sábado, diciembre 06, 2025

LA MONTERA DEL DIAMANTE NEGRO


Dice en el fonde la montera "Juan Jiménez, Sastre de Toreros. El Prado 12. Madrid España".   Es encontrar los caminos árabes de cada imagen de España vieja.                Es presenciar las voces de las multitudes en los monumentales ruedos de Sevilla, con sus ocres de barro y las eternidades colgadas en los sentidos de las vidas,         de Torremolinos con la sangre de Federico Garcia Lorca y de Madrid en los vinos  para hacer de la maestranza de Maracay el más insigne misterio de regresar en silencio para contemplar a Carlos Raúl Villanueva, el arquitecto hablando con el benemérito general Gómez y entre cintas  y clamores entender de la virtud torera de Luis Sánchez "El Diamante Negro" como de la noche; las Barajas de los reyes y de las estrellas la silueta de un casta bramando los siglos  en el bronce de la redoma  de las Delicias .  Quizás de la dinastía de Torre Estrella o de la ganadería Domecq de los Miura.    

Ayer divisé  la Montera del diestro de ,  como si de memorias aún viviera en la solemnidad de las Ventas y de Andalucia en los besos de una gitana llorando de amor por las eternas promesas.  En la"Vara,Eota" de Arturo Michelena y de las fotografías  consagradas del famoso crítico de arte Alfredo Boulton en las medidas de una plegaria y las astas románticas de aquel hacedor de  cien años, casi poético con el significado de ser "El Diamante Negro"  él torero bendito de Ocumare del Tuy y quién abrió las puertas en España a la torería de venezolanos  para consagrar los hechos  de la ceremonia que vivió las culturas y pregonó los tiempos hermosos bajo las notas de grandes  carteles ocurridos  en los majestuosos  pasodobles...     entonces después del adiós aún vive la montera del maestro. Aún tiene el olor de los toros y lleva en su  encanto:  los millones de  miles   de aplausos,  posee las arenas de las plazas y los  llantos y nervios   de los encierros, viste los paseillos y se va en una  caja   de  cristal para que algún día de todas las verdades taurinas, se pueda decir por fin, "Fue del Diamante Negro" el hombre torero y siglo de una pasada historia taurina venezolana...           

Para que viva por siempre La Paz...      

///   Néstor Melani Orozco /                            Presidente de la Comision Taurina de La Grita / Cronista de la Grita Edo Táchira - Venezuela 

Por qué se otorgan orejas y rabo a los toreros como premio a su faena?

 



Por. Carlos Alberto Vega Pérez

El corte de los apéndices taurinos tuvo su origen en el siglo XVIII debido a una costumbre puesta en vigor por los Caballeros propietarios de las plazas de las Maestranzas de Ronda y Sevilla, cuando premiaban al matador si se había lucido en su lidia obsequiando el toro muerto por él.

Cuando el éxito coronaba el arrojo en la lidia y muerte del burel como caso excepcional, el torero recibía en premio a su hazaña el toro que había matado y se manifestaba otorgándole la oreja. Éste ritual no era un simple protocolo, sino que cumplía el mandato real; hay que señalar que solo cuando asistía el Rey y por orden suya, se concedía a los matadores las reses muertas por ellos.

La primera referencia registrada la escribió el francés Antoine de Brunel, en su escrito sobre una corrida de toros que presenció en Madrid en 1655: “Un mozo dio al toro un golpe tan fuerte (con la espada) que le alcanzó entre los cuernos, hiriéndole de tal forma que le hizo sangrar a borbotones. Después mandó pedir el toro al Rey, quien se lo concedió”.

En aquella época una oreja simbolizaba la entrega del toro completo, el máximo galardón; el diestro la presentaba en el desolladero como un justificante que le acreditaba con derecho a recoger la res.

