jueves, abril 14, 2011

La bravura del toro (y III) Urge modificar la suerte de varas

Puyazo en 1890 001

Durante todo el XIX y parte del XX la bravura se medía necesariamente en la suerte de varas.

Conclusiones. La bravura como concepto dinámico.

La razon incorporia Después de este paseo por la historia, parece evidente que el concepto de bravura no es un concepto estático e inamovible en el tiempo sino que ha ido evolucionando y modificándose con el transcurso de los años. Cada época ha tenido su propia definición de la bravura y consecuentemente, también su distinta forma de medirla. Sobre este tema (relatividad de la bravura) es aconsejable leer –como casi siempre- a don Luís Fernández Salcedo.

Tres ensayos sobre relatividad taurina 001

Tres ensayos sobre relatividad taurina” de Luís Fernández Salcedo (1ª ed., Madrid, 1948). El segundo de los capítulos, que se titula Relatividad de la bravura o mañana será otro día, trata ampliamente este tema.

Coherentemente con el desplazamiento del interés de los espectadores hacia el último tercio en detrimento del primero, el concepto de bravura ha evolucionado desde la fiereza en respuesta al castigo (medible sobre todo en el primer tercio) hasta la embestida continua frente a una mínima provocación (medible fundamentalmente en el último tercio).

Antoñete toro blanco 001

Hoy la bravura del toro se mide también en la muleta. Arrancada de largo del toro "blanco” de Antoñete (Un detalle técnico que no resisto la tentación de comentar: Atención al cite y la colocación de la muleta perfilada con el cuerpo muy en la línea del toreo de Manolete, aunque la estética es muy otra. Hace falta mucho valor para citar así. Otro detalle técnico: El torero da el pecho, pero la pierna de salida está retrasada tal y como se sigue haciendo hoy en el toreo de línea natural para profundizar la embestida y facilitar la ligazón del pase).

Sobre esto, me planteo la siguiente pregunta ¿cual sería hoy el porcentaje que, acorde al concepto actual de bravura, debería tener realmente la suerte de varas? ¿El 45 o 40% que propone Salcedo o debería ser aun menor como parece que sugiere Juan Pedro Domecq?.

Invito a cada uno a proponer su propia respuesta, pero me parece evidente que el tercio de varas nos guste o no (Desde luego a mí no me gusta y pienso que quizás no debería ser así) ha perdido mucha importancia a la hora de determinar la bravura del toro.

Un tercio en decadencia.

Las causas –dejo aparte la primordial evolución de los gustos del público ya apuntada- son varias pero se pueden reducir principalmente a dos: En primer lugar, la reducción del número de varas (habitualmente, 2 en plazas de primera y sólo 1 vara en el resto de plazas, cuando siempre se ha dicho que al toro se le “ve” a partir de la tercera vara), y en segundo lugar y sobre todo, la desmesura del castigo que hoy sufre el toro de lidia en ese tercio.

En efecto, la aplicación del concepto decimonónico de bravura como capacidad de respuesta al castigo, exige para su correcta ponderación que éste castigo sea proporcionado, lo que hoy no ocurre al cambiar la suerte de varas y donde antes todas las ventajas eran del toro, ahora todas las ventajas son del picador. Siendo el castigo que hoy soporta el toro infinitamente superior respecto al que se le infligía antes.

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La (brutal) suerte de varas actual (y eso que en este caso, la ejecución parece correcta y el picador no está tapando la salida natural del toro)

En consecuencia, y aunque nos pese habrá que reducir el peso del tercio de varas en la medición de la bravura, ya que como se practica ahora no sirve. Además y como decía Don Luís Fernández Salcedo, el toro bravo “siempre debe ir a más” lo que se comprueba sólo al final de la pelea.

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Morante de la Puebla en Sevilla. Al toro de hoy se le exige que embista hasta el final de su lidia, lo que no ocurría en el siglo XIX, y lo que explica la práctica desaparición del encaste Veragua (Foto Arjona)

Que este proceso nos agrade o no al aficionado es otra cuestión. Personalmente no me agrada y me gustaría que pudiera modificarse esa tendencia, para ello creo necesario exigir la radical revisión del actual tercio de varas. Mientras la suerte de varas se realice tal y como se realiza hoy, entiendo que no es válida (por lo dicho) para calibrar de forma real y objetiva la bravura del toro.

