Alejandro, El Rey David y Don. Juan Silveti.
En el camino de la estruendosa reaparición en los ruedos, José Tomás tendrá entre los muchos momentos que harán historia pero hay uno de trascendental importancia. Nos referimos a la alternativa que le concederá a Diego Silveti en la plaza de toros de Gijón.
¿Por qué trascendental, por qué importante? Por muchas y diversas razones. En Primer lugar por todo lo que ha provocado Tomás con su vuelta a los ruedos en España y en el mundo del toreo, y el que en el camino le concedara el doctorado a un miembro de la única dinastía de toreros en la historia de cuatro generaciones de matadores. No cabe duda. La otra es porque José Tomás había elegido al padre de Diego, el desaparecido David Silveti, para que fuese el padrino del doctorado del madrileño.
Vayamos por partes.
El pasado martes conversábamos con Juan Silveti en su rancho de Guanajuato, Juan es el abuelo de Diego, y el padre de David y de Alejandro, dos toreros que entre nosotros los venezolanos vivieron grandes momentos en sus fulgurantes carreras como matadores de toros. A su vez Juan es hijo de aquel torero legendario, rival de Gaona que en la época de oro del toreo compitió en España con Joselito “El Gallo” y con Juan Belmonte. Nos referimos a “El tigre de Guanajuato” Juan Silveti Mañón.
Juanito, en medio de la sabrosa charla rodeados por recuerdos de su brillante carrera, charla allá en la Salamanca mexicana, nos decía que con el doctorado de Diego “la Dinastía Silveti es la única dinastía de toreros con cuatro generaciones de matadores de toros”. -”Mi padre fue matador de toros, yo fui matador de toros, mis hijos David y Alejandro fueron matadores de toros y Diego sera matador de toros”. Juan Silveti Mañón, como hemos referido al padre de Juan, empezó a torear en 1910. Ahora la línea dinástica continuará con Diego Silveti Bosque, a partir del 12 de agosto con la alternativa de Diego.
“El Tigre de Guanajuato”, como entre muchos sobrenombres llamaban a Silveti Mañón, tomó la alternativa de matador de toros en 1916 en la Plaza de La Condesa, México. Ese mismo año, 1916, logró el crédito español en Barcelona. “El hombre de la regadera”, como también lo llamaban porque bañaba a sus alternantes con sus inauditas hazañas de valor jamás procuró comodidades durante su legendaria carrera. Fue monaguillo, capitán en la Revolución Mexicana y guerrillero en los llanos de Casanay, Colombia, donde había huido huyéndole a la persecución política. Charro orgulloso, y rival de los genios del toreo como Joselito, Belmonte y Gaona. Tuvo tres hijos este Silveti Mañón, Juan Antonio y Fernando, novilleros, y Juanito Silveti Reynoso, figura del toreo y padre de David y Alejandro, matadores de toros muy destacados y conocidos y admirados por la afición mundial del toro.
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