Especial. Agosto 15. El diestro mexicano Joselito Adame ha salido
en hombros de la plaza de toros de Tafalla tras cortar tres orejas de una
desigual corrida de Victorino Martin. Agustín de Espartinas logro cortar un
trofeo del sexto y Fernando Robleño escuchó palmas en su lote.
El primero de Adame fue un animal de
la ganadería de Marqués de Albaserrada con el que toreó bien con el capote y
cerró de una gran media verónica. No empujó en varas, pero Joselito le fue
consintiendo hasta que logró meter en la muleta las medias arrancadas. Fue un
trasteo muy templado y variado en los remates que le valieron la primera oreja.
Con el quinto, ya del hierro titular, destacaron dos verónicas de muy buen
trazo. Se puso complicado en banderillas y soltó la cara en los primeros
compases de la faena, pero consiguió el mexicano imponerse a base de aguantar
derrotes y llevarle siempre la cara tapada. Logró momentos de mucha verdad y
emoción por ambos pitones en el tramo final de faena. Un estoconazo hizo que
paseara las dos orejas.
Agustín de Espartinas se encontró en
sexto lugar con un serio animal de capa ensabanada y careto de tuvo muy buen
pitón derecho. El sevillano lo entendió y siempre le ganó la cara, dejando
muletazos muy encajado y de largo trazo. Faena a más que la espada dejó en un
trofeo. Su primero fue un soso animal abanto de salida y reservón por el pitón
izquierdo con el que el diestro hizo un esfuerzo.
El lote de Robleño fue serio y su
primero un punto basto. Estuvo templado Robleño, pero pronto desistió con el
que abrió plaza por las nulas opciones que ofreció. El cuarto empujó en varas
pero puso en apuros a la cuadrilla en
banderillas. Tuvo clase pero soltó demasiado la cara, buscando al torero en
ocasiones y defendiéndose. Escuchó palmas.
Plaza de toros de Tafalla (Navarra),
tres cuartos largos de entrada.
Ficha: toros de Victorino Martín y
uno, el primero, de Marqués de Albaserrada. Desiguales en presentación,
destacando el sexto.
Fernando Robleño: palmas y palmas
Joselito Adame: oreja tras aviso y dos
orejas
Agustín de Espartinas: silencio tras
dos avisos y oreja.
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