Con el paso del tiempo y comercializarse el negocio de las corridas de toros, las Maestranzas arrendaron el servicio de carnes en las Plazas, los contratistas ya no regalaban la carne a nadie ya que ese era su negocio.

Por lo tanto, los Maestrantes instauraron como trofeo simbólico de la entrega del toro completo al espada triunfador, una oreja del enemigo recién vencido y sólo se les concedía a los matadores como un reconocimiento excepcional, si habían realizado una buena lidia y triunfado con el estoque, por eso, la suerte de matar siempre ha sido la suerte suprema.

Posteriormente la premiación fue cambiando debido a que las grandes faenas eran poco valoradas con el obsequio de una oreja, sin embargo, no era viable la entrega de 2 o más toros en un festejo o a un mismo matador, por lo que se implementó después la siguiente forma de premiar: con una oreja, al torero le correspondía un cuarto del toro; con dos orejas, medio toro y con dos orejas y rabo, el toro entero.

El torero era libre de vender la carne, para ganar dinero, o bien, una parte y reservar algo para él, su familia, su cuadrilla o alguna beneficencia.

Años más tarde los empresarios cambiaron la costumbre de otorgar la oreja por una onza de oro a cambio de res, pero los matadores rechazaron el ofrecimiento por considerarlo una limosna.

En 1850 comenzó la evolución en el toreo, los espadas aumentaron sus honorarios desapareciendo otras costumbres, como el regalo del vestido de torear, quedando reducido el honor de cortar la oreja sin emolumentos. Desde entonces fueron rarísimas las orejas que se concedían, pues conocedor el público de lo poco que aquello significaba, se limitaba a premiar con aplausos las faenas de los diestros cuando estos ejecutaban trabajos que se salían de lo vulgar.

La primera oreja concedida en España fue en 1876 en la recién estrenada Plaza de Toros de la Fuente del Berro en Madrid y se entregó al matador José Lara “Chicorro”; a él, correspondió el honor de ser el ultimo torero que cortó una oreja y se le diera el toro como premio y reconocimiento a su buen desempeño durante la lidia y muerte del burel.

En una crónica de la época se menciona lo siguiente: “Era el 29 de octubre 1876, y en tercer lugar saltó al ruedo el toro “Medias Negras”, berrendo en negro, botinero, capirote y bien puesto, perteneciente a la vacada de Benjumea. “Chicorro” con extraordinaria limpieza le dio el salto de la garrocha, brindando al palco real, que estaba ocupado por el Rey Alfonso XII y los príncipes de Sajonia Weimar. Enseguida se fue al toro y le arrancó la divisa, subiendo al palco regio y ofreciéndosela a los Príncipes”.

“Cuando bajo a la plaza y en medio de una atronadora ovación colocó tres pares de banderillas, arrojándoles los espectadores multitud de sombreros. Con la muleta ralló a gran altura, matando de una entera a volapié, después de un pinchazo. El público entusiasmado, empezó a solicitar que le concedieran la oreja, llenándose la plaza de pañuelos y el Presidente, por voluntad del Rey, ordenó que se la entregaran y que le dieran el toro también”.

La primera oreja otorgada “oficialmente”, fue para el matador Vicente Pastor conocido como “El chico de la blusa”, alternando con Antonio Boto “Regaterin” quien resultó herido y Manuel Rodríguez “Manolete”, en la Plaza de Toros de la carretera de Aragón de la ciudad de Madrid, el día 2 de octubre de 1910, el diestro realizó la hazaña ante el toro "Carbonero” de la ganadería de Concha y Sierra, que fue condenado a banderillas negras. Después de una colosal faena y de un gran volapié, se produjo un gran delirio del público agitando sus pañuelos, accediendo el Presidente a la demanda del respetable.

La crónica escrita en el diario ABC dice lo siguiente: “El toro fue de pelo negro, bragado, apretado de carnes, de cornamenta gacha. De salida hizo cosas de mansurrón y tras una larga serie de capotazos, tomó una l vara de “Cantaritos” de la que salió suelto. La lidia se llevó al revés, con un picador y dos toreros a la derecha, tomó otra desarmando al picador.