Baratero

Después de esto….. (Arrancada de Baratero, de Victorino Martín)

delanterito[1]

No puede venir esto….

El toro de hoy ¿más o menos bravo que el de ayer?

Incidentalmente, otro tema que se plantea repetidamente a colación de lo anterior es la cuestión de si el toro de hoy es más bravo o no que el de antes. Parte de los aficionados, no pocos ganaderos y la mayoría de los toreros piensan que sí. Por el contrario, los aficionados más exigentes y algunos ganaderos, nos dicen que no. ¿Quien tiene razón?

En mi opinión, creo que ambas partes. Ya que aunque todo el mundo utiliza el mismo término, la palabra bravura tiene significados distintos (como apuntábamos) según quien la use (Aunque como decía Lewis Carrol en “Alicia en el País de las Maravillas” el significado de las palabras depende de quien “manda”. Y en este caso, el que manda es el público)

No obstante, y personalmente, opino que aplicando cualquiera de los baremos que hemos visto en las anteriores entradas, el toro de hoy ganaría por goleada en bravura a casi cualquiera de los de ayer.

Con los baremos actuales, porque las cualidades que se puntúan ahora (fijeza, nobleza, arrancada larga, codicia, mucho castigo, etc.) son aquellas en las que el toro actual ha alcanzado objetivamente mayores cotas respecto al toro de antes.

Suerte de varas (1900) 001

El toro de antes no siempre era tan fiero como lo pintan, Un toro tardo en varas (1900)

Con los baremos antiguos porque el toro actual no se aflige pese al brutal castigo al que se le somete, por lo que seguramente luciría más que el toro de antes en la antigua suerte de varas (la que se hacía sin peto). Sin embargo, esto último es sólo una hipótesis o intuición personal de imposible comprobación empírica mientras no cambien las cosas en este tercio.

Suerte-de-varas-hoy_thumb2_thumb

Picando en terreno de toriles a un toro manso en la Maestranza de Sevilla. Un puyazo alto pero muy trasero, ya que el picador no ha conseguido una ejecución correcta (sólo hay que fijarse en la postura del brazo derecho), posiblemente por los difíciles terrenos donde se desarrolla la suerte.

Reforma de la suerte de varas.

Lo que tengo claro –por tanto- es que necesitamos urgentemente la reforma de la suerte de varas. En ese sentido, sólo hay dos opciones: modificar el peto o modificar la puya (que los picadores hagan bien la suerte y piquen con peto como si no hubiera peto, como se ha propuesto algunas veces, no se lo cree nadie)

Modificar el peto.

Mi amigo José Ramón Márquez me informa de la propuesta de Benjamín Bentura Remacha que se ha publicado en el blog “Del toro al infinito” y donde propone:

“implantar un peto anatómico de material resistente, sin faldones ni manguitos para que los toros no se topen con la muralla y se les cierren todas las salidas y posibilidades de pelea”

Peto de prueba de 1917 001

Prueba de petos (1917) 001

En el año 1917 se hicieron ya pruebas para poner petos a los caballos de picadores. La cosa quedó en el olvido hasta la dictadura de Primo de Rivera.

Petos 001

El peto republicano del año 31 que no evitaba el despanzurramiento de los caballos.

Peto Valencia 1932 001

Valencia, marzo del 32. El peto ha crecido y además el faldón lateral aunque aún flexible impedirá en el futuro al toro desarrollar su empuje hacia arriba sin acabar de proteger al caballo.

Suerte de varas peto años 30 Bilbao 001

Suerte de varas en Bilbao con el peto del año 32. Es como el anterior, pero por la foto parece otra cosa. Un peto que no cuelgue por el vientre pero que proteja al caballo es, en mi opinión, el peto ideal. Uno muy parecido a este (sin faldón central y que cubra también el lado izquierdo es el que a mí me gustaría ver por las plazas de toros.

