Freddy Ramírez “Garapuyo”. Aun
repica entre nosotros la jornada taurina vivida entre el 16 y 18 de diciembre
en la plaza de toros Monumental Román
Eduardo Sandia de Mérida, cuando un grupo de toreros merideños se aventuraron
en organizar dos días de fiesta, ya
hemos comentado lo que se vivió el día 16 con la clase práctica y al otro día
el festival taurino.
Han sido muchas las
vivencias de aquel fin de semana, uno, el momento de la mañana del día domingo 17 a la hora del sorteo
del festival, apenas entramos a los corrales no topamos en el primer coso un
novillo, de eral para utrero, de capa
jabonera, arrogante en su encornadura, el novillo más armonioso y bonito que haya visto
por la plaza de toros de Mérida.
De inmediato, este quien
escribe y otros preguntaban que hacia ese novillo allí, de donde venía,
procedencia, allí alguien apuntó que el novillo vino para ser lidiado por un
aficionado práctico y que sí la
autoridad de la plaza autorizaba, el
mismo seria lidiado al final de festival, gracias que no aconteció pues la
deficiente luz de la plaza no hubiese dejado ver la brillantes de aquel
novillo.
Lo del lunes por la tarde
del 18 de diciembre era para vivirlo,
sentirlo y demás sanaciones que afloran cuando uno ve la calidad de novillo que trajo a Mérida
el joven ganadero Miguel Rosales
y no medio contarlo por esta vía.
Cúmulo de raza, bravura…
Salta el novillo al ruedo,
vuelta y media al redondel, toma el vuelo del capote que le presentan al
frente, acomete metiendo la cabeza abajo, sale suelto, vuelve a ver el capote
que le presentan, de nuevo embiste largo metiendo el pitón derecho saliendo con
la cara alta, pues así indicaba el capotazo, regresa y acomete por el izquierdo
recostando el bulto hacia el que tenía el capote.
Con el engaño de tela roja,
el novillo rompió desde el vamos para bueno, por el izquierdo que se recostaba
ya no lo hacía, ahora iba largo, en unas ocasiones surcaba el ruedo, el ímpetu y boyantia del jabonero era
mucho más, en este ir de venir del novillo ya tenía en su haber unos 40
muletazos.
Posterior el novillo se topó
con otras manos un poco más suaves que las anteriores con mejor colocación, técnica, su oponente con sentimiento y más mas centrado le enjaretó dos tandas de naturales rematados con un
forzado de pecho.
La fiesta siguió, vinieron
los profesionales dejando ver la
brillantez y calidad del jadeante novillo que sin abrir los belfos seguía pidiendo pelea, por
ahora él jabonero seguía mandando en el redondel.
Este servidor después de contabilizar unos 140 muletazos,
todos trazados en una área de 5 metros cuadrados pedía que le dieran una pausa
para su respiro, pero la piara de
racionales seguían uno tras de otro, pase tras pase, jalón tras jalón encimados
cual...
Los pulsos acelerados alteraron la condición del irracional, que en un desliz de un atravesado el Rosaleño no tuvo otra opción que propinar una voltereta, después de tanta violencia de aquellos lidiadores, el novillo también hizo lo propio defendiéndose de tanto mal torear y mal querer…
Los pulsos acelerados alteraron la condición del irracional, que en un desliz de un atravesado el Rosaleño no tuvo otra opción que propinar una voltereta, después de tanta violencia de aquellos lidiadores, el novillo también hizo lo propio defendiéndose de tanto mal torear y mal querer…
Y digo que este novillo fue
un cumulo de raza y casta, -no fue picado-, pero el bravo novillo luchó vendiendo caro su
último respiro, el ejecutor de la última suerte, le despachó de mala
manera… quien le escribe, con pena abandone
el sitio, para no ver el mal trance…
este tipo de ejemplares son los
que merecen seguir viviendo en las
ganaderías…
*Novillo jabonero
amelocotonado del Palmar de la Sierra inseminación artificial, proveniente de aquel
famoso toro “Gracioso” 120 de Juan Pedro
Domeq de la ganadería el Paraíso
de Jerónimo Pimentel en la vaca
“Consentida” procedente de jandilla…