
En esta alternativa hay un componente de admiración muy profunda por parte de José Tomás hacia David Silveti, el padre de Diego, por el que el madrileño siempre sintió, y los más cercanos a su entorno lo saben, un profundo respeto. Por su concepto del toreo, por su manera de entender este arte, por ese don secreto que David Silveti tenía delante de los toros. Y quien lo vio, quien lo disfrutó, sabe muy bien de lo que estoy hablando.
José Tomás siempre valoró todo esto, y siempre sintió que David Silveti no pudiera convertirse (como así lo anunciaban los carteles originales) en su padrino de alternativa. Una inoportuna lesión de rodilla díez días antes de la corrida (una más en las maltratadas rodillas del mexicano) le impidió hacer el paseíllo en la Monumental de México aquel día de diciembre de 1995, cuando José Tomás tomó la alternativa.
Aquella ausencia, sentida siempre también por David, como años más tardes me confensó personalmente el propio Diego, podrá ser "compensada" en Gijón el próximo 12 de agosto. Ese día se cerrará un círculo. David Silveti, José Tomás, Diego Silveti... Qué cosas más bonitas tiene el toreo.
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