jueves, febrero 21, 2019

MÉRIDA. Los espontáneos en las Ferias del Sol


Merideño Manuel García con el español Javier Cortes, hoy dia Manuel pasó a retiro  

*** De cuando Manuel García un 21 febrero 1971,  en la  III Feria del Sol de Mérida se lanzó de espontaneo a Dámaso  González, repitiendo al segundo día en el toro de Ángel Teruel
 
 
Por. Freddy Ramírez "Garapuyo"
 
Recuerdos de un ayer esplendoroso, la Mérida bella, serrana, universitaria y turística vivía con éxito sus ferias las cuales habían sido trasladadas de los fríos y lluviosos diciembres, para los días claros, soleados del carnaval, gente entusiasta, juntas de ferias conformadas por notables de la ciudad, las disputas de siempre entre los partidos políticos era pan de cada día, pero aun sin la mala política de ogaño

Soñando.

En ese devenir de la ciudad en la plaza de toros la actividad taurina era constante, varios jóvenes iban por las tardes con sus muletas y capotes  a soñar con ser toreros, uno era Manuel García  que por ser atrevido, rebelde ya se distinguía sobre otros, las mangas de coleo era el escenario para hacerse sentir, allí justo al lado de la Plaza de toros hubo batallas, no solo con aquellos broncos toros criollos y cebús, si no con  algunos coleadores que veían en este joven y otros, que con trapos rojos le robaban protagonismo, eso quedó subsanado una vez que Manuel García desde la talanquera tal cual Batman se lanzaba  sobre un  "Chato" Grisolia montado en su caballo, los dos jóvenes cayeron a la manga, golpes, golpes, puños... gresca...

La oportunidad.

Con  esos “trofeos” ganados a raza,  pero aun sin demostrarlos en una  plaza de toros, Manuel García, sentía que la oportunidad estaba cerca, en 1971, la Compañía Monumental de Espectáculos, seguían organizando las tardes de toros, III Feria del Sol, con dos corridas de toros, febrero 21 y 22 (lunes de carnaval), Palomo Linares, Ángel Teruel, Dámaso Gonzales, Miguel Márquez y los Joselito venezolanos Torres y López, toros mexicanos de San  Carlos y los colombianos de Dosgutierres y las Mercedes. 

El día.

Sin dar muchas vueltas, decidido,  el joven valor llegó a la plaza de toros, algunos compañeros  que arreglaban la arena le vieron entrar, hubo saludos para los picadores que montaban  sus varas,  también a los  mulilleros, en los corrales se efectuaba el sorteo, el muchacho buscó  un sitio para esconder aquello que por la tarde sería punto de conflicto, horas de espera, el dilema estaba en cual toro Manuel García se lanzaría de espontaneo. Con la plaza casi llena,  sale el primer toro para Joselito Torres, el cual dio pocas opciones, después vino el de Palomo Linares, peor que el anterior, Manuel seguía en espera, hasta que llegó la salida del tercero, apartando los miedos,  el muchacho muleta en mano  saltó a la arena  poniéndose  por delante, banderilleros que corrían en procura del espontaneo, forcejeos con la policía, Dámaso intervino… Un titular de  prensa: “Un Espontaneo y Dámaso rompieron la monotonía de la tarde.

Manuel de nuevo.

Lo acontecido el día anterior con la aparición de un espontáneo en el ruedo de la plaza de toros de Mérida, estaba en la boca de todos, la orden de Pierre Belmont era, no dejar entrar al espontaneo, periodistas como Positivo, El Vito, Pepe Cabello y otros preguntaba por el muchacho; el joven con la cartilla  aprendida,  dejó pasar la mañana, por la tarde con sus habilidades volvió a entrar a la plaza de toros, esta vez se ubicó al lado contrario donde el día anterior había saltado y plassss otra vez al ruedo y nada menos que en el toro de Ángel Teruel, que lucía un terno blanco y plata, como si no  bastase, en el siguiente toro,  el de Miguel Márquez aparecía otro espontaneo, compañero de travesuras de Manuel, Héctor Ruiz+ también enjaretó  varios pases…

Vuelta al ruedo

Ángel Teruel que había dado una vuelta al ruedo fue declarado triunfador de la feria, la empresa organizadora un tanto a la defensiva por críticas de la prensa hacia los toros, anunciado a La Punta de México que según, lucian otro hierro y tras el fracaso artístico en las dos corridas, los organizadores  casi le echan la culpa a los espontáneos…

El Traje blanco.

El Joven Manuel García, con las  salidas al ruedo como espontaneo,  se hacía a un nombre, los periódicos capitalinos lo mencionaron  en  reseñas, sus amigos empezaron a verle con otros ojos, en el barrio Santa Elena de su natal Mérida  era recibido  como el torero del barrio.

Aquel traje de luces blanco de Teruel le había impactado tanto a Manuel, que por la noche soñó que era suyo y que lo vestía en una plaza de toros, pues créanlo, ese traje  tres días después “el espontaneo”  lo compraba al propio torero Ángel Teruel por 800 Bs. Teruel casi vuela a España sin trastos pues viendo las ganas del muchacho de querer ser torero ordenó a José María Bojilla mozo de espadas que le diera una muleta, fajín, camisa, medias, añadido... lo que faltó fue darle la espuerta. 

Con ese traje blanco y plata días después Manuel García, cortaba una oreja en su debut con caballos en Valle la Pascua al lado del español Ángel Majano y Freddy Girón con novillos de Tarapio…

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