Foto Jorge Manrique Grisales-Astauros
Tomado de: La ruta del toro en Colombia /Jorge Manrique Grisales Astauros En medio de un paisaje impregnado de niebla y viento frío que desciende del volcán Sotará, se encuentra la Ganadería de Paispamba, en el centro del departamento del Cauca, hasta donde llegó una numerosa expedición de aficionados y toreros ansiosos de conocer el toro bravo en su hábitat.
"La Ruta del Toro Colombia", iniciativa del banderillero Juan Carlos González, más conocido como "El Topito", y del joven aficionado y fotógrafo, Brian Orozco, llegó hasta la Hacienda de don Enrique Alvarez, quien a simple vista proyecta la imagen de cómo será en algunos años el cantautor catalán Joan Manuel Serrat. El parecido es grande en lo físico.
Don Enrique, nacido en Valladolid (España), es un hombre que habla claro, expresa lo que piensa y asume con gran amabilidad su papel de anfitrión.
El respeto por el toro
En el recorrido por la dehesa habla de sus toros y hace recomendaciones a los asistentes en cuanto a las normas que deben guardarse cuando se está en el mismo espacio con imponentes ejemplares que pastan a 2.600 metros sobre el nivel del mar.
La ganadería de Paispamba está fundamentada hoy Torrestrella-Jandilla, por lo cual sobre el verde de los potreros se dibujan los pelajes negros, colorados y chorreados de los toros. Son ejemplares alejados de la tortura de las moscas y las garrapatas por el clima frío en el que se crían.
En la última semana ha habido algunos enfrentamientos en los potreros. Don Enrique recomienda estar atentos a un toro que resultó derrotado en una pelea con uno de sus hermanos (en el argot taurino se le dice "abochornado"). Estos quedan con resentimiento y se arrancan de improviso. Observamos al animal cogear un poco, alejado de la manada.
La franqueza del ganadero
"No entiendo por qué se pagan cifras exhorbitantes por los encierros en Cañaveralejo... Eso encarece la fiesta y va a terminar acabándola... Son los mismos ganaderos que regentan la plaza de Cali los que inflan los precios... Por decir estas cosas es que allá me consideran persona no grata", afirma don Enrique Alvarez.
Su franqueza no riñe con su amabilidad. A cada rato observa los rostros de sus invitados en busca de preguntas. Hay algunos niños. A ellos, con mayor insistencia, los invita a preguntar. Se toma fotos con ellos y seguimos hacia otro potrero donde pastan ejemplares que van de los 400 a los 500 kilos. Algunos se embarcarán hacia plazas de Venezuela donde Paispamba ha cosechado grandes triunfos desde 1992.
"La bravura es recesiva y por esa hay que seguirla buscando..." Esta frase nos introduce a la tienta que encabezan el matador Ramiro Cadena, el aficionado práctico, Alejandro Valencia, el banderillero "Chiricuto", el picador Rafael Torres y el propio "Topito" en la pequeña plaza de tapia y tejados invadidos de musgo y líquenes.
Una vaquilla con nota sobresaliente
La primera vaquilla, colorada y pronta, embiste con bravura a la cabalgadura. El ganadero la observa con atención y en voz alta hace sus comentarios para que todos los escuchemos... "Ya está vista...", anuncia para que Ramiro Cadena la toree a su gusto con la muleta. El animal va y viene. Mete la cabeza. El ganadero sigue hablando bien de ella. Otros novilleros y aprendices alternan ahora con esta pequeña estrella del tentadero.
La segunda vaquilla, negra y ligera de patas, no se emplea en el caballo de Rafael Torres, quien la llama insistentemente: "...Eh niña..." En cuanto siente la vara, se retira. El ganadero hace gesto de desaprobación...."Ya está vista...", dice para que empiece el trasteao de Cadena y los demás presentes en el ruedo. Al cabo de unos minutos se oye el "Puerta..." que anuncia el ingreso del animal nuevamente a los corrales de la placita.
Sale un novillo chorreado de pitones acaramelados. Lo recibe el aficionado práctico Alejandro Valencia, quien lo adquirió para liadiarlo allí mismo. El novillo inspira respeto. Es pronto, pero se revuelve. Va con la cara a media altura y en el trasteo desarma a varios que intentan fijarlo. "El topito" coloca un par de banderillas que lo alegran. Ramiro Cadena, en plan de lidiador, trata de someterlo. Es pronto pero su embestida no es muy clara. Hay que poderle.
El valor de las mujeres
El ganadero anuncia la vaquilla para probar el valor de los aficionados. "El topito" pregunta quien va a torear... El ganadero entusiasmado reta a las damas, pues en algunos momentos las ha visto hacer lances a las vaquillas de tienta. Tres osadas jóvenes saltan al ruedo. Lo hacen también otros instigados por sus novias, esposas, hijos o amigos.
La vaquilla es alegre y se presta. Se escuchan aaaayyyes de susto, emoción o de aterrizaje forzoso contra el piso de tierra de la placita... Muchas risas, adrenalina, pero nada que lamentar.
La faena termina con la foto oficial con el ganadero, los alternantes, el mayoral y todos los que hicieron posible la agradable velada. Luego vendría el almuerzo en el histórico Hostal donde se pueden revivir los últimos pasos del procer payanés Francisco José de Caldas.
Al caer la noche, la niebla cubre el pueblito de Paispamba. Arriba quedan los toros, las palabras del ganadero, el valor, el arrojo y el recuerdo de haber visto en su casa al rey de la fiesta.
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