***El extremeño cuaja una faena de
clase y poder ante el exigente sexto, único toro con posibilidades de triunfo
de la deslucida corrida de Adolfo Martín
***Capacidad de Antonio Ferrera con un lote sin
opciones y buen toreo al natural de Diego Urdiales malogrado con la espada ante
el quinto.
AplausoS.. Miguel Ángel
Perera ha conseguido este martes su quinta puerta grande en Madrid -cuarta como
matador de toros y segunda consecutiva en apenas quince días- tras cortarle las
dos orejas al sexto toro del encierro de Adolfo Martín. El extremeño fue el
absoluto triunfador de un festejo marcado por la deslucida condición general
del envío del ganadero extremeño. Antonio Ferrera mostró capadidad frente a un
lote sin opciones y Diego Urdiales destacó en el toreo con la mano zurda al quinto
pero malogró su actuación con el acero.
Perera
cuajó una gran faena al sexto, un toro exigente y encastado al que el
extremeño, a base de poder y mando, hizo romper para adelante. Extraordinario
fue su toreo al natural por el pitón izquierdo, pleno de encaje en muletazos
largos y hondos, sin una sola duda en toda la faena. Faena de torero en sazón,
reunida, de pies atalonados, ganándole siempre la partida y la voluntad al
animal, solventando a base de valor las indecisiones del toro. Mató de una gran
estocada, el toro tuvo una muerte espectacular y las dos orejas cayeron casi de
golpe en el palco presidencial.
El
tercero repuso la embestida. Fue parado, con poco empuje y deslucido como sus
dos primeros hermanos de corrida. Fácil y técnico estuvo Perera con él en una
faena de mucha firmeza, exprimiendo siempre al animal. Cumplidor y por encima
del toro el extremeño, que concluyó de estocada trasera. Saludó una ovación.
El
quinto tuvo buena condición pero resultó muy bajo de raza. Noble pero falto de
empuje, lo que le faltó se lo puso Urdiales, que anduvo sosegado y metido con
él por los dos pitones. Con la izquierda hubo dos tandas en las que toreó
despacio, ganando y perdiendo pasos a conveniencia, con armonía y enjundia en
muletazos instrumentados de uno en uno. Falló a espadas, matando de pinchazo y
estocada corta y se dividieron las opiniones al saludar el torero.
El
segundo fue un ejemplar deslucido, parado, sin raza ni clase, con el que
Urdiales no tuvo opción de lucimiento. Anduvo mucho tiempo delante del toro,
acortando distancias tratando de templar la aplomada embestida, pero el animal
además reponía y se quedaba corto. Fue silenciado el riojano.
Abrió
plaza un toro de Adolfo muy bajo de raza, sin celo y que embistió con la cara
alta y con poco recorrido. Lo recibió Ferrera poderoso con el capote,
llevándoselo a los medios bajando bien las manos. Ejecutó un tercio de
banderillas con facultades y conocimientos, destacando en el tercer par,
ejecutado por los adentros. Luego realizó una faena de muleta plena de
sabiduría y convencimiento, con solidez y muy por encima de su oponente. No se
aburrió nunca de buscar el pitón contrario, a pesar de que sabía que no iba a
haber premio. Mató de pinchazo y estocada y fue silenciado.
Ferrera
anduvo centrado, muy metido y mostrando una gran capacidad lidiadora de
principio a fin. El toro se movió en los dos primeros tercios, cuajando un buen
tercio de banderillas el extremeño. Clavó un primer par de poder a poder, un
segundo citando en los medios de espaldas y un tercero al quiebro por los
adentros. El de Adolfo llegó a la muleta distraído, deslucido, manseando y
apretando para adentro, sin ofrecer opciones a su matador. Lo despachó de dos
pinchazos y estocada.
Madrid, martes 03 de junio de 2014. Toros de Adolfo Martín, bien
aunque desigualmente presentados y deslucidos salvo el encastado, exigente y
humillador 6º. Antonio
Ferrera, silencio en su lote; Diego Urdiales, silencio y saludos con
división de opiniones tras aviso; Miguel
Ángel Perera, ovación con saludos y dos orejas. Entrada: lleno.
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