Las
universidades de Sevilla y Córdoba junto al Serida asturiano han llegado a esta
conclusión tras analizar 1.300 animales distintos de 47 razas bovinas
diferentes
EFE. La información genética que aporta el toro de lidia
a través del cromosoma Y hace única a esta raza en el mundo, según un estudio de
las universidades de Sevilla y Córdoba y del Servicio Regional de Investigación
y Desarrollo Agroalimentario (SERIDA) de Asturias.
Según
un comunicado de la Universidad de Sevilla, el estudio ha partido de una
comparación genética con un total de 47 razas bovinas europeas, africanas y
españolas.
Se ha realizado un análisis de 38 haplotipos (combinación de
alelos en lugares adyacentes en un cromosoma, que se heredan juntos) diferentes
del cromosoma Y de 1.300 animales, "con
el objetivo de ver la contribución genética de la raza de lidia al patrimonio
genético del bovino, así como establecer medidas para su
conservación y mejora genética".
"Se
pueden encontrar grandes diferencias genéticas entre las distintas castas y
encastes del toro de lidia, incluso a veces, más que las existentes entre distintas razas bovinas, por
lo que la población de lidia debería ser considerada como una agrupación
racial, más que como una única raza", ha explicado en la
nota la autora del estudio, Rocío Pelayo, miembro del Grupo de Investigación en
Nuevas Tecnologías de Mejora Animal y de Sus Sistemas Productivos de la
Universidad de Sevilla (Grupo MERAGEM).
Pelayo
ha indicado que las distintas castas fundacionales del toro de lidia -Cabrera,
Jijona, Navarra, Vazqueña y Vistahermosa- "no se asemejan a ninguna raza
estudiada hasta el momento, por presentar haplotipos únicos en el mundo".
"Hay que hacer grandes esfuerzos para
que se conserve este patrimonio único en peligro de extinción y del que ya se
han perdido algunas castas en España", ha defendido la
investigadora, que ha señalado que "en el toro de Lidia, el encaste
debería ser la unidad de trabajo a la hora de la conservación genética y de
preservar el acervo genético único evidenciado en este trabajo".
Los
toros pertenecientes a castas fundacionales poseen, además de un constitución genética única, un patrón
morfológico y temperamental propio, que hace inconfundibles a
los toros de cada una de estas subpoblaciones", ha apuntado Pelayo.
El
estudio concluye que "el toro de Lidia ocupa un lugar destacado en el
ecosistema de la dehesa, contribuyendo junto con el cerdo ibérico y otras razas
autóctonas, decididamente a su mantenimiento".
Este
proyecto de investigación cuenta con la colaboración de la Agrupación Española
de Ganaderos de Reses Bravas (AEGRB) y de otras Asociaciones de ganaderos de
razas autóctonas y locales bovinas.
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