Por: Jesús Araujo
“Castoreño”
***Letras de aprecio,
para unos de los más elegantes cronistas
después de Andrés Eloy Blanco-
Archivo, Pepe Cabello. El Dr. Cabello junto a Juan
Belmonte en barrera Plaza de toros de Sevilla
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José Antonio Cabello Arizaleta, de madre
Española como su afición, vio la luz del mundo en esta tierra que tantas cosas
le dio en pago a su pasión paisana, acusioso investigador de la historia, Cabello se sumergía entre libros que
enriquecían su intelecto, acrecentando su interés por las letras cuando se
inicio en la noble carrera del derecho.
Superada la pubertad
ya entrado a la adolescencia, conoció la hermosura de la fiesta brava gracias a una voz radial que con el tiempo seria su amigo,
aquel que a través de los micrófonos exclamaba...¡¡la naranja nace verde y el tiempo
le da el color...!! Don Alejandro
Arratia Osses voz de torerías de una época en la que el toreo era pasión,
admiración y alegría.
Arratia vio en el joven bachiller
de estudios legales “madera“ para el comentario dado el aplomo y certeza, cosa
que se virtio en letras periodísticas al
abrazar la crónica escrita, donde el entretenimiento, la elegancia, la valentía
y la verdad eran el faro de luz que todos leían, cuya tribuna era el muy leído diario
LA ESFERA.
Padrinazgo y apoyo
que también recayó en otro personaje recién arrancada de la nuca el símbolo
torero... Antonio Arraiz Jurado “Antonio Aragón” quien había llegado al
país en procura de un mañana mejor.
Cronista de quilates,
categoría y respeto, Pepe Cabello
tuvo tiempo y palabras para con quien esto escribe, me hablaba de la
objetividad y elegancia idiomática en los escritos, de la manera tan propia que
decía una verdad dolorosa y del contenido histórico que ponía en manifiesto.
Siempre hubo un
detalle para mis letras, todos llenos de aliento y emoción, gustaba de mis
titulares como aquel de Tovar cuando David Silveti, cortó dos orejas y un
rabo... “DAVID SILVETI...ESTATUA TORERA CON PEDESTAL DE TRIUNFO Y GLORIA” decía el acucioso cronista que solo el titular,
merecía un aplauso.
Cuando Nimeño II cortó las dos orejas y el rabo a “bravío” de Tierra Blanca, titule en el diario EL VIGILANTE de esta manera...
“CON NIMEÑO... AL PIE DEL BOLIVAR... FLORECIERON LOS CAMPOS ELISEOS” cosa que agradeció el torero, causando
admiración en Cabello que me dijo...
“vaya
elegancia muchacho”.
Don Pepe me presento en Caracas a Oswaldo Pérez Esteves “K pitalino”
quien al estrecharme la mano me dijo... ¡Ahh es Ud!!!. Pensé que era una persona con mas
edad..!!. Recordemos que “K
pitalino” fue cronista de LA ESFERA
cuando Andrés Blanco también era
cronista del mismo, dedicándome un saludo en EL NACIONAL el cual le agradecí... Tres recuerdos bonitos de Mérida/la frescura de sus montes/la belleza
de sus mujeres/y las crónicas de Castoreño.
Tanto que hablar de Pepe Cabello, su presencia en barrera
con sus elegantes guayaberas manga larga le daban especial distinción, buen dialogador nunca olvide sus
consejos los cuales siempre he puesto de
manifiesto... ¡¡Castoreño por muy dura que sea la verdad recurra a la elegancia
bonita del disimulo, no hay que ser duro con los toreros, los pitones de los
toros están llenos de dólares, pero sus puntas
llevan caricias de muerte!.
Junto a otro grande
de la crónica taurina con quien compartí paginas de estelaridad y sus sabios consejos
fue Carlos Eduardo Misle “Caremis”
enamorado de Mérida, tuve la alegría de tenerlo en casa departiendo de torerías
cosa que antes había hecho el hoy obitado Don
Pepe Cabello, enseñándome una premisa de oro, de profesional, de honrado,
de respeto... -nunca le exijas a un torero dinero por tus letras, si así fuere, no
tienen credibilidad-, cosa que enhiestamente indomeñable, he seguido al
pie de la letra y me ha deparado amistades respeto y consolidación.
El aporte de Pepe Cabello a la fiesta fue útil, gustaba
de la crónica didáctica e histórica, los toreros le deben un homenaje.. .y hoy,
cuando el tipear de letras toreras se visten de luto, seguros estamos que allí
en barrera de eternidad estará este revistero admirado, justo y entretenido
pendiente del acontecer taurino del país, haciendo un minuto de no hablar, para
elevar una oración por el eterno alivio celestial de quien en vida rematara sus
crónicas con las celebres palabras... puntillazo desde el callejón...Va por Uds...
Castoreño en mano.