Jesús Araujo “Castoreño” Permanecen aun
las huellas de las zapatillas del merideño Cesar
Faraco sobre la arena del vaticano del toreo mundial como lo es la
imponente plaza de toros Las
Ventas de Madrid, hollar pedestre que permanece allí, pues es el único
Venezolano en lograr su abrazo doctoral en tan vetusto y exigente coso.
Uno de los fundadores de tan importante ciclo taurino fue Don Livinio Stuick, madrileño de azul mirada y apellido extranjero que
le dio nivel a la Isidril cita de
mayo y durante su administración dos Cesares
Venezolanos se cubrieron de gloria.
El caraqueño Cesar Girón logro
la hazaña de salir 9 veces a hombros por la puerta del rey con las orejas cual
aval, en esa plaza,”pies de búfalo” de Pablo
Romero por poco le quita un ojo a este maracayero de crianza.
Pero, lo mas significativo de estos caballeros de luces, fue el abrazo
doctoral del merideño Cesar Faraco,
señor del buen proceder y caballero hasta el encanto, después de haber cumplido
una campaña novilleril estelar pues fueron varias las veces que toreo en Madrid y Sevilla, su apoderado. Don Manuel
Mejías Rapela, lo incluyo en los carteles Isidriles del oso y el madroño gracias a su amistad con Don Livinio.
Antonio, el esclarecido de la casa, abrazaría doctoralmente al San juanero, la bravura seria de Carlos Núñez y el día vispero al 15…13
de mayo.
Su toreo, pundonoroso y estático con
chispas de rondeño y reciedumbre castellana, convencieron a los vecinos del chotis y Lavapiés, la plaza se anego de
aplausos y César muy
ceremoniosamente recorrió la redonda agradeciendo el halago.
Vivió muchos años en México donde Jaime
Rangel le confirmo el doctorado por deferencia, pues los alternativados en
Madrid, no lo requieren.
Inauguró nuestra plaza monumental
como también la coqueta plaza del Country
Club la cual lleva su nombre, se radico en San Cristóbal como maestro de la escuela taurina y saco muy buenas
promesas.
Cuando le dijo adiós al oficio de luces lo hizo en Caracas ante seis torazos
de Piedras Negras, los de la corbata
cual muesca, pasaportó con mucha dignidad los seis y caracas le rindió honores,
teniendo un servidor junto a Juan Bautista Guillen, la alegría y el honor de
haberlo sacado a hombros en tan memorable tarde
Faraco y Guillermo
Sandoval de México son los únicos americanos doctorados en las ventas, César, fue un hombre probo de
intachable proceder que le granjeo miles de amigos, señor en la plaza y en la
calle y como torero, le dio a Venezuela muchas satisfacciones pues el orgullo
gentilicio era de Mérida.
El compadrazgo fue nuestra hermandad, mi admiración su agradecimiento y el
respeto la savia vivificante de la amistad, César, ennobleció con su amistad la casa Rodríguez Jáuregui, alentaba a “El
Tovareño” por su don del temple y
ole exacto, apreciaba a Leonardo Salas por su aporte y preocupación por la
fiesta y añoraba vivir bajo el cielo azul de su Mérida natal.
Hoy, cuando las mustias horas del calendario cayeron al pie de los años
vividos, su cuerpo descansa en el cementerio de San Cristóbal, ciudad que lo aprecio y lo adopto, la cual el,
aprendió a querer y le entrego su paz eterna en señal de amor por tantos beneficios
prodigados…salve…oh César, Cóndor de los Andes.
morenitomilla@hotmail.com
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