Cuando Pastor se fue para el toro, tenía este mucho que matar. A fuerza de arrimarse y arrodillándose en algunos pases, se hizo con él. Entrando a matar con toda la valentía de la que haya sido capaz el hombre más hombre de los que han matado toros, le recetó una soberbia estocada, que hizo rodar al toro a sus plantas. Este “Carbonero”, lidiado en cuarto lugar, sustituía a uno de Guadalest rechazado por cojo, en una tarde hermosísima y con una entrada muy buena”.

En Sevilla se concedió la primera oreja hasta el 30 de septiembre de 1915 y fue al torero de casa Joselito, quien se encerró en la Maestranza

con seis "Santacolomas". El nombre del toro desorejado por el torero

fue “Cantinero”.

Con los años se inició la entrega de dos orejas, después el rabo y

posteriormente las patas, retomando la antigua costumbre de otorgar el

cuerpo del toro al torero; aunque actualmente sólo se entregan orejas y

rabo.

Entre los años 1918 a 1942 en Madrid sólo se cortaron 10 rabos, los tres

primeros en la plaza vieja y los restantes en la Monumental de Las

Ventas: el primero lo cortó un 11 de agosto de 1918 el novillero José

Roger "Valencia I", a un novillo de Pablo Romero. El segundo rabo fue

otorgado a Joselito a un toro de Guadalest el 10 de octubre de 1918.

Matías Lara "Larita" cortó el tercer rabo a un toro de Palha el 8 mayo de

1921. El cuarto rabo se otorgó a Juan Belmonte, de un toro de Carmen

de Federico el 24 de octubre de 1934, en la corrida que sirvió para

inaugurar por segunda ocasión la plaza de Las Ventas. Un año después,

el mismo Belmonte cortó el quinto rabo a un toro de Coquilla el 22 de

septiembre de 1935.

Ese año fue importante en la historia de la tauromaquia de Madrid pues

se cortaron tres rabos más, Alfredo Corrochano el día 22 de septiembre


de 1935 a un toro de la misma ganadería, y el 29 de septiembre Curro

Caro y el Mexicano Lorenzo Garza lo obtuvieron de dos toros de la

ganadería de Emilia Mejías.

El noveno rabo fue para Manolo Bienvenida el 4 de junio de 1936, un

mes antes de que comenzase la Guerra Civil a un toro de Sánchez

Fabrés, y ya concluida la contienda civil, el décimo rabo fue para Marcial

Lalanda el 18 de octubre de 1942 a un toro de Antonio Pérez Tabernero,

aunque este último rabo no tuvo el mismo valor que los demás, ya que,

aunque existen fotos de Lalanda con él en la mano, ese día se armó un

lío, pues al parecer fue cortado fraudulentamente por un subalterno de

nombre Cadenas, sin la orden del presidente de la corrida, el Sr.

Sánchez García.

El otorgamiento de orejas y rabo como premio al desempeño torero, es

lo que queda de la antigua costumbre de regalar el toro al matador que

se lució con él durante la lidia y muerte; siempre y cuando, los

honorarios de los matadores no ascendieran a más de 2.400 reales;

además tenía la obligación el contratista de la carne de abonar el

importe de la misma, dinero que más tarde reponía el Ayuntamiento o

Casa Real.

Otra forma de financiarse que empleaban los matadores, picadores o

banderilleros de los llamados “aventureros” en plazas de pueblo o de

poca importancia, era la de solicitar de los públicos la aportación

voluntaria de monedas, que los aficionados arrojaban a los capotes

extendidos que presentaban los lidiadores, recorriendo el perímetro del

ruedo mientras el público arrojaba monedas, fruta, gallinas, e incluso

prendas de vestir; otras ocasiones lo hacían sombrero en mano

recorriendo los tendidos.

