miércoles, febrero 24, 2016

RAFAEL Orellana en la capilla plaza toros Mérida, Feria del Sol 2016




Cualquier plaza de toros, por pequeña que sea, suele tener una capilla, lugar para que los toreros antes de salir al ruedo imploren la protección y ayuda de los seres sobrenaturales. Manifiestan en ellas su postura de respeto ante lo trascendente, ante sus rezos se encuentran la imagen del patrón o patrona de la localidad en la que torean con otras muy veneradas por la comunidad.

Las capillas suelen ser pequeñas, sencillas con algún banco de madera o sillas. Generalmente, se reúnen matadores y subalternos, pero sin ningún orden establecido, alguno puede retrasarse por firmas de autógrafos o entrevistas y otros adelantarse al grupo buscando intimidad. Las creencias están tan marcadas entre la comunidad torera.

Las plazas más pequeñas, puede que no integren, entre sus dependencias una enfermería, sin embargo, la capilla no suele faltar. Todos los que deben pisar el ruedo saben que los actos positivos se pueden quebrantar por actuar “impropiamente”, así la visita a la capilla se convierte en un ceremonial  obligado e imposible de olvidar.

Finalizada la actuación en la plaza, algún torero puede sentir la inquietud de volver a rendirse a los pies de sus imágenes religiosas para dar gracias, por haber salido todo como deseaban. Tomado de: Interinarlo religioso de los toreros de Pérez Álvarez.

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