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viernes, agosto 06, 2021

MERIDA. Novillero en retiro, hoy medico Samuel Rivas recuerda el paso por la Plaza de toros

                                                     Samuel Rivas, el arte…
en una de las muchas novilladas que organizó  la Escuela taurina  que dirigió  el maestro Fabián Ramírez

Especial.  Hoy es una tarde de un domingo cualquiera, escuchando pasodobles taurinos para olvidar un poco lo que fue la rutina de la semana, vienen a mi un sin fin de recuerdos en el ruedo de la Monumental “Román Eduardo Sandia”. 

Muy atrás quedaron esas tardes de entrenamiento en nuestra plaza de toros, en compañía de personas que hoy ya no están con nosotros, uno de ellos el gran Maestro Humberto Álvarez, torero de los pies a la cabeza, vaya manera de caminar tenía el maestro y de sentirse torero aun cuando habían pasado muchos años desde que ya no vestía el traje de luces, fueron muchas las tardes que pase pegado a un burladero lanceando el aire una y otra vez, un ejercicio que deben conocer muy bien quienes por allí pasaron antes que yo, entre ellos para ese entonces novilleros y hoy en día matadores de toros Alexander y Jonathan Guillen. 

Otro que partió pronto al ruedo celestial el querido y recordado Alonso Valero, quien contaba sus anécdotas y recuerdos en tierras mexicanas en compañía de Leonardo Fabio Grisolia, gran honor me dio la vida que fuera Alonso quien me vistiera de luces y sirviera las espadas en mi primera novillada.

Matadores de toros y subalternos que “subían” a la plaza para entrenar, conversar un rato de toros o esperar la partida de futbol a las seis de la tarde como Leonardo Rivera, Rafael Orellana, Edgar Peña, Alonso Díaz, Fabián Ramírez, Ali Trejo y la dinastía Pereira encabezada por Mauro, Giovany y Mauro David completaban la terna y otros tantos que como yo, intentamos abrirnos paso en este bonito pero difícil mundo, “El trágico”, “Pompla”, “Rigo”, “Saperoco” y pare usted de contar…

Hoy la vida nos ha encaminado por rumbos distintos a quienes frecuentábamos “la plaza” todas las tardes, unos con mucha afición siguen entrenando tarde a tarde, esperando esa oportunidad como una noche la tuvo Palomo Linares en Vistalegre y de ahí para adelante ya todos sabemos la historia, otros son grandes aficionados y llevando la bandera de la tauromaquia a donde van, defendiendo sus principios y valores cuando se topan con un “anti” o disfrutando de una tertulia entre amigos, recordando una faena, un toro y el pase que dio aquel torero..

Es deber de todos y cada uno de nosotros mantener viva esta fiesta, esta fiesta que desde hace años viene bajando más la cabeza que “Cobradiezmos” en el albero del coso del Baratillo, pero que con fuerza y tesón si trabajamos juntos, levantaremos en volandas para revivirla como el fénix, transmitiendo a las nuevas generaciones lo que personas como el Maestro Humberto nos enseñaba.

Deseando que volvamos a vivir esa pasión de estar en una plaza de toros, repleta hasta la bandera, el jolgorio en los tendidos y la impaciencia de que suenen clarines y timbales para que rompa el paseíllo y podamos disfrutar de una corrida de toros más.

Que Dios reparta suerte para todos y que sobretodo nos llene de vida y salud en estos momentos tan difíciles que atraviesa nuestra sociedad y el mundo para que con mucha emoción nos saludemos en los patios de cuadrillas, en el callejón o en cualquier plaza de toros, donde Dios y el toro nos unan nuevamente.

/// Samuel Rivas V -  04/Julio/2021

lunes, julio 12, 2021

MÉRIDA. Nota duelo


 

MÉRIDA. Nota duelo

La Comisión Taurina de Mérida se une al duelo por el fallecimiento de la Dra. María Eugenia Cedillo, señora madre del ciudadano Alcalde del Municipio Libertador, Alcides René Monsalve Cedillo 

Omar Quintero. Presidente

Héctor Azuaje Secretario


 

sábado, noviembre 21, 2020

CRESPON. Nos golpea el alma la partida de un fenómeno: Iván Parra


Dios guarde a usted y que la tierra le sea leve

Por. Guillermo Rodríguez

Me cuesta escribir sobre un hermano mayor, un amigazo, un confidente, un maestro en las lides del idioma y en los misterios del toro, un señor en toda regla y un periodista como la copa de un pino que los males del cuerpo apagaron su luminosa existencia.

