Exultante e histórica salida a hombros de la novillera murciana Conchi Ríos por la Puerta Grande de las Ventas (Foto del blog de Manon). Por esa puerta sólo había salido antes otra mujer: Cristina Sánchez.
Tomado de: La razon incorporia No se que pensaría Cossío, quien no admitía ni aceptaba las toreras a pie (las llamadas “señoritas toreras”), por considerarlas incompatibles con el debido decoro (¿?) y sólo transigía con las rejoneadoras en plaza, si hubiera llegado a ver salir por la Puerta Grande de las Ventas (siempre tan difícil de abrir) a la novillera Conchi Ríos, quien hace una semana (alternando con Saúl Jiménez Fortes y López Simón) se convertía en la primera mujer en la historia que conseguía cortar dos orejas de un mismo toro en Madrid.
Así de bien toreó con la izquierda Conchi Ríos al magnífico novillo de José Cruz.
Lo de Cossío tiene miga, porque pese a lo que pudiera pensarse del intelectual santanderino, en sus comentarios al capítulo “Las señoritas toreras” de su monumental obra “Los Toros”, no supo apartarse de la corriente retrograda y machista mayoritaria entre los aficionados y críticos antiguos.
En cualquier caso, la postura de Cossío hay que entenderla ya que no es quizás justo, analizar las opiniones de ayer con criterios de hoy. Y lo cierto es que si bien siempre ha habido mujeres aficionadas con ganas de ponerse delante de los toros, no pasaban de torear antes becerros y vaquillas o de participar en mogijangas.
La Pajuelera. Grabado de Goya
Teresa Bolsi, por Gustavo Doré
Dolores Petrel “Lolita” en Cuba en 1895 (Fotografiada en el estudio de Otero y Colominas). A finales del XIX las toreras utilizan ya habitualmente idéntica indumentaria que los hombres.
Es cierto que algo cambió en los años 30, gracias a la figura de Juanita Cruz, la gran torera de la época de la República y sobre todo por el ambiente político de entonces más proclive a reconocer la igualdad de derechos a las mujeres.
En el franquismo volverían las prohibiciones, por lo que Conchita Cintrón “La Diosa Rubia del toreo”, gentil rejoneadora peruana nacida en Chile y que murió hace pocos años en Lisboa, sólo pudo echar pie a tierra después de rejonear sus novillos. No consiguió ni siquiera en festivales, que la dejaran torear sólo a pie lo que hubiera hecho muy bien.
Conchita Cintrón, torera fuera de serie
Lógicamente, la cosa cambió con la llegada de la democracia y, pese a la reticencia de la Administración y de no pocos aficionados e integrantes del Planeta de los Toros, en los años 70 y teniendo como abanderada la torera Ángela Hernández, las mujeres consiguen –por fin- el derecho a que las dejen torear en igualdad de condiciones con los hombres.
Ángela Hernández, no tenía un buen estilo pero abrió, a las mujeres, la puerta de la normalidad en el toreo gracias a su larga batalla en los Tribunales.
Maribel Atienzar, quien causó sensación en su momento y que llegó a tomar la alternativa en México.
Aunque lo de igualdad de condiciones hay que decirlo con la boca chica, porque todavía este sigue siendo un mundo machista y muchos aficionados o profesionales aún no se han enterado que los tiempos han cambiado y el toreo también.
La mejor prueba de que las cosas cambian está –como siempre- en el ruedo. Por ejemplo, en los triunfos de Cristina Sánchez hace pocos años en España.
Cristina Sánchez, pionera de la “new wave” femenino-taurina. La primera en salir a hombros de las Ventas.
Y a quien le dio la alternativa Curro Romero, con Manzanares (padre) de testigo en un cartel de lujo.
O en los de Mari Paz Vega (la magnífica torera malagueña sobre la que tendremos que volver más adelante en este blog) este invierno en México y a la que en España no se le está dando el sitio que merece.
Una torera excepcional. Muy valiente y con gran capacidad técnica: Mari Paz Vega, quien pese a sus triunfos en México está teniendo incomprensiblemente problemas para torear en España.
Y, más reciente, en el triunfo histórico de la joven novillera murciana Conchi Ríos quien abría la Puerta Grande las Ventas el día 10 de julio de 2011.
Por cierto, el mismo día que reaparecía después de su tremenda y brutal cornada en Riuemes (Francia) donde un novillo de la Laguna le había partido el muslo de su pierna derecha a finales de junio.
El cuerno del toro, clavado hasta la cepa, atraviesa el muslo de la novillera murciana Conchi Ríos en Riuemes (Francia). En esa postura y con la torera colgando del asta, el novillo recorrió muchos metros . La novillera fue operada en Toulouse (Francia) y posteriormente de nuevo en Madrid al descubrirle tres nuevas trayectorias. En total, 75 centímetros de cornadas.
Pocos días después la torera reaparecía triunfalmente en la plaza de Madrid. Además con la circunstancia tan torera (La cara y cruz de la fiesta) de que en su primer novillo escuchó dos avisos, por lo que estuvo a punto de que se lo devolvieran al corral.
Recordando a Reverte (quien también fue cogido de mucha gravedad en una plaza francesa, en su caso Bayona) Conchi se desplanta en Madrid. La torera ya no se acordaba de la cornada de Francia.
Pero, en su segundo estuvo sensacional…
Citando de largo, con la muleta muy bien presentada, al toro de su triunfo.
Aplaudiendo al arrastre del toro.
Epílogo. El toreo es grandeza (que diría Joaquín Vidal)
… Al triunfo en Madrid.
Fotos: Juan Pelegrín/La Verdad de Murcia/Blog “Opinión y toros”/Blog “La tauromaquia en Tarifa”/Archivo particular
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