Peto actual 001

El inaceptable (técnica y estéticamente) peto actual.

Personalmente me gustaría que se redujera el peto, pero lo veo inviable o cuando menos muy difícil. No creo que sea momento para alterar lo más mínimo la seguridad del caballo.

Reformar las puyas

Por el contrario, si que creo posible ensayar un nuevo modelo de puya, distinto al actual, que tenga menor capacidad de corte y que imposibilite destrozar el lomo del toro (en el morillo –delantero- se pica en contadas ocasiones). Una puya intermedia entre la actual y la de la plaza de tientas o parecida a la que en su día propuso nuestro viejo conocido “Hache” (y que insertamos a continuación) o como la que se ha propuesto en la Corrida Concurso de Zaragoza de este año.

Puyas Tauromquia de la A-Z Marceliano Ortiz 001

Puyas Tauromquia de la A-Z Marceliano Ortiz 002

Los distintos tipo de puya: (A) Época de Daza (B) Época de Pepe-Hillo (C) Puya anaranjada del Duque de Veragua, mediados del XIX. Tenía el problema de que si no se picaba con el palo vertical se marraba, pero en ese caso, el derribo era inevitable (D) Puya de Limoncillo de 1869 (E y F) Puyas de 1880 la primera de limoncillo (G) Puya de 1906 sin tope con lo que entraba todo el palo (H) Puya de 1917 con tope de arandela al final del encordelado (I) Puya de Fernández Heredia “Hache” con tope giratorio que no se llegó a implantar (J) Modelo actual de puya con el tope al final de las “cuerdas” que entran siempre.

El toro tendría que ir más veces al caballo, tantas como estimara oportuno el matador el cual sería responsable absoluto de su lidia (sin intromisión de la Presidencia), lo que serviría para comprobar la bravura del toro en el caballo, recuperando el concepto de ésta más relacionado con la fiereza (Como también propone curiosamente Juan Pedro Domecq).

En todo caso estas reformas, debería contar con el beneplácito de los picadores y, sobre todo, de los matadores.Sin embargo, no tengo ninguna confianza en que prospere esta ni alguna otra propuesta tendente a modificar la actual suerte de varas. Tal como ha sucedido con el último intento de prueba de nuevas puyas en la Corrida Concurso de Zaragoza a lo que se negaron los representantes de los picadores, alegando que las nuevas puyas eran (atentos al comentario) antirreglamentarias. Tiene mucho arte. Aunque más arte tiene el comentario que hace Corrochanito en su blog.

Esta actitud de los picadores no es nueva. Recordemos lo anécdota que contaba Gregorio Corrochano en “¿Que es torear?-Introducción a la Tauromaquia de Joselito?”. Atención, que es de antología:

Que es torear Corrochano Anecdota picadores 001 (2)_thumb[3]

Paseillo de picadores Blog

El batallón de picadores al completo cuando no existía el peto de ahora. Antes como hoy, un sector excesivamente inmovilista.

Por otro lado, cualquier medida de este tipo exigiría contar hoy con un matador con la categoría y visión de futuro de un Joselito el Gallo y con el suficiente mando en la Fiesta para imponer nuevos criterios a sus compañeros y, sobre todo, al gremio de picadores. ¿Existe hoy algún matador que reúna estas condiciones? Croe que es difícil, ya que la estructura del mundo de los toros no es la misma que en la segunda década del siglo pasado, pero la Fiesta necesitaría un torero como él y con su visión de futuro.

Gallito 001

Joselito, con mando en plaza … y en la calle.

Nota final: Estas tres entradas –tan numéricas- sobre la bravura están dedicadas, en general, a todos los autores de estadísticas, anuarios y prontuarios taurinos y en particular a Juan Medina (blog “El escalafón del aficionado”) ya que gracias a ellos y a la información que proporcionan se pone algo de objetividad en este Planeta de los toros tan suyo, tan (divertidamente) subjetivo y tan lleno de opiniones y afirmaciones diversas y en ocasiones tan pintorescas.

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