Foto:
Agnés Peronnet
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La apertura de la sexagésima primera feria de Cali,
se realizó con la novillada que arrojó un balance positivo sobre todo para Juan
Sebastián Hernández al cortar las dos
orejas de su primer ejemplar.
"Nestoros"
de "Crotaurinos". Abrir
plaza es complicado por la frialdad del público que no conecta rápidamente con
quien lo hace. Gitanillo de América que ha tenido una buena preparación en
ganaderías hispanas y locales, dejó ver grandes progresos sobre todo en el
sentido del temple que es fundamental. A su primer novillo que nunca echó la
cara abajo lo lidió con series de
muletazos que no pasaron de tres pues el ejemplar no se lo permitía pero
dejó ver el espada que tiene sitio y oficio. Estocada trasera, suficiente. En
el segundo, nada que hacer y lo poquito que hizo, lo hizo bien con voluntad y
porfía a una res parada, hecha un marmolillo que no se prestó para ningún
lucimiento. Estocada delantera que bastó.
Juan
Sebastián Hernández, muestra enormes progresos, Estuvo variado con la capa. Se
gustó toreando a su primero que fue boyante en las embestidas aprovechadas por
el sogamoseño en una faena firme, con sitio y con argumentos muy validos por
los dos pitones sobresaliendo el izquierdo en muletazos largos y templados.
Igual que en el primero se puso de rodillas para saludar a su segundo en largas
cambiadas, apuntando a poder cortar otras dos orejas pero la falta de casta de
su oponente, no le permitió redondear la tarde limitándose a trastearlo,
procurando meterlo en la franela de manera infructuosa quedándose totalmente
parado. Un pinchazo hondo bastó.
El
mexicano Arturo Guilio apunta buenas maneras pero peca a veces de quedarse muy
encima del novillo, ahogándolo, sin darle distancia y sitio; no quiere decir
esto que haya estado mal, no, y sin desconceptuar su labor, creemos que le
faltó eso justamente sitio y distancia para un novillo que la pedía. Por esta
misma circunstancia, salió prendido y golpeado afortunadamente sin
consecuencias. Metió la espada y le fue concedida una oreja que solicitó el
público. En su segundo logró momentos lucidos sin terminar de llegar a los
tendidos con un ejemplar que dio posibilidades.
Se
lidiaron reses del hierro de “Achury Viejo” bien presentadas con los tres
primeros aplaudidos en el arrastre, cuarto y quinto sin posibilidades y sexto
con complicaciones. Pesaron respectivamente 408 – 430 – 410 – 462 – 426 y 418
kilos.
Gitanillo
de America: Palmas y silencio
Juan
Sebastián Hernández Dos orejas y silencio
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