Cobradiezmos, el toro indultado en Sevilla, número 37, cárdeno, de 562
kilos
Manuel
Escribano y toda la Maestranza perdonan la vida al toro en la Feria de Abril
Paco Ureña se gana dos orejas del tercero por una faena
de mucho gusto
Andrés Amorós/abc. Una tarde más se ha
añadido a historia de las muchas tardes gloriosas vividas en este coso del
Arenal. Ante todo los datos. Por petición unánime, se indulta al cuarto toro de
Victorino Martín,
“Cobradiezmos”, cárdeno,
de 562 kilos, marcado con el número 37, que le ha correspondido
a Manuel Escribano. Sucede, en esta Plaza, a “Arrojado”, de Núñez del Cuvillo,
indultado por José María Manzanares, y al novillo “Laborioso”, de Albaserrada,
que correspondió a Rafael Astola.
Para
el tercer toro, “Galapagueño”, se ha pedido la vuelta al ruedo, que, para mí,
merecía. El Presidente no la concede pero sí las orejas a Paco Ureña, después
de una faena de mucho gusto.
Todos
los enfados y aburrimientos acumulados en las anteriores corridas se han
esfumado esta tarde, en cuanto ha aparecido la piedra filosofal, que todo lo
convierte en oro: el toro bravo. Nada más y nada menos. Ése ha sido siempre el fundamento de la Fiesta y
tiene que seguir siéndolo, más allá de los camelos que escuchamos, todas las
tardes. Los toreros que se quejan de los toros que les han tocado en desgracia,
¿por qué no se apuntan a hierros como éste? La respuesta es obvia.
En una corrida tan
especial, recupero el comentario siguiendo el orden de lidia, como los antiguos
revisteros, para reflejar la evolución de la tarde. El primero, recibido con
aplausos, flaquea varias veces. En la muleta, es complicado. El diestro lo
embarca con buen oficio. Cuando parece que lo tiene dominado, un derrote seco,
como una estocada de esgrima, le parte la taleguilla.
El segundo toro
embiste de largo al caballo, aguanta bien Francisco José Quinta . Brinda por
televisión – me cuentan – a Antonio Ferrera. El toro, encastado, humilla mucho.
Morenito logra una serie de derechazos con mucha vibración pero dos inoportunos
desarmes enfrían todo. Alarga demasiado el trasteo y escucha un aviso; el toro,
una gran ovación.
El tercero se arranca
rápido al caballo (es aplaudido Vicente González) y, en banderillas, como un
cohete. Brinda Ureña a David Domínguez, que ha sido torero y lo acompaña. En
seguida, dibuja muletazos con mucho gusto. (Además de codicia, el toro tiene
mucha clase). El diestro logra naturales suaves y una seri ede derechazos de
muy alto nivel (ahí ha debido matar). Prolonga algo más, con muletazos
desiguales. Mata con decisión: dos orejas. Me comenta Ildefonso: “Por ahora, el
mejor toro de la Feria”. Es verdad: no tiene mucha competencia. No sé por qué
no concede el Presidente la vuelta al ruedo, que merecía.
Y sale el cuarto.
Escribano se va a porta gayola, aguanta mucho, liga verónicas vibrantes. El
toro tardea un poco pero empuja en el caballo (también aplauden a Chicharito) y
galopa en banderillas: el tercer par, el quiebro de Escribano, saliendo del
estribo, resulta impresionante. ¿Logrará el toro igualar al tercero? No: lo
supera. Desde el comienzo de la faena de muleta, humilla y repite; regala
codicia, clase, fijeza. Escribano no se queda atrás (un toro así descubre a
muchos toreros): adelanta el engaño, conduce hasta allá lejos las nobles y
encastadas embestidas... La evidencia se impone: es un toro de indulto. Como un
aficionado más, saco mi pañuelo, solicitándolo, igual que Fran y Eugenio, mis
vecinos. Tarda un poco el presidente pero lo concede: resoplamos, nos llevamos
las manos a la cabeza, sonreímos, nos abrazamos... Unos momentos de
extraordinaria emoción, que se mantiene cuando Escribano, con las dos orejas
simbólicas, saca para que le acompañen, en la vuelta el ruedo, a Victorino
Martín hijo y al mayoral. Cuando alguien grita, en el tendido, “¡Viva la
Fiesta!”, se nos pone carne de gallina. Y otro resume, en estilo sevillano:
“¡Gloria bendita!”
Después de este
clímax, estamos todos agotados. El quinto toro es rebrincado. Morenito lo
intenta pero sufre otro desarme y el toro se lo echa a los lomos. El sexto se
queda muy corto, vuelve rápido. Ureña se justifica pero no redondea. El éxtasis
ya ha pasado.
Algo más. Se ha
aplaudido a tres picadores. Nadie se ha fijado en el peso de “Cobradiezmos” ni
de “Galapagueño”: ¿para qué? Han tenido el mayor tesoro: la casta brava. Así ha
sido y, gracias a Dios, así lo hemos vivido.
Ficha de la corrida
REAL MAESTRANZA DE
SEVILLA.
Miércoles, 13 de abril de 2016. Undécima corrida. Tres cuartos de entrada.
Toros de Victorino Martín, serios, muy aplaudido el 2º, se pide la vuelta al
ruedo para el 3º, el 4º fue indultado; complicados los demás.
MANUEL ESCRIBANO, de nazareno y oro.
Dos pinchazos y estocada tendida (palmas). El cuarto es indultado (dos orejas).
MORENITO DE ARANDA, de maquillaje y
oro. Pinchazo y estocada. Aviso (palmas). En el quinto, estocada desprendida
(silencio).
PACO UREÑA, de rosa y oro.
Estocada (dos orejas). En el sexto, dos pinchazos y descabello (ovación).
Escribano y Ureña
salen a hombros por la puerta de cuadrillas
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