No obstante, el solicitar de los públicos cualquier tipo de donativo llegó a

estar mal visto por algunas autoridades, como se puede leer en una

carta del Ayuntamiento de Pamplona, contestando al sevillano Francisco

Garcés en 1788: “…no se permitirá a ningún torero brindar a los

balcones, tendidos, ni otra parte de la plaza, y todos deberán observar

las órdenes que se den por la Ciudad, procurando trabajar con actividad

para el mayor lucimiento de la función”.

Esa costumbre tan peculiar se mantuvo a lo largo de muchos años,

hasta inicios del siglo XX, en especial en las capeas de pueblos donde

acudían en masa maletillas y toreros ya en decadencia, sin que nadie los

llamase.


La entrega de orejas y rabo como trofeos, se legalizó hasta 1962

quedando escrito en el artículo 68 del Reglamento taurino, que fue el

primero de forma general que reguló el tema de los “apéndices” a

conceder a los espadas. Hasta ese año, ninguno de los reglamentos

anteriores hacía mención de los premios que la costumbre estableció

como “ley” en las diferentes plazas de España.

Con el tiempo, las orejas adquirieron un valor

cuantificable, transformándose en una manera de medir el éxito y las

estadísticas de los toreros. Sin embargo, el criterio para concederlas no

siempre ha sido uniforme. Algunas plazas se caracterizan por su

rigurosidad, mientras que otras son más benevolentes en el

otorgamiento de los apéndices, generando así una disparidad en el valor

del reconocimiento.

Uno de los momentos más insólitos en la historia del corte de apéndices

como trofeo, tuvo lugar el 29 de julio de 1934, cuando Fermín Espinosa

“Armillita” ejecutó en Barcelona una faena tan excepcional que fue

recompensada con dos orejas, el rabo, las cuatro patas y las criadillas

del toro, lo que recuerda los días en que el matador se llevaba

prácticamente al animal entero.

Hoy podemos considerar que la concesión de las orejas es

exclusivamente democrática, una manifestación más de carácter cívico

de la Fiesta. El Juez de plaza o Presidente, toma la decisión de otorgar

los trofeos, de acuerdo a lo que pida la mayoría del público en los

tendidos ondeando sus pañuelos y aplicando su criterio de acuerdo al

buen desempeño y quehacer del torero durante la lidia y muerte del

toro.


📌Cuadrilla paseando el capote después de la faena, recolectando

monedas y otros presentes arrojados por los aficionados desde los

tendidos.


📌Matador César Girón, paseando orejas, rabo y pata después de su excepcional faena el 1° de noviembre de 1954, en la Plaza de Acho en Lima, Perú; el venezolano corto a su primer toro las dos orejas y el rabo, y a su segundo toro, las dos orejas, el rabo y la histórica pata a un toro de la ganadería peruana de Huando, alternando con Antonio Bienvenida y Rafael Ortega.


📌Fermín Espinosa “Armillita Chico” la tarde del 20 de diciembre de 1936,

en El Toreo de la Condesa, logró cortar seis orejas, tres rabos y una pata a ganado de la dehesa de San Mateo.

viernes, diciembre 05, 2025

VENEZUELA / Carnaval Taurino con nuevos empresarios

 



La ciudad de Mérida - Venezuela  oficializó este viernes 5 de diciembre el rumbo de su máxima tradición taurina con vistas al próximo carnaval. En un acto celebrado en el patio de cuadrillas de la Plaza de Toros Román Eduardo Sandia, se anunció que la empresa Fiesta Brava, dirigida por Juan José Guerrero, será la encargada de gestionar el Carnaval Taurino de América en la Feria del Sol 2026.

