Aquel domingo de mayo el pueblo talabricense aún
se resistían a creer que el mismísimo José Gómez Ortega "Joselito"
fuera a hacer el pasillo.
"Joselito"
llegó a Talavera de la Reina después de una mala tarde en la plaza de Madrid,
donde fue pitada su actuación el día anterior.
Cuenta la leyenda que al subir a la habitación del hotel el búcaro del torero, marcado con unas inmensas letras negras con su nombre, cayó al suelo rompiéndose en mil pedazos, y el diestro al ver lo ocurrido exclamó: - Vaya, ya se rompió "Joselito" .
Y es que son miles las historias que circulan sobre la trágica tarde en la que resultó herido de muerte "El Rey de los Toreros".
Nadie podía esperar ese final de un espada de quien su propia madre decía "Para que a mi José lo coja un
toro, se tiene que quitar el toro el pitón y tirárselo.
"Bailaor"
era el nombre del toro que salió en quinto lugar, un toro burriciego al que
"Joselito" lo toreo de capa con oficio y arriesgando más de la cuenta
en el tercio de banderillas. Tres fueron los muletazos con los que preparó al
burel para la estocada, momento en el que sobrevino la cogida que dejó tendido
en el suelo y encogido de piernas al pequeño de "Los Gallos".
Poco
se puedo hacer en la enfermería para salvarle, quedó para la historia la instantánea
tomada del cuerpo sin vida de "Joselito", contemplado por un
desgarrado Ignacio Sánchez Mejías.
Un
multitudinario adiós despidió a José dos días después en Sevilla, el pueblo
lloraba a uno de sus ídolos, y su muerte no dejó indiferente a nadie.
Juan
Belmonte, su gran amigo y rival en los ruedos solía comentar en las
tertulias... “en Talavera me
ganó la partida... tauroweb.es
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