Nos conocimos muy jóvenes, tuvimos empatía, trabajamos juntos en Caracol radio, compartimos muchos viajes, ferias, alegrías, saberes a través del conocimiento del toro, ese mundo que es tan noble y generoso y que nos arropa a miles de feligreses con sus reglas de oro de la verdad, el señorío, la verticalidad y tantos valores que muchos desconocen y nos quieren prohibir a nosotros que participamos del rito de la tauromaquia. El toro nos unió a Iván hasta su partida la mañana de este sábado.

Nació en las fértiles y suaves tierras del Quindío, la de su exquisito café, la de sus gentes laboriosas. Se vino, jovencito e ilusionado con una maleta de sueños a Bogotá a estudiar en el Externado y abrevar en la fuentes el Derecho con el maestro Fernando Hinestrosa. No se graduó porque el toro lo llevó por otros senderos de la vida, llegó a la radio pero previamente pasó por la lidia de novillos. No era muy valeroso para estas lides como le ocurrió años atrás al maestro Botero que se iba a dibujar en el tendido "capando" la clase de toreo de Aranguito a la sazón el guarda de los tesoros de "La Macarena"  de Medellín... Pero Iván utilizó su hermoso instrumento, el castellano, para pulirlo, embellecerlo, llevarlo a los estadios de la elegancia más refinada y contar lo que acontecía en el mundo (era mas que un periodista taurino al uso) que en resumen es el ruedo de una plaza de toros que concita tantos valores.

Tuvo Iván (tuvimos , digo, sus fieles oyentes) el privilegio de que nos narrara de la manera mas prístina la grandeza de un joven del barrio Santander de Bogotá que una soleada tarde en la catedral del toreo, Las Ventas de Madrid allá por 1991,  salió por primera vez por la puerta grande un 21, de mayo y serían ese año 4 consecutivas: César Rincón que está desolado en su finca de Extremadura con la penosa noticia del definitivo adiós de su compañero de transmisiones en RCN.

No he visto un periodista que mas amara esos "cacharros"  viejos de radio como un ladrillo y unos audífonos enormes, pese al avance de la tecnología que la empresa le brindaba pero él rehusaba, prefería ese "monstruo"  de cuero ( "traje" ) carmelita que un pequeño radiecito con su audífono normal. Decía que "así oigo mejor el sonido de la plaza"

No tendré con quien hablar de toros tan íntimamente, no podré preguntarle a Iván por aquella faena de Camino, o la de Manzanares, o la del maestro Cáceres, o viajar a nuestras ferias o como fue esa narración de la última tarde del 91 de su emblemática gira española y francesa, en la plaza de Zaragoza que tuve el honor de compartir en el micrófono con el maestro Molés y mi hermano Iván.

Parte de lo que he acumulado en materia taurina se lo debo a él. Sin duda. Lo que no sé y es mucho mucho es atribuible a mis debilidades y el único responsable.

Comprenderán que estas líneas están transitadas por la mas viva emoción, por la pena, por la tristeza. Escribir sobre Iván en estas circunstancias me cuesta un mundo.

Puedo entender los gestos condolidos de muchos taurinos que él convocó a través de la magia de la radio ante ese adiós, en la hora de la muerte, del cese de ese largo camino desde que nacemos.

Traslado mis lágrimas a su señora madre, a "la llave", su querida esposa, a su hija, a su nieta, a "mi hermano"  Julián, hermano de carne de Iván pero hermano de vida.

Señora muerte: no vencerá usted pues mientras recordemos a este querido amigo y hermano no morirá entre nosotros. Sé, con la certeza del conocimiento, que Manolo Molés le quiso a mares y está mas que triste y compungido

Dejo que don Pablo Neruda nos recuerde eso que es irremediable: la muerte y su certeza. Sabemos que llegará, cuándo?, no.

A lo sonoro llega la muerte
como un zapato sin pie, como un traje sin hombre,
llega a golpear con un anillo sin piedra y sin dedo,
llega a gritar sin boca, sin lengua, sin garganta.

Sin embargo sus pasos suenan
y su vestido suena, callado como un árbol.

 

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