El evento, bajo el lema “Fiesta Brava dará la Feria del Sol 2026”, contó con una amplia representación institucional. Asistieron el gobernador Arnaldo Sánchez, el alcalde Nelson Álvarez, directivos de Coremer encabezados por Sharif El Aissami, representantes de Ferisol, así como Óscar Alí Quintero, presidente de la Comisión Taurina del Municipio Libertador. La presencia del matador Jesús Enrique Colombo subrayó la trascendencia del acto para la afición.

Durante la presentación, el gobernador Sánchez destacó la importancia de la coordinación entre Gobernación y Alcaldía para garantizar una feria a la altura de la tradición merideña. En la misma línea, el alcalde Álvarez remarcó el trabajo previo desarrollado durante los últimos tres meses para afianzar un proyecto sólido que honre la identidad taurina de la ciudad.

La rueda de prensa reunió a numerosos medios de comunicación, que plantearon preguntas sobre las primeras contrataciones, la estructura organizativa y la logística del ciclo. El empresario Juan José Guerrero confirmó que ya existen acuerdos avanzados y anunció un calendario de comunicaciones que comenzará este martes, día en que se darán a conocer las primeras contrataciones y se abrirá la venta de abonos.

La empresa adelantó que los carteles completos de las tres corridas que conformarán la Feria del Sol 2026 serán presentados oficialmente durante el mes de diciembre.

Con la designación de Fiesta Brava, Mérida inicia una nueva etapa en su Carnaval Taurino, sustentada en la coordinación interinstitucional y el compromiso conjunto de organismos públicos y entidades privadas para reforzar la proyección del serial más emblemático de la región andina.

/// Cultoro.es / Foto. FR garapuyo 

jueves, diciembre 04, 2025

miércoles, diciembre 03, 2025

SAN CRISTÓBAL / Las Notas Taurinas de Ali Méndez

 


Notas Taurinas 

Por. Alí Méndez Vásquez 

Ya tiene San Cristóbal los Carteles para la Feria de Enero 2026, confirmados los anunciados matadores, sólo queda esperar por su presencia efectiva...

MÉRIDA / Termina el lloriqueo taurino

Por. Giovanni Cegarra 


En lo que llevo sumergido profesionalmente en el mundo del toro venezolano e internacional, nunca había sentido, cierta vergüenza, ver, escuchar, a unos con una cara de doble faz, en el sentido de que creyeron indispensables en la organización de corridas de toros, quizás lo fueron, tuvieron su postura pero que a última hora, adoptaron una posición, que mejor no escribo lo que pienso e interpreten mi silencio, por demás respetuoso.

La antesala viene dada, por los momentos que el mundo taurino andino merideño venezolano, con asiento en Mérida, capital del municipio homónimo del Estado Mérida, Región Los Andes de Venezuela, se vió convulsionado e inquieto, por el tejemaneje que rodeó el montaje del ciclo taurino de la LVª Feria del Sol, Carnaval Taurino de América 2026, ya que la empresa taurina que tenía tal responsabilidad, renunció a ello, alegando que las exigencias de condiciones no le cuadraban en sus aspiraciones organizativas económicas, renunciaron a ello y desde tal circunstancia, surgió todo un lloriqueo digno de novelas culebrones de televisión.

Que si esto, que si aquello, que si para ti que si para allá, que renunciaron que no lo hicieron, demás hierbas aromáticas y a todas esas, los del Complejo Recreacional de Mérida (COREMER) como muertos, más callados que muertito en ataúd, sobrevolaron por el aire, infinidad de comentarios, dimes y diretes, chismes, hasta que al fin, se les prendió el bombillo, publicaron un comunicado confirmando la renuncia de la empresa taurina vigente a la fecha, asunto arreglado, reventó el lloriqueo taurino, en lágrimas que enjuagaban algunos hala chaqueta, total tal lloriqueo terminaría pronto.

