En Maracay el cielo es una
hornilla.
Jesus E. Colombo |
Víctor José López “El
Vito”.
Mientras la Empresa Agrocasta, con la
intención de presentar los mejores carteles posibles para sus compromisos
josefinos durante la Feria de Maracay, continúa deshojando margaritas, los
aficionados en los corrillos proponen combinaciones de todo tipo. Y no se
inhiben en expresarlos.
Hace
rato que hierve la pasión taurina entre quienes por cerca de cinco décadas
empuñaron el bastón de mando en la Fiesta de los Toros, bastón que ahora
empuñan los andinos, que reclaman el poder del toreo. Lo hacen con hechos, no
con palabras con sus ferias de gran tronío y difusión intercontinental, sus ganaderías,
con las escuelas taurinas y, principalmente, con sus buenos toreros.
Erick
Cortéz, máxima representación del toreo de Aragua, como matador de toros
y Empresario, luego de recientes destacadas actuaciones en San Cristóbal y
Mérida durante sus ferias de San Sebastián y del Sol, ha aceptado el
reto.
Un
reto con un marcado hándicap provocado dentro de la cabaña brava por la severa
crisis económica y política que afecta a la nación.
No
hay toros en el campo venezolano. Lo hemos pregonado y se ha constatado en las
plazas de San Cristóbal y de Mérida, aunque la corrupción pretenda tapar el sol
con un dedo han salido los ganaderos y las autoridades con las tablas en la
cabeza.
Haciendo
de tripas corazones, Erick logró reunir jóvenes encierros en casa
de Juan Campolargo y otro de Laguna Blanca de Euclides Sánchez. Se fue
hasta allá, en el generoso Yaracuy, para vestir los carteles del sábado 19 y
del domingo 20 de marzo la tarde que se anuncia la alternativa de Edgar
Antonio “El Victoriano” con el sevillano Daniel Luque.
Leonardo García, el
de los contrastes.
Ayer
mismo se anunció la contratación del polémico Leonardo García, torero de
espantadas y de entrega, según venga envuelto el compromiso; y luego, por la
noche, se informó la contratación de uno de los más sólidos valores de la
torería de Venezuela y de América, al que la España exigente espera esta
temporada con bien cimentada expectativa: Jesús Enrique Colombo. A Colombo los
de Aragua querían verle con Manolo Vanegas y el propio Edgar Antonio, pero las
circunstancias lo han impedido y ahora salta como lentejuela esperanzadora su
nombre en el capote de posibilidades de la Feria de San José de Maracay del
2016.
Es
decir, habrá un festejo mixto, de matadores de toros y con un novillero, al
estilo que recurría aquel histórico empresario catalán, don Pedro Balañá al que
tanto debemos los venezolanos por haber descubierto grandes toreros
venezolanos, precisamente en estos festejos taurinos. Corridas mixtas, aquellos
con las que Balañá en la Monumental de Barcelona lanzó al estrellato a Dámaso
González combinándolo con Curro Romero en cartel inaudito aunque exitoso.
Aún
le quedan pétalos a la margarita que sostiene en manos de Erick Cortéz,
Agrocasta. Están sobre la mesa los nombres de un andino triunfador que llegó el
Perú con una escoba, barriendo en las ferias de San Cristóbal y de
Mérida. Nos referimos a Rafael Orellana, máximo triunfador en San
Sebastián y El Sol. Por otro lado está El Califa de Aragua, a quien los locales
reclaman en San José. Y un tercer espada, Manuel Medina “El Rubi” que con una
trayectoria brillante como profesional reclama un sitio en las ferias
josefinas.
Hay
ambiente en Maracay, porque hay motivos taurinos para que lo haya, y nos hace recordar
aquello que Leoncio Martínez escribiera hace 83 años:
El
Cielo, arriba, una hornilla; el circo, abajo, una fragua: el corazón de Sevilla
se esta quemando en Aragua" (Leoncio Martínez "Leo")
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