viernes, enero 28, 2022

SAN CRISTÓBAL. El Pino resurge, puerta grande a su torería

El Pino se lleva la oreja de oro. F. Cepeda

 

Víctor Ramírez "Vitico"

Los toreros tocados por un don son capaces de resurgir de sus cenizas en cualquier momento, para de paso acallar a los agoreros y demostrar que tienen mucho que decir.

En la apertura de la feria de San Sebastián, Marcos Peña "El Pino" demostró que su fino concepto del toreo está en la yema de sus dedos. Fueron muchos los que criticaron su presencia en el cartel después de haber estado en las filas de los toreros de plata un tiempo. Marcos se encargó de cerrar bocas cual ave fénix para dar una noche de toros triunfal.

Con el primero, un toro muy serio al que había que hacerle bien las cosas, "El Pino" acertó a doblarse con él para abrirle los caminos aprovechando las inercias, sobre todo en los primeros muletazos de las tandas. Con su reconocida clase, el torero fue ligando tandas de buenos pases, largos y templados, sobre todo con la mano derecha.

Algún enganchón al natural no fue óbice para bajar el diapasón de un trasteo correcto a un toro encastado, que exigía unas veces que se le ganaran pasos y otras que se le perdieran. La oreja llegó tras una estocada algo defectuosa.

El Pino se ganó el derecho a torear el cuarto y el destino quiso que se encontrara con "Lusitano" número 218, un precioso castaño claro al que lanceó bien a la verónica. Tras un leve picotazo en varas y un solo par de banderillas, "El Pino" abrió la faena con tres torerísimos ayudados por alto y un pase del desdén llenos de clase y buen gusto. Más confiado y seguro, "El Pino" le toreó con temple y ligazón en varias series, que hicieron crecer la intensidad de la faena hasta pedir el público el indulto de "Lusitano". En medio de las dudas, miradas al palco y pases por alto, Marcos Peña dio una superior tanda de derechazos, profundos, estéticos y largos, sin duda los mejores de toda la noche, que curiosamente pasaron desapercibidos por quienes con sus pañuelos pedían el indulto, que llegó tras largo rato. Dos orejas simbólicas y la puerta grande para un torero que dio un golpe en la mesa importante.

César Vanegas se mostró dispuesto y enterado ante un toro encastado. Tras pasar un susto con el capote, banderilleó con exposición, destacando el tercer par al violín quebrando la embestida en los medios. Vanegas hizo una faena firme, entregada, con momentos de buen toreo con la mano derecha, relajado el torero, jugando la cintura y acompañando con el pecho las encastadas embestidas del toro, del que perdió la oreja tras fallar con el descabello.

Nula la suerte de Alexander Guillén que se llevó el toro más deslucido de la noche, astado que con la cara alta y saliéndose suelto fue literalmente un muro ante el que se estrelló un voluntarioso diestro que destacó con el capote en una media verónica y dos chicuelinas de auténtico gusto. Salvo ponerse delante e intentarlo, poco pudo hacer Alexander que pasó un auténtico quinario con los aceros hasta escuchar los tres avisos. 

 

Ficha de la corrida.

Plaza de toros Hugo Domingo Molina de San Cristóbal.

Jueves 27 de enero de 2022. Primera de feria. Nocturna.

Poco menos de un cuarto de entrada en noche fresca. Dos toros de Juan Campolargo (1° 3°) y dos de Rancho Alegre (2° 4°) serios, hondos y bien armados. Encastados primero y segundo, deslucido por mansurrón y distraído el tercero. Noble y con clase el cuarto "Lusitano" número 218 que fue indultado. Pesos: 530, 440, 470, 435 kilos.

Marcos Peña "El Pino" de nazareno y oro: Oreja y dos orejas simbólicas. Salió a hombros.

César Vanegas, de negro y oro: Palmas.

Alexander Guillén, de blanco y plata: Silencio tras tres avisos.

Destacaron en las cuadrillas en la brega Gerson Guerrero que también clavó un buen par, Carlos Pizutto, Ramón Contreras, Francisco "Chico" Paredes y Eduardo Graterol.

 

 

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