Los festejos taurinos en Quito, Capital del Ecuador, solo tendrán un cambio: se suprimirá el tercio de muerte del toro en el ruedo.
La prohibición se recogerá en la reforma a la Ordenanza Taurina No. 106, que ya fue tramitada en primer debate por el Pleno del Municipio capitalino.
El proyecto de reformas a la Ordenanza fue presentado por la Comisión Taurina, para armonizarla con la pregunta 8 de la consulta, que ganó en Quito. Esa interrogante señala que se prohíben aquellos espectáculos públicos en los que se mate al animal.
Según el concejal Alonso Moreno, presidente de la Comisión, la prohibición de la muerte del astado en la plaza es el único cambio sustancial al marco jurídico de la ciudad.
De ahí que Moreno anticipase que no se afectarán el resto de los tercios de las corridas, novilladas o festivales. Es decir, que se mantendrán las suertes de varas (la pica al animal) y el tercio de banderillas.
En el proyecto de reformas se establece que el Presidente de la plaza será el encargado de que se cumpla la prohibición.
Entre otros cambios a la Ordenanza se señala que las corridas de toros de pueblo o capeas no necesitarán autorización.
¿Qué pasará con el toro una vez que finalice la lidia de muleta y sea devuelto a los corrales?
Ese es uno de los puntos centrales en los que se centró el debate entre los ediles de la urbe.
Marco Ponce, miembro de la Comisión Especial Taurina, señala que uno de los planteamientos es que la res reciba asistencia veterinaria tras la lidia.
A su criterio, después de ese procedimiento el dueño de la res (la empresa taurina o el ganadero) deben decidir qué hacer con el animal. Matadores y ganaderos ya han anticipado que una res después de ser lidiada no tiene otra finalidad. Por ello, han anunciado que, finalmente, el burel será sacrificado una vez que salga del ruedo.
La decisión final sobre la suerte de la res en los chiqueros la tomará el Concejo quiteño, cuando apruebe en segundo y definitivo debate las reformas.
El edil Moreno anuncia que este procedimiento municipal se realizará en la primera semana de septiembre.
Hasta que se cristalice la nueva regulación taurina, el principio de que no se dé muerte a la res en la arena está ya vigente en el Distrito Metropolitano de Quito.
De hecho, las III Jornadas Taurinas que se realizan desde anoche en la plaza Belmonte obtuvieron la autorización bajo esa condición.
La empresa Citotusa obtuvo el permiso provisional para organizar la Feria Jesús del Gran Poder 2011. En esa ella el Cabildo fijó como condición que los festejos de ese ciclo ferial dependían del resultado de la pregunta 8. El pronunciamiento que ha tenido la empresa Citotusa es que se ajustará a la nueva Ordenanza. Y que eliminará el tercio de la muerte del toro de lidia.
La pregunta 8 tuvo carácter cantonal en el país. De acuerdo con los resultados, en 95 cantones fue rechazada la propuesta del presidente Rafael Correa.
La prohibición se recogerá en la reforma a la Ordenanza Taurina No. 106, que ya fue tramitada en primer debate por el Pleno del Municipio capitalino.
El proyecto de reformas a la Ordenanza fue presentado por la Comisión Taurina, para armonizarla con la pregunta 8 de la consulta, que ganó en Quito. Esa interrogante señala que se prohíben aquellos espectáculos públicos en los que se mate al animal.
Según el concejal Alonso Moreno, presidente de la Comisión, la prohibición de la muerte del astado en la plaza es el único cambio sustancial al marco jurídico de la ciudad.
De ahí que Moreno anticipase que no se afectarán el resto de los tercios de las corridas, novilladas o festivales. Es decir, que se mantendrán las suertes de varas (la pica al animal) y el tercio de banderillas.
En el proyecto de reformas se establece que el Presidente de la plaza será el encargado de que se cumpla la prohibición.
Entre otros cambios a la Ordenanza se señala que las corridas de toros de pueblo o capeas no necesitarán autorización.
¿Qué pasará con el toro una vez que finalice la lidia de muleta y sea devuelto a los corrales?
Ese es uno de los puntos centrales en los que se centró el debate entre los ediles de la urbe.
Marco Ponce, miembro de la Comisión Especial Taurina, señala que uno de los planteamientos es que la res reciba asistencia veterinaria tras la lidia.
A su criterio, después de ese procedimiento el dueño de la res (la empresa taurina o el ganadero) deben decidir qué hacer con el animal. Matadores y ganaderos ya han anticipado que una res después de ser lidiada no tiene otra finalidad. Por ello, han anunciado que, finalmente, el burel será sacrificado una vez que salga del ruedo.
La decisión final sobre la suerte de la res en los chiqueros la tomará el Concejo quiteño, cuando apruebe en segundo y definitivo debate las reformas.
El edil Moreno anuncia que este procedimiento municipal se realizará en la primera semana de septiembre.
Hasta que se cristalice la nueva regulación taurina, el principio de que no se dé muerte a la res en la arena está ya vigente en el Distrito Metropolitano de Quito.
De hecho, las III Jornadas Taurinas que se realizan desde anoche en la plaza Belmonte obtuvieron la autorización bajo esa condición.
La empresa Citotusa obtuvo el permiso provisional para organizar la Feria Jesús del Gran Poder 2011. En esa ella el Cabildo fijó como condición que los festejos de ese ciclo ferial dependían del resultado de la pregunta 8. El pronunciamiento que ha tenido la empresa Citotusa es que se ajustará a la nueva Ordenanza. Y que eliminará el tercio de la muerte del toro de lidia.
La pregunta 8 tuvo carácter cantonal en el país. De acuerdo con los resultados, en 95 cantones fue rechazada la propuesta del presidente Rafael Correa.
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