Contar para creer (14)
“En los países y épocas en que la comunicación se ve impedida, pronto todas las demás libertades se marchitan. La discusión muere por inanición, la ignorancia de la opinión de los demás se convierte en rampante, las opiniones impuestas triunfan” Primo Levi
Le temo más a lo primero que a lo segundo. La censura de bolsillo es inaceptable desde todo punto de vista, aunque la insolencia del régimen es atroz y más cuando lo hace abiertamente ante los ojos del mundo de manera alienante e inconcebible a la par que se define como un gobierno demócrata con el mejor sistema electoral del mundo que pretende controlar en todos y cada uno de sus niveles.
Es inaceptable la manera extraña y sumisa como la mayoría de grupos informativos y de opinión, en especial algunos de Tovar, bajaron la Santamaría y -"Solo los administradores pujueden enviar mensajes"- a que le temen... que les quiten la beca, la bolsa del clap adicional o la publicidad oficial. Callar en esta encrucijada que vive Venezuela es una cobardía y dejar que la mayoría exprese su opinión por una censura de bolsillo imperdonable. Es oprobioso que con estas actitudes se le haga juego al gobierno, que ejerce una hegemonía comunicacional, exceptuando los medios digitales. Como bien lo expresa Don Mario Vargas Llosa: “Todas las dictaduras, de derechas y de izquierdas, practican la censura y usan el chantaje, la intimidación o el soborno para controlar el flujo de información”
Entiendo que los integrantes de los foros chats no respeten las normas implementadas por los administradores de los grupos de WhatsApp y las diatribas políticas caigan en la ofensa personal, en las descalificaciones, en repetir como loros sin verificar la procedencia de la información, pero eso no da pie a la censura por defender los intereses personales de nadie en particular, sino quieren comprometerse simplemente eliminen los grupos o ejerzan el control sancionando a los infractores.
En lo personal veo con preocupación como muchos administradores de grupos juegan a la doble moral, ante la opinión se presentan como demócratas y desde sus espacios censuran a la oposición y le dan cabida a todo cuanto hace o deja de hacer el gobierno, ¿dónde queda el equilibrio de la comunicación?, igual pasa con los programas de radio donde el setenta y cinco o más por cierto son dedicados a exaltar las bondades de la revolución y a los locutores les cuesta pasar una noticia que invoque a la oposición, lo que evidencia una clara censura de bolsillo o autocensura. Ejemplos sobran, no hace falta nombrarlos, por sus actuaciones los reconoceréis.
/// Néstor Abad Sánchez / La Abadía, julio 26, 2024
nestorabadsanchez@gmail.com
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