Listo y conciso, la Plaza de Toros Monumental “Román Eduardo Sandia” de Mérida, Municipio Libertador del Estado Mérida, arribando a sus 58º años de vida taurina, estrenará nueva Empresa Taurina, cuyo nombre oficialmente será dado a conocer, en las próximas horas, terminando con el lloriqueo taurino, cuyas lágrimas se secaron, dando paso, a otra nueva etapa empresarial en la organización del ciclo taurino del Carnaval Taurino de América 2026, previsto para mediados de febrero del año entrante, el Santo Reparta Suerte, punto en boca y olé.

Foto arte GC.

lunes, diciembre 01, 2025

EL MAÑANERO / Imaginando las corridas del Sol en Mérida


Hemos conocido por un intermedio de un comunicado que los propietarios de la Plaza de toros Monumental “Román Eduardo Sandía” de Mérida, Venezuela, se han desligado contractualmente con la Empresa Taurina que había  organizado los eventos taurinos de la pasada Feria del Sol, a su vez, se conoció que para organizar los toros del Carnaval Taurino de América de los próximos años vendrá una nueva Empresa Taurina..

Imagino que la nueva Empresa Taurina entra a la Plaza de Toros de Mérida, tal cual lo hizo la anterior; lo que es igual no es trampa! 

Imagino que a esta altura de la “corrida” la nueva organización Taurina debe o ya tiene todo el papeleo legal con el Complejo Recreacional Mérida (Coremer).

Imagino, que en los próximos días, quizás horas, tanto el Complejo Recreacional Mérida y los nuevos inquilinos llamen a un encuentro con los distintos medios y afición, una parte, para dar a conocer el nuevo grupo empresarial y este a su vez estaría anunciando el apartado de entradas, por el sistema de  abonos, con los primeros toreros escriturados para la Feria del Sol del año ´26.

Imagino que la participación social de la Empresa taurina para con la plaza de toros de Mérida y su entorno habría sido parte esencial para la firma del contrato de arrendamiento  

Imagino a la nueva  empresa colaborado con la Escuela Taurina de Mérida, organizando durante el año, clases prácticas, tanto en las diferentes ganaderías como en la plaza de toros. 

Imagino al niño torero de Mérida, César Paredes, -el más adelantado de los alumnos de la Escuela taurina- viajando a España de la mano de los nuevos empresarios, así el muchacho estaría cumpliendo un sueño en entrar a la Escuela Taurina de Madrid o la “Carlos Aragón Cancela” de Colmenar Viejo.

Imagino el tradicional Festival taurino Aniversario del Country Club –suspendido en el mes de octubre- organizado por la nueva Empresa Taurina, con la participación de los toreros contratados del Carnaval Taurino de América 2026 

Imagino algunas becas-trabajo por parte de la Empresa Taurina para Estudiantes de Liceos y Universidad, que quisiesen ser parte de la promoción y venta de abonos, casa a casa, para la próxima Feria del Sol y las siguientes 

Porque no imaginar en la ciudad de Mérida, un evento de gran magnitud y de auténtico lujo con un Enrique Ponce acompañado  de pupilo y nueva figura del toreo David de Miranda y, que allí también este el figurón del torero, en rol de ganadero y torero como lo es el maestro César Rincón, ver un Marco Pérez, un JE Colombo y a una Olga Casado; sería el llenazo de la Feria!

Imagino a la nueva E.T superando las tres corridas de la anterior gestión, al organizar cuatro, con los emergentes, las novedades del momento, caras nuevas y las consagradas figuras del toreo.

Imagino a la nueva figura del toreo Emilio de Justo acompañado ahora, por el incombustible y más visto que una tarjeta de débito, El Fandi. 

Como soñar no cuesta, imagino, que el grupo taurino que va efectuar  las tardes de toros en Mérida, en su estreno, este votando la casa por la ventana, llevando a efecto unas corridas que se diferencien en gran medida en cuanto toreros se refiere con respecto a las corridas que la misma Empresa Taurina, monta en las Ferias del San Sebastián en San Cristóbal Edo Táchira…