El empresario Luis Gandica Villareal de la Feria del Pilar en Barinas, febrero 1969, en triunfal vuelta al ruedo con el estelar novillero William Cárdenas, quien después de una larga y aquilatada faena indultaba el toro “Barines” de la ganadería de Don Luis G.
En Venezuela, sin nada que resaltar, a no ser el festejo de este fin de semana en El Vigía, lo demás que se muestra por ahí, es lo que se copia; se corta y se pega; los opinadores, al parecer andan pendientes, quizás en la campaña electoral...
Es entendible, normal, olvidar fechas, deberes, obligaciones… ahora son numerosos los aficionados, público, seguidores que hacen diversos comentarios sobre posibles signos de alzheimer -que el todo poderoso DIOS del universo, les libre de esa terrible enfermedad- pero ellos y muchos andan observando con preocupación, como editores, administradores de aquellas, paginas, medios de comunicación, olvidan; esos rasgos malignos se agudizan entre periodistas, cronistas, diaristas que alimentan tales páginas, blogs, bitácoras…
Apuntamos que fue el periodista JR “El Tato”, que por informaciones, quizás de la Familia Molina Colmenares, le hallan suministrado la
infausta noticia del deceso del
amigo Luis Gandica Villarreal, este
miércoles, el comunicador, me decía
que estaba recabando información sobre
la vida taurina de Don. Luis, ante
la inquietud, este servidor le fié algunas
notas:
Como aquella, de cuándo Don Luis Gandica y su socio Manuel Martínez “Chopera” -Plaza de Toros, Mérida, sábado 09 diciembre, primera, única feria de la Inmaculada 1967-, estuvieron a un paso de ir presos; pero gracias a la oportuna intermediación del Rector de Rectores de la ULA, Pedro Rincón Gutiérrez, la situación quedó solamente en un convenio, -sin firma de acta- La corrida de inauguración de la plaza, que sería suspendida por lluvia, se pospuso para día siguiente, domingo 10 de diciembre, por la mañana, cartel intacto, aquel día, -sábado 09- había amanecido esplendoroso, con un Sol radiante, pero por la tarde el tiempo cambio a mal; los muchos políticos, autoridades y hasta un cura que por la mañana andaban alegres, llenado botas con variadas bebidas, por la tarde en medio del barrial en el patio de cuadrillas, habiendo vaciado botellas, botas y demás embaces, aquella amabilidad, caballerosidad, buen humor, también cambio a otras caras con palabras altisonantes y con ellas llegaron las amenazas: “…o dan la corrida mañana domingo por la mañana o van presos”…
Tal y como se acordó, la corrida se efectuó, abriendo la mañana el 908, toro de la ganadería colombiana, -menos antigua- de Don. Félix Rodríguez y cinco de Achury Viejo, para César Faraco, Manuel Benítez “El Cordobés” y Francisco Rivera “Paquirri”, el sorteo de los toros fue el día anterior… continua.
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