Nota de la redacción:
Hace cinco meses, en octubre de 2017, el estudiante de Comunicación Social de
la ULA-Táchira Romain Caraballo hizo esta entrevista de personalidad al locutor
Kike Rosales. Le correspondió en sorteo, como una práctica académica de la
cátedra Periodismo Informativo del segundo año de la carrera. En el siguiente
texto periodístico de Caraballo, Kike Rosales se define como un ser humano
“perfectamente imperfecto”, un autodidacta, que vino a la vida a vivirla. Es un
sentido homenaje para recordar al hombre de radio que, este Miércoles Santo,
dejó inesperadamente el plano terrenal
Una niñez marcada entre
jugar fútbol y su rebeldía por el estudio. Kike Rosales fue creciendo en una
ciudad “donde sus calles eran libres y se podía jugar”. Vivió durante los
primeros años de su infancia detrás del Hospital Central de San Cristóbal, en
una casa grande donde ahora queda el Rotary Club. Creció junto a sus amigos
como una fraternidad: jugaban fútbol, básquetbol, metras, béisbol, al
escondite, y “nos caíamos a piña”. Tuvo una infancia que recuerda como “muy
tranquila”
En esa parte de mi vida
sentí por primera vez la envidia”, expresó el locutor. Vivía cerca de William
Méndez (ex jugador del Deportivo Táchira), él jugaba bien básquet, béisbol y
fútbol. “Me daba mucha bronca”, evoca. Y, en la actualidad, se lo ha dicho a
Méndez: “El responsable de no haber sido el número 10 del Deportivo Táchira fue
él”, bromea
Luego, sus padres Erasmo
Rosales Avendaño, locutor y periodista, y su mamá Mirian Carvajal de Rosales,
gerente de compras de Cadafe, decidieron mudarse por la avenida Carabobo frente
al parque La Romera. “Allí también jugábamos en las calles”. Pero se dedicó más
al fútbol y poco al estudio. “Me gradúe por libre escolaridad”, -cuenta entre
risas-, “no me aceptaron en muchas instituciones por mi rebeldía”. Entonces, la
idea de Kike era ser ganadero, contar cuentos o poder vivir de escribir, “cosa
que nunca he hecho”
-¿Cómo hizo para iniciarse en la tauromaquia?
-Mi madre me llevaba a toros cuando era niño. Luego, cuando ella dejó de ir, se paraba afuera a escuchar las corridas de toros a don Antonio Aragón cuando no tenía para comprar la entrada. Mi padre fue presidente del Concejo Municipal de Ureña en el año 1973, y Julio Romero, quien organizaba la feria en los pueblos, montaba las plazas y toreaba. Un español muy querido, gran amigo. Yo lo vi vestirse de torero, aquello me pareció mágico.
Luego de haber hecho un programa de televisión con
Federico Núñez y Víctor José López, “El Vito”, Rosales considera que para él
“son lo máximo en la crónica taurina”.
Así cuenta su primera experiencia en la Plaza de
Toros: “Un día don Gregorio González Lovera me dijo: ‘Debes estar pendiente
porque Antonio Aragón está muy mal y yo sé que te gusta los toros’. Me pasaron
al callejón, comencé a narrar y César Lara Motonete me dijo que don Antonio se
había quedado ciego. De allí tuve que aprender cómo narrarle la corrida a un
ciego”.
Después, comenzó a descubrir la magia de las
corridas de toros, el entorno, la historias de los toreros que han muerto por
herida de asta de toro. Tiene en una historia cultural un sinfín de leyendas.
Rosales se aficionó.
Kike, el narrador de fútbol.
Otro de sus oficios es narrar fútbol. Sobre esto,
cuenta este hecho curioso: “Fui invitado al programa ‘Deportivas Táchira’ por
Jairo y Manolo Dávila. Yo hablaba mucho de fútbol, pero fui, no porque quería
ser comentarista de fútbol, sino para entrar gratis al estadio. Y como venía la
Copa Libertadores, pensé que así me llevaban gratis a otros países”. Pero esa
vez, año 1985, suspendieron a la Federación Venezolana de Fútbol por la FIFA.
Por otra parte, comenta: “Soy un ser humano, por
ende, tengo muchos errores”. Mantiene una excelente relación con sus exesposas
y sus dos hijas -Vanessa y María-, relación de respeto, afecto y aprecio,
tratando de ser buen amigo: “Creo que lo he logrado, a pesar de todos mis
demonios internos, pero hay que enfrentarlos para poder superarlos”.
Cuando nació la segunda hija del locutor, cuenta
que “fue muy gracioso porque el doctor me decía que tiene Síndrome de Down y no
me la daba, hasta que me molesté y le dije: ‘Démela, ¿acaso la va a criar
usted, o yo?’”. María vive con su mamá y es la bendición de toda la familia.
-¿Quién es Kike Rosales?
-Soy un autodidacta. La formación académica es muy importante, el saber leer y ser muy buen oyente, además siempre soy yo mismo, nunca he tratado de imitar a nadie. El interés de saber que yo vine a la vida a no ser triste, ni a ser feliz; vine a vivirla. Yo vine a superar los problemas que tengo y cómo me puedo reír hasta el punto de mearme de ellos. Yo entendí algo en la vida:
“nosotros vivimos de etiquetas, nos doctoramos, nos
licenciamos, magíster o tantos títulos, y nos olvidamos del más importante:
tratar de ser “señor”. El diario nos obliga a ser “señor”, por eso soy como
dice mi hija mayor, Vanessa: “Mi papá es perfectamente imperfecto”.
Como una próxima meta, Kike Rosales quiere escribir
un libro sobre tres hechos fundamentales en el Táchira: la Feria de San
Sebastián hasta que se hizo la Plaza de Toros; el Mundial de Ciclismo, y cómo
era el Deportivo Táchira antes del gol de Francovich de arco a arco. “Estoy
investigando sobre estos temas” Tomado: www.lanacion.con.ve
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