lunes, febrero 05, 2018

A GRANEL para unos…



César Valencia en San Antonio.


En los días previos a los toros del Sol que se efectuaran en Mérida a partir de este jueves 08 de febrero y que se prolongará  hasta  el martes 13  de carnestolendas, los distintos  toreros nacionales  no descansan en su preparación para la puesta a punto para sí  afrontar sus compromisos.

Es caso de Manolo Vanegas que ha  estado este sábado 03 de febrero en la ganadería San Antonio donde lidio, hizo labor de campo (tentó) cinco vaquillas y un toro, este domingo  lo hizo  en Los Aranguez donde tentó tres vacas y un toro, Alexander Guillen hizo lo propio; por otro lado  Jesús Colombo está haciendo  lo mismo en el campo  tanto acá  como en Colombia.


En con el mismo peso de la responsabilidad y  mayor compromiso  el venezolano Cesar Valencia lo  ha hecho en  la ganadería falconiana San Antonio donde el ganadero  Edgar Bravo le soltó una vaquilla.

Con menos privilegio y una cuota de sacrificio, esfuerzo mucho mayor que sus compañeros  Jonathan Guillen  no ha podido ver un pitón a no ser el del toro simulado en la carretas de entrenamiento;  este lunes 05 de febrero Jonathan,  esperaba  que  Jesús Riera el  ganadero de los  Los Aranguez se digne en invitarle  aunque sea una vaca, ya que  el junto a su primo Alexander Guillen se las verán con toros de su ganadería cerrando el carnaval taurino.

En la recta final, este martes   en la ganadería Los Ramírez se efectuo tentadero en la ganadería Los Ramirez,  C, Vanegas. J. Guillen y C. Valencia, lo jornada seguira este miercoles con otros protagonistas.... Suerte y éxitos para todos…

lunes, enero 29, 2018

SAN CRISTÓBAL. Antonio Suárez y Reymer Arellano destacan en novillada




Novillos sin fuerzas y comportamiento irregular 
  
Suárez de San Cristóbal dejó en la retina los muletazos de más profundidad de la tarde, mientras que Arellano, de Tovare se hizo de los presentes tras una labor voluntariosa y entregada, ante los ejemplares más potables del envío.

Importante tarjeta de presentación en Pueblo Nuevo ha dejado con la divisa de El Pradoel espigado  tovareño  Reymer Arellano, pupilo del desaparecido Don Ricardo Mencía.


RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ. Enviado Especial).- La curiosa circunstancia de cerrar feria con una novillada da a entender el nivel y circunstancias por la que ha transcurrido la edición de este año de la cita taurina sancristobalence. La plaza casi vacía, albergaría poco más de 2500 personas en los escaños, fieles a ver las cualidades de la generación de relevo que vamos desarrollando en las canteras de las pocas escuelas taurinas del país, como es el caso de esta o la de Tovar, por mencionar algunas de las que nos quedan.

Abrió plaza las flojas embestidas de «Rubiense» del hierro de Rancho Grande, donde el espada a su cargo como fue Juan Gómez pudo hacerse por momentos intermitentes sobre el pitón derecho, con viajes que ofreció el mencionado utrero, donde la escases de fortaleza de remos condicionó labor. Ante él Gómez, pasó desapercibido y atropellado, a pesar de la mínima sangría que en el caballo le hicieron al morlaco. Voluntad y deseos de agradar, para finalmente despacharlo de dos viajes con el acero, para ser silenciado.

Los momentos más artísticos de la novillada vinieron a cargo del tachirense Antonio Suarez, quien venía de una larga pausa en su carrera novilleril, por cuestiones personales. Sabrosas fueron las verónicas para luego desgranarse con la muleta en series por la mano diestra ralentizadas y templadas que desplegaron aroma de toreo caro. Similares cotas se vieron por naturales en breves momentos, hasta que confiado, el utrero hizo por el torero, volteándolo aparatosamente sin consecuencias en los bajos de sombra. Una pena que dos pinchazos, tres cuartos traseros y contrarios de ración toricida, y tres descabellos dejaran su labor en sonoras palmas tras aviso.

