FESTIVAL POR LA LUCHA CONTRA EL CÁNCER
“¿Tiene que haber siempre un Califa en Córdoba para que haya más corridas de toros?”, se preguntó en un acto sobre los ilustres del toreo cordobés
ABC / Sevilla. “La edad es lo de menos”. Manuel Benítez ‘El Cordobés’ (Palma del Río, 1936) no ha perdido ni un ápice de su naturalidad magnética, de su inteligencia ni tampoco de su sapiencia torera y su generosidad. Tiene 85 años y anoche, en un acto de la Tribuna en Defensa de la Tauromaquia que pilota Juan Machi, celebrado en la Fundación Cajasol, sentenció como lo hacen los maestros eternos. Como V Califa del Toreo que es.
“¿Tenemos que tener siempre un Califa para que den más corridas en Córdoba?”, espetó al ser interpelado por el momento de la Fiesta en la ciudad que alberga a cinco ilustres del toreo, como el propio Diccionario de la Real Academia define el término ‘califa’ en una de sus acepciones.
Estoy sorprendido. Con lo que hemos vivido en Córdoba con el toreo, con cinco Califas... ¿Qué pasa en Córdoba? Córdoba tiene una solera general, por todo el mundo, sus monumentos,... y nos quedamos con los brazos cruzados en el toreo», dijo El Cordobés quien no dudó en lanzar otro reto más de nuevo a preguntas del respetable que llenó la sala de Ronda de los Tejares. "No tengo inconveniente en volver a torear el Festival del Cáncer en Córdoba", subrayó. Y lo vino a decir en una fecha tan señalada como el Día Mundial contra el Cáncer de Mama.
Porque Manuel Benítez nunca da puntada sin hilo. Ni siquiera cuando ya era un niño huérfano que junto a cuatro hermanos vivía en un cocherón en Palma del Río y pasaba hambre. Hambre como para buscar cereales en una ganadería de reses bravas y toparse de frente con un toro. Allí empezó un idilio emocional que duraría décadas.
El acto de anoche recordó las semblanzas de los otros cuatro seres extraordinarios del toreo cordobés: Lagartijo, Guerrita, Machaquito y Manolete. Lo hicieron a varias voces los periodistas Alfredo Asensi y el crítico taurino de ABC Córdoba Víctor Molino.
Glosaron a El Cordobés el prestigioso cirujano Manuel Concha y el decano de los toreros cordobeses, José María Montilla, quien compartió más de treinta tardes con Manuel Benítez, pero una, la más especial, la de su alternativa en Córdoba en 1963. “A la que todos los toreros quisieron apuntarse”, apostilló el diestro cordobés nacido en Gerena. Sigue habiendo Cordobés para rato. Su leyenda, su legado, su personalidad y su anecdotario continúan vivos.
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