viernes, septiembre 24, 2021

SEVILLA. Los capotes salvan la tarde


  DosTrajes de estreno de categoría.  Foto.  Empresa Pages.

 

Por. Ignacio Sanchez Mejias

El toro de Sevilla, si alguna vez existió, ahora ya no sabemos qué es. La corrida de Juan Pedro Domecq estaba, en general, fuera de tipo, excesivamente gorda, destartalada y floja de sin fuerzas. Unos Zambombos cargados de kilos que eran imposibles embistieran. Algo parecido pasó con la de Victoriano del Río y con de Santiago Domecq. Ignoro si estas exigencias son del delegado, del presidente o de los veterinarios, pero hay que poner pie en pared antes de que esto se vaya al traste definitivamente. Hay que lidiar un toro armónico, ágil y sin exceso de kilos. Que embista, vamos.

Con este material Morante ha estado incómodo toda la tarde. Entre el viento, el piso y lo parado que fue su primero se nos fue el que abrió plaza, a pesar de la buena disposición del torero. Su segundo igual de lo mismo. El quinto fue devuelto y en su lugar salió otro Zambombo de JP con 600 kg, que era imposible que embistiera, como así fue, a pesar del empeño de Morante, que lo intentó por activa y por pasiva, y hasta consiguió algo de mérito.

Lo del piso merece un comentario. Ignoro qué pasa. Si es exceso de riego, blandura, dureza o tierra suelta. El caso es que tanto Morante como Ortega han resbalado hoy, y en el primero Morante hizo gestos ostensibles quejándose del mismo. Tanto es así que después de alisar él mimo el terreno, cambió su intendencia y recibió al último en terrenos del 8, y ahí empezó la faena de muleta, algo insólito. Sea lo que sea que le pase al piso, hay que solucionarlo.

Juan Ortega ha dado una lección capotera como hacía tiempo que no veíamos. Maneja la capa con una sencillez y una soltura envidiable. Hemos visto verónicas que nos recordaban las viejas fotos de Curro Puya, una cosa superior. En el recibo capotero de su primero le tocaron la música, pero la estimable faena la emborronó con varios pinchazos. Su segundo fue muy desagradable. En el quinto vimos un quite de Morante por chicuelinas, rematados por una media de esos que pagan la entrada. Le replicó Ortega por las mismas (calcadas) chicuelinas y la misma (calcada) media, que nos recordaron por qué vamos a los toros. Faena llena de detalles toreros que le valieron una oreja.

A pesar de que en Sevilla no hay mucho ambiente de toros porque no hay Feria, me he alegrado de departir hoy en mi Tertulia de Los 40 con D. Salvador Campos, presidente de la Peña Cultural y Taurina “Chicuelina” de Onda (Castellón), y de charlar de toros después de la corrida en la Cervecería Internacional con D. Sabino Gutiérrez, presidente del Club Cocherito de Bilbao. Por eso escribo esto tan tarde y tal mal. Ustedes disimulen. 

 

Fuente. www.ignaciosanchezmejias.es/

 

 

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