sábado, febrero 25, 2023

ESPAÑA / Etiqueta torera

Por. Antonio Burgos

Se han sorprendido algunos de que Morante acudiera a recibir el Premio Nacional de Tauromaquia de manos de los Reyes vestido con traje corto campero andaluz. Esa es la etiqueta torera: el traje de gala de los matadores. No un traje corto cualquiera de las faenas de campo, con guayabera abotonada sólo en el cuello, pantalón de rayadillo y botos de Valverde.

La gala torera se trata de la quintaesencia elegante del traje campero: chaquetilla corta de una oscura tela noble, muchas veces terciopelo, sombrero de ala ancha y botos de piel fina. Por supuesto que sin corbata, con una buena botonadura de joyería cerrando el cuello, y la pechera de la camisa con chorreras, guarnición de encaje que se pone en la abertura de la camisola por la parte del pecho. (Que por cierto era antes la habitual en los vestidos diarios de torear y que ya se ha perdido y sustituido por la lisa tela blanca de la camisa).

El elegante traje corto de los toreros es como el uniforme de gala del cuerpo al que pertenecen, y antes, con profusión, sustituía a todas las prendas de etiqueta masculina: al esmoquin, al chaqué y al frac. Solía ser la gala nupcial de los toreros. En la boda de Rafael el Gallo con Pastora Imperio, el Divino Calvo iba vestido de corto como galas de novio. Y no sólo en tiempos antiguos. Así, de gala de corto, iba también Francisco Rivera "Paquirri" en su multitudinaria boda con Isabel Pantoja. En su casamiento con Vicky Martín Berrocal, Manuel Díaz "El Cordobés" iba también con estas galas nupciales, igual que muchos otros toreros de todos los tiempos. Ya digo: en las grandes ceremonias no hay mejor chaqué, esmoquin o frac para un torero que su uniforme de etiqueta del traje corto.

El caso más palmario del torero en traje corto de gala frente al resto de los presentes de etiqueta, digamos, civil, lo tenemos en las fotos de la histórica cena-homenaje que los intelectuales ofrecieron a Manuel Rodríguez "Manolete" en 1944 en el restaurante Lhardy de Madrid. Participaron escritores como Agustín de Foxá, José María Alfaro, Alfredo Marquerie, Adriano del Valle, José María Pemán, Francisco Casares o Samuel Ros, que le dedicaron versos y prosas. Todos los presentes iban de esmoquin, como ahora, por ejemplo, es costumbre en la anual cena de los Cavia en la Casa de ABC. Y Manolete siguió la tradición y buen gusto de presentarse a aquel homenaje vestido con un elegante traje corto de etiqueta galoneado de seda y completado con una camisa blanca de chorreras y botonadura de brillantes que contrastaba con los esmóquines de los intelectuales.

 "Saludo al torero más valiente del ruedo; saludo el abanico difícil de tu izquierda, que hace al toro satélite, luna de tu oro antiguo con órbita de estrellas", glosó Agustín de Foxá, uno de los muchos oradores del banquete, junto a Marquerie, Alfaro, Pemán o García Serrano. No cuentan las crónicas que nadie se sorprendiera de que Manolete fuera de etiqueta de corto. Lo sorprendente hubiera sido ver a Manolete de chaqué. Es que ni me lo imagino.

 

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