Por: verdugillo Ambitotoros De un tiempo a esta parte muchos advenedizos están ocupando puestos que les vienen demasiados anchos, pero ellos, sin ningún tipo de rubor, siguen presumiendo de su privilegiada posición sin importarle nada su desconocimiento sobre la tarea encomendada ni tampoco prepararse para la labor encomendada y cuyos frutos han de recibir muchas personas.
Y esto también está sucediendo en el panorama periodístico onubense, donde, en los últimos tiempos, han surgido numerosos comentaristas que, a través de los medios de comunicación tradicionales o a través de las nuevas tecnologías, se han lanzado al ruedo de la información sin poseer los conocimientos más esenciales para poder ofrecer un mensaje veraz y eficaz a sus seguidores.
Estos comentaristas satisfacen su ego personal y pueden presumir ante familiares y amigos, mientras que los responsables de los medios se frotan las manos por cuanto ven como les cubren unos espacios sin coste algunos, e incluso en algunos casos, hasta les llevan publicidad con la que aumentan sus ingresos económicos, pero, eso sí, sin imponer un rigor informativo.
Lógicamente, esa falta de preparación hace que los errores sean no sólo numerosos sino también de bulto, trayendo consigo un mensaje contrario pues, en lugar de formar e informar, se propaga otro muy lejano a la realidad. Y ello se debe sólo y exclusivamente a la falta de conocimiento de quienes osan ponerse al frente de esos espacios, supuestamente, informativos.
El hecho de saludar a un torero, de leer diversos blogs o de oír algunos programas radiofónicos o seguir apasionadamente una cadena de televisión no son bagajes suficientes para disponer de los conocimientos necesarios para disponer de una cátedra de opinión porque hay muchos destinatarios de esas informaciones que van a recibir un mensaje erróneo, por lo que se seguirán extendiendo hasta límites incalculables, como ha sucedido en tantas ocasiones tanto en el mundo taurino como en otras facetas.
Bueno sería que todos hagamos un examen de conciencia y, con humildad, saber hasta dónde llegan nuestros conocimientos antes de ponernos a pontificar desde cualquier medio de comunicación porque, entre otras cosas, el informador tiene unas sagradas misiones que cumplir. Y, entre ellas, la formativa, esa que tanta falta hace en el actual panorama taurino, donde muchos presumimos de conocimientos y afición mientras desconocemos las cosas más fundamentales. De ahí que, como dice el añejo refrán popular, zapatero a tus zapatos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario