Jesús Araujo “Castoreño”
Sevilla,
con su torre antiquísima repleta de oro americano, su plaza de toros del
baratillo, las remansas aguas del Guadalquivir de su mítico y mimado Curro Romero, es cuna de un torero nacido en la Puebla del Rio
llamado José Antonio Morante a quien
artísticamente le llaman Morante de la Puebla.
Ha
querido RAMGUERTAURO en la persona
de Ricardo Ramírez Mora, traer a Mérida
a este exquisito coleta dado el palmarés
de triunfos, muchos sin orejas de este ungido con el aceite antiguo de los
elegidos.
Cada
cierto tiempo surgen figuras que rompen en la estelaridad del oficio, Morante calladamente llegó al
estrellato gracias a esa calidad
incopiable con la que realiza su
toreo y que los entendidos aplauden, siguen y admiran.
De la Puebla
es un torero que habla al hacer, con la capa, toma la fucsia tela con la punta
de los dedos y deja desmayar el trapo sobre sus rodillas con tal plasticidad
que el lance se convierte en pasión con tintes de estatua, ejecutando medias
verónicas que enmudecen y hasta revoleras que sorprenden.
Sus
chicuelinas, a la altura de la rodilla son contrarias a las de Camino y muy semejantes a las de un Romero y como dicen los taurinos
mascullantes... no hay desperdicio.
Ahora
bien, si esas virtudes las tiene con la capa que opinan Uds. con la muleta?
José Antonio
tiene la virtud de compaginar hechuras, andares, pellizcos, gracia y quietud
que le dan paso al sentimiento y al arte, pues su derechazos, tan lentos como
una procesión de tortugas, nada le envidian a su toreo al natural donde el
Sevillano pareciera detener la respiración de lo presentes con ese mortal
temple lento que emboba y bobalicona, pudiéndose oír el ruznar de los insectos
en vuelo y el tic tac del reloj en las muñecas.
Las
cantábricas aguas que antesalan al mediterráneo, en su inmensidad, llevan sobre
sus olas el arte de Morante que
viene a atracar en playas caribeñas para gusto y satisfacción de los públicos
de este lado del charco, pues su entrega lleva tinte de calidad como un área de Placido
Domingo, un manchón de oleo de un Siqueiros, una tonada de la Pantoja o las
cuatro orejas y los dos rabos de César
en Sevilla.
Mérida tiene una vez mas el honor
de que Morante de la Puebla adorne las marquesinas taurinas con su nombre,
eso querido lector es estelaridad, gracias a la iniciativa de RAMGUERTAURO que le da a la ciudad “pedazo”
de gusto, por eso y por muchas razones, debemos apoyar a la empresa que hace
tremenda inversión por mantener el piso solido del ferial, olvidando
trivialidades que le dan importancia a unos don nadie, quienes, gratuitamente y
por gusto personal, quieren imponerle sus ideas a la masa, pues recordemos una
vez más, que cultura es toda aquella disciplina que reúne masas de gente para
rendirle culto a la misma... culto... cultura.
Esperemos pues que la
bravura dispuesta para las actuaciones de Morante
en Mérida embista a sus telas toreras para “hartarnos”
de buen torear, ojala la suerte, esquiva y escogedora, permita que él de la puebla interese carnes con la daga
mortal para que su nombre aparezca de nuevo en la FIS 16 para gusto y regusto de los públicos de Venezuela, pues a la
plaza, van miles de aficionados de todo el país... recuerden… En tendidos y barreras,
demostremos el civismo Merideño para grandeza del gentilicio... va por Uds. Castoreño en mano!!!
morenitomilla@gmail.com- 04167703846
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