Valor y entrega la demostrada por Jonathan Ortega, ante un cornalón ejemplar de La Consolación donde estuvo muy decoroso, si se quiere muy destacado para lo poco que ha toreado en los últimos meses. No escatimó en mantener firmes los pies sobre la arena, así como correr por momentos con gran eco en los tendidos los engaños, hasta que una espeluznante voltereta, que incluso hizo temer que lo hubiese calado por la ingle derecha, pasándoselo de pitón a pitón cuando le toreaba por la mano diestra, desarticulo el discurso que estaba ofreciendo en la arena, evidenciando los presentes el dramatismo y pundonor del mencionado coleta. La mala fortuna de ponerse pesado con el acero, necesitando cuatro viajes con el acero y otros más con el verduguillo, para recibir cerrada ovación tras dos avisos cuando pasaba a la enfermería tras la paliza que se había llevado momentos antes.

Uno de los representantes de la afición taurina tovareña anunciado fue Reymer “El Plata” Arellano, quien desde el capote supo conectar con el público, tras saludo por verónicas jaleadas, para luego quitar por gaoneras y afarolados en los medios, tras medido castigo en el caballo a cargo de Rene Quintaba tras buen puyazo en lo alto. Banderilleó con eficacia en tres pares, iniciando luego faena de muleta, sacando partido a las pocas entregadas embestidas del ejemplar de El Prado, el cual había sido brindado a su ganadero, Hugo Alberto Molina. Variedad y entrega la demostrada por el espigado coleta, quien a pesar de su limitado rodaje no arrugó al importante compromiso que significaba, para necesitar de pinchazo y estocada en lo alto para ver como el conclave presente le solicitara con ferviente razón la oreja que el palco denegó, invitándole a dar la vuelta al ruedo, que bien vale también como premio.

El jovencito Rando Delgado tuvo enfrente a un eral de San Antonio el cual le dejo ver destellos de su aún precoz e incipiente rodaje como novillero. El animalito que torearía serviría en parte a resaltar lo que pudiera ser si se aplica aquello de que el que va ser se asoma. Esperemos que sea así. El manejo de la espada es una materia pendiente a corregir, saludando desde el tercio tras aviso.

Cerró tarde la actuación del tovareño Cleiderman “El Moro” Méndez, ante un serio ejemplar, el cual nunca le dejaría estar a gusto, siempre marcado querencia a tablas, lo que hizo de su trasteo denso y monótono en su estructura y planteamiento por ambas manos. El astado le perdonaría errores técnicos de colocación y terrenos hasta que le voltearía de fea manera en los bajos del numerado de sol, sin males que lamentar, para despacharle tras un sainete con el acero, siendo silenciado tras un aviso.

Culmina así una edición ferial que deja muchos detalles a reflexión, que si no colocamos en contexto, pudieran ser el principio del final de una era y época para la que fue la gran feria taurina de Venezuela.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de Toros Monumental de Pueblo Nuevo. Domingo 28 de enero.. Novillada de la LIV Feria de San Sebastián. Con poco más de 2500 personas en plaza, en tarde soleada y ventosa, se han lidiado utreros de las ganaderías venezolanas de RANCHO GRANDE (1º y 2º), LA CONSOLACIÓN (3º), EL PRADO (4º), SAN ANTONIO (5º) y EL PALMAR DE LA SIERRA (6º), en su conjunto irregulares de presencia, con escasas fuerzas 1º, 2º; con asperezas el 3º; noblote el 4º; con tranco y nobleza el 5º y manso y aquerenciado e 6º.
Pesos: 370, 400, 390, 380, 350 y 395 kilos

JUAN GÓMEZ (Añil con pasamanería en blanco), Silencio.
ANTONIO SUAREZ (Lila y azabache), Palmas tras aviso.
JONATHAN ORTEGA (Grosella y oro), Ovación tras dos avisos.
REYMER ARELLANO (Turquesa y plata), Vuelta al ruedo tras petición.
RANDO ARELLANO (Negro y oro), Saludos desde el tercio tras aviso.
CLEIDERMAN MÉNDEZ (Celeste y azabache), Silencio tras aviso.

INCIDENCIAS: En la vara destacó Rene Quintana, y en la brega excelente quite de Eduardo Graterol en el 5º.



domingo, enero 28, 2018

SAN CRISTÓBAL. Colombo, sabor agridulce en tarde de mayores expectativas



Gesta no del todo rematada

El espada taribeño hacia su presentación como matador en su plaza, despachando lote de astados de limitado juego ante los engaños, lo que en parte deja a medias cumplidas las expectativas tejidas en torno a su arriesgada apuesta de encerrarse con seis toros


RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ,  (SAN CRISTÓBAL, Enviado Especial).- La tarde era de una expectación enorme. En toriles aguardaba una corrida muy bien presentada a la que se le esperaba con un juego similar a la del año pasado en la Feria del Sol donde deslumbró. Pero una cosa propone el hombre y el toro la descompone, dice el refrán. Uno a uno fueron saliendo del caballos los pupilos del joven ganadero Edgar Bravo hechos marmolillos, hasta allí el gas de bravura y nobleza, y por ende las posibilidades de triunfo. Íbamos por el ecuador de la corrida y pocas cosas a resaltar habíamos visto, a excepción de los espectaculares tercios de rehiletes que se prodigó Colombo, o la contundencia con la que anduvo con la espada. Cualidades había por ver, lo que faltaba era toro


Y salió el quinto de la función. Casi los ánimos estaban al piso, y eso que habíamos visto una faena de intermitencias como fue la del segundo, donde por alto, tratándolo de aliviarlo, y luego por la mano diestra Jesús Enrique pasó con empaque y torería las pastueñas embestidas del astado, al que no forzó para no acabarle las limitadas llamaradas de bravura. Dosificado metraje por naturales para luego culminarla de estocada entera ligeramente traserita, para el palco no caerse a coba y conceder las dos orejas, cuando en realidad era para una, asegurándole así la salida en volandas.

Como íbamos, era el quinto y los ánimos aun en los presentes era que no habíamos visto la verdadera dimensión de Colombo. Y ante «Atrevido» se jactó Jesús Enrique de agradar al respetable con par de series por la derecha con la profundidad y rotundidad que nos había demostrado a lo largo de los últimos años. La plaza veía así lo que puede ser un diamante en bruto, ese que hay que pulir, porque condiciones tiene. Los medios fueron el terreno donde el terciado burel siguió con nobleza las telas de un poderoso torero, al que se le notaba su ambición por cuajar la faena que hubiese querido. La plaza un hervidero, hasta que tras una inaudita petición de indulto, Colombo se perfiló y dejaría espadazo ligeramente trasero y desprendido, necesitando de dos golpes con el descabello para cortar una oreja, bien ganada, la de mayor peso de la función.

El resto de la corrida transcurriría entre el aburrimiento, la falta de casta y raza de los toros lidiados, y los nervios del torero por como estaba resultando la apuesta. El que abrió plaza, de nombre «Rubencho», poco le pudo dejar estar, ante lo parado que resultó tras el único puyazo fuerte que recetó Alfredo Guimerá. Similar historia resultó el tercero, dosificándole exigencias por ambos pitones y ni aun así resultó la cosa, donde lo mejor fue el soberbio volapié con la que le despachó a las mulillas. Y en el que cerró plaza, por cierto cuyo brindis recayó en la persona del Dr. Nelson Hernández, nuevamente las ansias y voluntad por rematar tarde se estrellarían ante lo que se pudo considerar el elemento común de los astados lidiados, falta de fondo y casta a los engaños, elementos que han hecho ascuas el deseos de todos por ver una tarde de triunfo a plenitud.

Queda en el panorama el hecho del Táchira contar igualmente con Colombo un torero de gran valor. Hay toreros, hay afición. Esperemos que esto mejore, para poder así ver una fiesta brava con elementos que la hagan más atractiva de cara al público en general, que es el que hay que recuperar y de nuevo llevar a la plaza.


FICHA DEL FESTEJO

Plaza de Toros Monumental de Pueblo Nuevo. Sábado 27 de enero. II corrida de la LIV Feria de San Sebastián

Con poco más de media plaza (aproximadamente 11000 personas) en tarde entoldada y ventosa, se han lidiado toros de la ganadería de SAN ANTONIO (Edgar Bravo), en su conjunto bien presentados, a excepción del anovillado 5º, que desentonó del resto, el cual fueron bravos en el caballo, sin excepción, empujando y ofreciendo extraordinario tercios, pero que se desfondaron en la muleta, rajándose y parándose, lo que condicionó el resultado del festejo.
Pesos: 450, 470, 475, 470, 440, 470 kilos

JESÚS ENRIQUE COLOMBO COMO ÚNICO ESPADA. (Azul noche y oro con remates en blanco), Silencio, dos orejas, silencio, silencio, oreja tras aviso y palmas

INCIDENCIAS: Destacada actuación del picador Goyo Prieto tras recetar extraordinarios puyazos a los toros corridos en 3º y 6º, así como la eficaz brega de José Linares “El Yoni” y Gerson Guerrero. *** Al final de la corrida la Fundación Cultural Girón hizo entrega al torero actuante placa de reconocimiento por la importante gesta realizada, así como cuadro realizado por el pintor Rubén Chacón.