viernes, abril 02, 2021

LA LIDIA 02 abril 1882

Han pasado 139 años de aquel primer número y su propósito cada día más vigente, todo un ejemplo de hacer periodismo taurino… 

Nuestro propósito.

Como no; venimos; a luchar en la candente arena política, y sí solo a defender los fueros de un arte que constituye la afición favorita del pueblo español, nos presentamos  ante el público libre de envidias y rencores, sin más objeto que merecer sus plácemes y hacernos dignos de su benévola acogida.

Mortificando algo nuestra proverbial modestia, nos presentamos, un  tanto engreídos por la vanidad ó alguna pasioncilla, ó así que se le parezca, ya que nos atrevemos á firmar que LA LIDIA, nuestra Revista taurina, es el mejor periódico que por su riqueza en el papel, propiedad y elegancia en su dibujo y por todas sus condiciones artísticas, De  nada  servirían estos  esfuerzos,   ó como  se  suele decir,  estos dibujos,  si al reconocido  mérito  de  su  confección  no  acompañase  un  texto  apropiadamente  escrito, ya  que  á  pocas  galas  retóricas  ó  á  escasísimas  galas  de estilo puede  prestarse una  literatura que  debe tener  tanto  de  verdá,  como  de verdad deben  ser  los  lances y    suertes   á  que  su  crítica  vaya   encaminada.

Y  ya   que  de  crítica   se  trata,   prometemos,   pues,  lanzar  á  la  luz  pública  un  número  al  día  siguiente  de cada corrida de  toros  habida  en  Madrid,  con  una  revista  detallada,  circunspecta, más  que  todo,  justi-preciadora   e  todos  los  resultados  que  en ella  tengan  lugar,  atento  siempre  nuestro  criterio  á aquel  que  sugiere  la  justicia  y  nos  aconseja  nuestro  propio  decoro.

La  pluma  de  Alegrías,  que  este  es el  nombre,  si  no  de  pila,  por  lo  menos  de  fiesta  de  nuestro  revistero,  no  conoce  la alevosía ni el ensañamiento, ni  se  halla  movida  por  determinadas    pasiones, ni obedece ni obedecerá nunca á sugestiones parciales de  personalidades ó de partido. Nuestra crítica ha de ser  justa,  prudente,  imparcial  que   tanto   estimulen   á   las   personas, objeto de nuestra censura, como distinga nuestra conducta y honre nuestra publicación.

Queremos   como  el  antiguo   y   bien   pensado   Mengue,  siendo  éstas  las  bases  de  nuestro  programa  de gobierno, "el sufragio universal taurino en su más libérrima  expresión; así es, que  admitiremos cuantas enmiendas,  interpelaciones, votos particulares y peticiones se  presenten    aceptando  la  libre discusión, menos  con  aquellos  que  suelen  discutir  en  tonto". 

Deseamos para la empresa una ganancia segura, pero  desde luego protestamos de todo acto atentatorio a los  intereses del público. Ambicionamos para los  matadores  todo  género  de  felicidades;  pero  si  no pasan y  pasan  mucho,   si no arrancan  corto  y  derecho,  y   si  no  dirigen  sus   respectivas   cuadrillas  con  inteligencia  y  acierto, pediremos en defensa de los fueros del arte, multas, rescisiones de contratos y cuantas penas puedan empañar la reputación que cada uno disfrute.

Ha  de ser  también  nuestra  publicación   espejo   fiel   del  arte  taurómaco  en  sus  respectivas  edades:  así  es,  que  insertaremos  en  sus   columnas,   además   de  documentos,  datos   y  anécdotas   del   mayor  interés,   una   sección  importantísima   de   toreo  antiguo  y  moderno,  en  la  que   se  reseñen  las  revistas   de  toros  donde  los  diestros  que  ya  han  legado  su  nombre  á  la fama  tomaron activa parte,  y  sirva esto de, lección  y curiosidad al  artista  y  al  aficionado.

Después  de  estas  observaciones  y todas estas promesas,    no  nos   es  dado  esperar  sino  la  primera  corrida.  Se  nos   antoja   que  la   temporada   ha  de  ser  rica en  peripecias.

Esto  aumentará  el interés  de nuestros  escritos.  Con  que  el cartel  de  nuestro  abono  fijo  está  ya.  La plaza rebosa de gente,  sonó la  hora del despejo  y  el público  corre presuroso,  á  sus   asientos.

El presidente hace la señal. Comienza nuestro lápiz su tarea. ¡Matadores, cada cual á su puesto!

La Redacción.

 

 

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