Merideño Manuel García con el español Javier Cortes, hoy dia Manuel pasó a retiro
*** De cuando Manuel García un
21 febrero 1971, en la III Feria del Sol de
Mérida se lanzó de espontaneo a Dámaso González,
repitiendo al segundo día en el toro de Ángel Teruel
Por. Freddy
Ramírez "Garapuyo"
Recuerdos de un ayer esplendoroso, la Mérida bella, serrana, universitaria y turística vivía con éxito sus ferias las cuales habían sido trasladadas de los fríos y lluviosos diciembres, para los días claros, soleados del carnaval,
gente entusiasta, juntas de ferias conformadas por notables de la ciudad, las disputas de siempre entre los partidos
políticos era pan de cada día, pero aun sin la mala política de ogaño
Soñando.
En ese devenir de la ciudad en la plaza de
toros la actividad taurina era constante, varios jóvenes iban por las tardes
con sus muletas y capotes a soñar con
ser toreros, uno era Manuel García que
por ser atrevido, rebelde ya se distinguía sobre otros, las mangas de coleo era
el escenario para hacerse sentir, allí
justo al lado de la Plaza de toros hubo batallas, no solo con aquellos broncos
toros criollos y cebús, si no con
algunos coleadores que veían en
este joven y otros, que con trapos rojos le robaban protagonismo,
eso quedó subsanado una vez que
Manuel García desde la talanquera tal
cual Batman se lanzaba sobre un "Chato" Grisolia montado en su caballo, los dos
jóvenes cayeron a la manga, golpes, golpes, puños... gresca...
La
oportunidad.
Con esos
“trofeos” ganados a raza, pero
aun sin demostrarlos en una plaza de
toros, Manuel García, sentía que la oportunidad estaba cerca, en 1971, la Compañía Monumental de Espectáculos,
seguían organizando las tardes de toros, III Feria del Sol, con dos corridas de toros, febrero 21 y 22
(lunes de carnaval), Palomo Linares, Ángel Teruel, Dámaso Gonzales, Miguel Márquez y los Joselito
venezolanos Torres y López, toros mexicanos de San Carlos y los colombianos de Dosgutierres y
las Mercedes.
El
día.
Sin dar muchas vueltas, decidido, el joven valor llegó a la plaza
de toros, algunos compañeros que
arreglaban la arena le vieron entrar,
hubo saludos para los picadores que montaban sus varas, también a los
mulilleros, en los corrales se efectuaba el sorteo, el muchacho buscó un sitio para esconder aquello que por la
tarde sería punto de conflicto, horas de espera, el dilema estaba en cual toro
Manuel García se lanzaría de espontaneo. Con la plaza casi llena, sale el primer toro para Joselito Torres, el cual dio pocas opciones, después vino el de
Palomo Linares, peor que el anterior,
Manuel seguía en espera, hasta que llegó la salida del tercero, apartando los miedos, el muchacho muleta en mano saltó a la arena poniéndose por delante, banderilleros que corrían en procura del espontaneo, forcejeos con la
policía, Dámaso intervino… Un titular
de prensa: “Un Espontaneo y Dámaso
rompieron la monotonía de la tarde.
Manuel
de nuevo.
Lo acontecido el día
anterior con la aparición de un espontáneo en el ruedo de la plaza de toros de
Mérida, estaba en la boca de todos, la
orden de Pierre Belmont era, no dejar entrar
al espontaneo, periodistas como Positivo, El Vito, Pepe Cabello y otros
preguntaba por el muchacho; el joven con la cartilla aprendida, dejó pasar la mañana, por la tarde con sus
habilidades volvió a entrar a la plaza de toros, esta vez se ubicó al lado
contrario donde el día anterior había saltado y plassss otra vez al ruedo y
nada menos que en el toro de Ángel Teruel, que lucía un terno blanco y plata, como
si no bastase, en el siguiente toro, el de Miguel Márquez aparecía otro espontaneo, compañero de travesuras de Manuel, Héctor Ruiz+ también enjaretó varios pases…
Vuelta
al ruedo.
Ángel Teruel que había dado
una vuelta al ruedo fue declarado triunfador de la feria, la
empresa organizadora un tanto a la defensiva por críticas de la prensa hacia
los toros, anunciado a La Punta de México que según, lucian otro hierro y tras el
fracaso artístico en las dos corridas, los organizadores casi le echan la culpa a los espontáneos…
El
Traje blanco.
El Joven Manuel García, con las
salidas al ruedo como espontaneo, se hacía a un nombre, los periódicos
capitalinos lo mencionaron en reseñas, sus amigos empezaron a verle con otros ojos,
en el barrio Santa Elena de su natal Mérida era recibido como
el torero del barrio.
Aquel traje de luces blanco
de Teruel le había impactado tanto a
Manuel, que por la noche soñó que era
suyo y que lo vestía en una plaza de
toros, pues créanlo, ese traje tres días
después “el espontaneo” lo compraba al propio torero Ángel Teruel por 800 Bs. Teruel casi vuela a España sin
trastos pues viendo las ganas del muchacho de querer ser torero ordenó a José María Bojilla mozo
de espadas que le diera una muleta, fajín, camisa, medias, añadido... lo
que faltó fue darle la espuerta.
Con ese traje blanco y plata
días después Manuel García, cortaba una oreja
en su debut con caballos en Valle la Pascua al lado del español Ángel Majano y Freddy Girón con
novillos de Tarapio…
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