Por. Freddy Ramírez “Garapuyo”
A poco del toque de clarines y timbales, para el inicio de las corridas de toros de la Feria de San Sebastián, los trabajos de embellecimiento de cada uno de espacios de la Plaza de toros continúan, uno de ellos, cuál tablas de un teatro, previo a una obra, se revisa, de existir algún saliente, astilla o cualquier defecto de inmediato se repara, así tal cual, pasó en las arenas de las grandes emociones de la Plaza de Toros Monumental "Hugo Domingo Molina" de San Cristóbal, que a diferencia de las tablas de un teatro, en las arenas de un coso taurino, la muerte acontece de verdad.
“!Que no quiero verla! Dile a la luna que venga, que no quiero ver la sangre de Ignacio sobre la arena” Federico García Lorca.
Ningún artista vestido de luces está a salvo de accidentes, crudeza, realidad que se vive en cada evento taurino, sobre todo cuando el toro salta a la arena, sería inconcebible, que un percance sea producto de una arena en mal estado.
Los Señores de la Empresa Taurina "Fiesta Brava" lo tuvieron muy claro, no dudaron en renovar la arena, para tal menester convocaron a los mejores que existen en el manejo y mantenimiento de los ruedos de las plazas de toros de Mérida y Tovar.
En contacto breve con el jefe de cuadrilla de areneros de la plaza de toros Monumental de Mérida, Gerardo Álvarez, nos contó que el ruedo pudo haber quedado mucho mejor, sí los arreglos hubiesen empezado en octubre o antes, se comenzó cuatro días antes del 24 de diciembre.
Cuenta Humberto Gerardo, “que había un diagnóstico; la primera labor fue remover el piso para después retirar varios camiones de material, entre tierra, arena no apropiada, hasta unas cabillas encontramos”.
“Se trabajó arduamente, la Empresa Taurina como tal facilitò la labor, la arena que se está manejando se trajo de Mérida, en fin, usted conoce muy bien cómo se hace el oficio”.
Recomendaciones.
Resaltar que los drenajes del ruedo funcionan muy bien.
Para que un ruedo luzca en óptimas condiciones, el manteniendo tiene que ser todo el año, cada tres meses, los areneros que hacen vida en San Cristóbal, que también tienen el oficio aprendido, tienen que remover, aflojar la arena, ver donde se hace pozos de agua, marcar, renovar arena, para después pasar el planchón.
Las arenas de una plaza de toros son para pisarlas, andar sobre ella y si se hace descalzo mucho mejor, en San Cristóbal existe una Escuela Taurina, con una abultada camada de alumnos, ellos tienen que abandonar las lujosas y lisas baldosas para entrenar sobre la arena, antes de tomar los trastos para los entrenamientos, es necesario acondicionar, emparejar el espacio, tomar el planchón pesado, pasarlo por el ruedo -sirve de calentamiento, ejerció para las piernas y brazos- después tomar la manguera y regar la arena aplacando el polvillo y cuando hay hierbas, lo mejor es apartar el teléfono móvil para el deshierbe
Ahora, cuando el toro es un toro de verdad, integro, encastado, enrazado, bravo, no hay pantano, rocas, huecos, baches que le pare y sì al frente hay un torero con tabaco en la vejiga, preparado y dispuesto, todos los terrenos, arenas le sirven para el triunfo.
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