sábado, abril 14, 2012

Sevilla, la terna, por encima de los astados y del viento


Aplausos. El mal tiempo imposibilita cualquier opción de triunfo en la tercera de abono del ciclo sevillano. Tanto Oliva Soto como Antonio Nazaré y Diego Silveti ponen todo de su parte para triunfar, sin éxito.

Oliva Soto recibió al primero, un montealto con un magnífico fondo de nobleza que embestía con calidad en las primeras tandas, y que se mostraba colaborador y obediente, pero el viento imposibilitó que la faena pudiera llegar a cuajar. Aún así, Oliva dejó detalles de torería y trazos artísticos y remató muy bien de una estocada buena. Lástima que el puntillero enfriara la cosa y, pese a que hubieron algunos pañuelos, muy pocos, la cosa quedó en una vuelta al ruedo.

El segundo toro, que correspondía a Antonio Nazaré, era bonito de hechuras pero resultó manso y rajado. En ningún momento quiso saber nada de la muleta del sevillano, siempre muy por encima, que luchó contra el viento y la mansedumbre de su oponente e incluso en el tramo final de la faena se pegó un arrimón en la cara de su astifino rival demostrando sus ganas. Fue silenciado después de tres intentos con la espada y sonar un aviso.

Diego Silveti se presentó en La Maestranza como matador con un buen toro, noble y bravo en el caballo y que embistió con claridad en la muleta en un primer momento pero que se fue apagando poco a poco. Silveti realizó una faena variada y de buen gusto con muletazos de buen corte rematado por bernadinas, pero la cosa no llegó a cobrar vuelo. Mató al segundo intento y recibió una merecida ovación tras oír un aviso.

El cuarto fue un animal con fijeza pero sin transmisión, por lo que un decidido Oliva Soto tuvo que hacerlo todo en una faena decorosa con poca historia donde lo mejor vino por el pitón derecho. Mató de media estocada. Silencio.

Toro muy soso el quinto que no transmitió y desarrolló cierto peligro por el pitón izquierdo. Un voluntarioso Nazaré expuso todo lo que pudo pero no llegó a emocionar a los tendidos en ningún momento. Tras una buena estocada, un nuevo silencio.

Con el que cerraba plaza, un animal que alternó las malas intenciones con la violencia incluso y que desarrolló bastante peligro, Silveti se justificó en una labor larga que no pudo brillar ante la incomodes del astado. Estocada y palmas para Diego y fin a la tercera de abono.

Sevilla, 14 de abril.

Toros de Montealto.

OLIVA SOTO. Vuelta al ruedo y silencio.

ANTONIO NAZARÉ. Silencio tras aviso y silencio.

DIEGO SILVETI. Ovación tras aviso y palmas.

Entrada: Media plaza.

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