Álvaro
Lorenzo se presentó en Venezuela con el toro "Artesano" número 1,
negro bragado meano.
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