sábado, mayo 12, 2012

Faraco… Un merideño inmortalizado en Madrid



Jesús Araujo “Castoreño”  Permanecen aun las huellas de las zapatillas del merideño Cesar Faraco sobre la arena del vaticano del toreo mundial como lo es la imponente  plaza de toros  Las Ventas de Madrid, hollar pedestre que permanece allí, pues es el único Venezolano en lograr su abrazo doctoral en tan vetusto y exigente coso.

Uno de los fundadores de tan importante ciclo  taurino fue Don Livinio Stuick, madrileño de azul mirada y apellido extranjero que le dio nivel a la Isidril cita de mayo y durante su administración dos Cesares Venezolanos se cubrieron de gloria.

El caraqueño Cesar Girón logro la hazaña de salir 9 veces a hombros por la puerta del rey con las orejas cual aval, en esa plaza,”pies de búfalo” de Pablo Romero por poco le quita un ojo a este maracayero de crianza.

Pero, lo mas significativo de estos caballeros de luces, fue el abrazo doctoral del merideño Cesar Faraco, señor del buen proceder y caballero hasta el encanto, después de haber cumplido una campaña novilleril estelar pues fueron varias las veces que toreo en Madrid y Sevilla, su apoderado. Don Manuel Mejías Rapela, lo incluyo en los carteles Isidriles del oso y el madroño gracias a su amistad con Don Livinio.

Antonio, el esclarecido de la casa, abrazaría doctoralmente al San juanero, la bravura seria de Carlos Núñez y el día vispero al 15…13 de mayo.

Su toreo, pundonoroso  y estático con chispas de rondeño y reciedumbre castellana, convencieron a los vecinos  del chotis y Lavapiés, la plaza se anego de aplausos y César muy ceremoniosamente recorrió la redonda agradeciendo el halago.
Vivió muchos años en México donde Jaime Rangel le confirmo el doctorado por deferencia, pues los alternativados en Madrid, no lo requieren.

 Inauguró nuestra plaza monumental como también la coqueta plaza del Country Club la cual lleva su nombre, se radico en San Cristóbal como maestro de la escuela taurina y saco muy buenas promesas.

Cuando le dijo adiós al oficio de luces lo hizo en Caracas ante seis torazos de Piedras Negras, los de la corbata cual muesca, pasaportó con mucha dignidad los seis y caracas le rindió honores, teniendo un servidor junto a Juan Bautista Guillen, la alegría y el honor de haberlo sacado a hombros en tan memorable tarde

Faraco y Guillermo Sandoval de México son los únicos americanos doctorados en las ventas, César, fue un hombre probo de intachable proceder que le granjeo miles de amigos, señor en la plaza y en la calle y como torero, le dio a Venezuela muchas satisfacciones pues el orgullo gentilicio era de Mérida.

El compadrazgo fue nuestra hermandad, mi admiración su agradecimiento y el respeto la savia vivificante de la amistad, César, ennobleció con su amistad la casa Rodríguez Jáuregui, alentaba a “El Tovareño”  por su don del temple y ole exacto, apreciaba a Leonardo  Salas por su aporte y preocupación por la fiesta y añoraba vivir bajo el cielo azul de su Mérida natal. 

Hoy, cuando las mustias horas del calendario cayeron al pie de los años vividos, su cuerpo descansa en el cementerio de San Cristóbal, ciudad que lo aprecio y lo adopto, la cual el, aprendió a querer y le entrego su paz eterna en señal de amor por tantos beneficios prodigados…salve…oh César, Cóndor de los Andes.
                                                                                                 morenitomilla@hotmail.com


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