domingo, diciembre 24, 2017

MERIDA / A la bravura del Jabonero amelocotonado del Palmar de la Sierra…




Grafica cortesía  Maybether Loreny.  Solo para efectos de ilustrar lo perfecto que envestía el Novillo de Miguel Rosales en la mano de Leonardo Salas "Sopita".  Que conste el reportaje es  para el protagonista principal o mejor el Rey la fiesta,  El Toro,  en este caso un novillo...  

Freddy Ramírez “Garapuyo”.  Aun repica entre nosotros la jornada taurina vivida entre el 16 y 18 de diciembre en la plaza de toros Monumental  Román Eduardo Sandia de Mérida, cuando un grupo de toreros merideños se aventuraron en organizar dos días de fiesta, ya hemos comentado lo que se vivió el día 16 con la clase práctica y al otro día el festival taurino.

Han sido muchas las vivencias de aquel fin de semana,   uno,  el momento de la  mañana del día domingo 17 a la hora del sorteo del festival, apenas entramos a los corrales no topamos en el primer coso un novillo,  de eral para utrero, de capa jabonera, arrogante en su encornadura, el novillo más armonioso y bonito  que haya visto  por la plaza de toros de Mérida.

De inmediato, este quien escribe y otros preguntaban que hacia ese novillo allí, de donde venía, procedencia, allí alguien apuntó que el novillo vino para ser lidiado por un aficionado práctico y que  sí la autoridad de la plaza autorizaba,  el mismo seria lidiado al final de festival, gracias que no aconteció pues la deficiente luz de la plaza no hubiese dejado ver la brillantes de aquel novillo.

Lo del lunes por la tarde del  18 de diciembre era para vivirlo, sentirlo y demás sanaciones que afloran cuando uno ve la calidad  de novillo que trajo  a Mérida  el  joven ganadero Miguel Rosales y no medio  contarlo por esta vía.

Cúmulo  de raza, bravura…

Salta el novillo al ruedo, vuelta y media al redondel, toma el vuelo del capote que le presentan al frente, acomete metiendo la cabeza abajo, sale suelto, vuelve a ver el capote que le presentan, de nuevo embiste largo metiendo el pitón derecho saliendo con la cara alta, pues así indicaba el capotazo, regresa y acomete por el izquierdo recostando el bulto hacia el que tenía el capote.

Con el engaño de tela roja, el novillo rompió desde el vamos para bueno, por el izquierdo que se recostaba ya no lo hacía, ahora iba largo, en unas ocasiones surcaba el ruedo,  el ímpetu y boyantia  del jabonero era mucho más, en este ir de venir del novillo ya tenía en su haber unos 40 muletazos.

Posterior el novillo se topó con otras manos un poco más suaves que las anteriores con mejor colocación,  técnica,  su oponente con  sentimiento y  más mas centrado le enjaretó  dos tandas de naturales rematados con un forzado de pecho.

La fiesta siguió, vinieron los profesionales dejando ver   la brillantez y calidad del jadeante  novillo que sin  abrir los belfos seguía pidiendo pelea, por ahora él jabonero  seguía  mandando en el redondel.

Este servidor  después de contabilizar unos 140 muletazos, todos trazados en una área de 5 metros cuadrados pedía que le dieran una pausa para su respiro,  pero la piara de racionales seguían uno tras de otro, pase tras pase, jalón tras jalón encimados cual...

Los pulsos acelerados alteraron la condición del irracional, que en un desliz de un  atravesado  el Rosaleño  no tuvo otra opción que propinar una  voltereta, después de tanta  violencia de aquellos  lidiadores,  el novillo también hizo lo propio defendiéndose  de tanto mal torear y mal querer… 

Y digo que este novillo fue un cumulo de raza y casta, -no fue picado-, pero  el bravo novillo luchó vendiendo  caro su último respiro, el ejecutor de la última suerte, le despachó de mala manera…   quien le escribe, con pena  abandone  el sitio, para no ver el mal trance…  este tipo de ejemplares  son los que merecen  seguir viviendo en las ganaderías…

*Novillo jabonero amelocotonado del Palmar de la Sierra  inseminación artificial, proveniente  de aquel  famoso toro “Gracioso” 120 de Juan Pedro  Domeq  de la ganadería el Paraíso de  Jerónimo Pimentel en la vaca “Consentida” procedente de  jandilla…  

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