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La Beneficencia de Lima, propietaria de la plaza de toros, publicó unas bases
poco imaginativas para arrendarla en la temporada 2013. Así, la propia entidad
difícilmente podrá obtener el mejor resultado
La Sociedad de Beneficencia de Lima Metropolitana (SBLM), propietaria de la Plaza de Acho, convocó la semana pasada la subasta para arrendar el histórico y monumental coso, que en enero del 2016 cumplirá 250 años.
Convocatoria de cortas miras, que solo ofrece
la plaza para el 2013, repitiendo –en esencia- las deficientes bases con las
que la arrendó el año pasado, aunque con modificaciones para peor, en muchos
aspectos.
Pudo haberse desarrollado un enfoque que,
estratégicamente y a largo plazo, buscase un mejor rendimiento de la plaza para
la propia SBLM, y con miras al importante aniversario 250 en 2016, pero todo
indica que esa labro excede la capacidad de gestión del actual presidente y de
su directorio.
La actual gestión, que depende desde hace
casi dos años de la alcaldesa Susana Villarán y que preside Carlos Otero
Bonicelli, ha demostrado con esta improvisada convocatoria para Acho, que su
gestión inmobiliaria deja mucho que desear.
La SBLM es uno de los principales
propietarios de inmuebles en Lima; la administración y la renta obtenida de
dichos inmuebles sirve para poder solventar sus obligaciones de bien social con
asilos, hospitales y hospicios. Ello puede efectuarse mejor o peor, claro está.
Acho es –por decirlo de alguna manera- la ‘joya de la corona’ de la SBLM, pues
es uno de los pilares que sustentan la declaración de Lima por la Unesco como
Patrimonio de la Humanidad. Si así “gestionan” Acho, ¿cómo administrarán el
resto de los innumerables inmuebles que poseen? Algo que debería ser
investigado a fondo.
Una
plaza en el olvido.
Acho, monumento histórico que en menos de
tres años cumplirá un cuarto de milenio – se dice fácil, pero significa mucho-,
tiene capacidad para generar importantes rentas a la SBLM. Sin embargo, la
plaza y sobre todo sus alrededores, se encuentran en un abandono lamentable.
Por otro lado, las rentas que Acho puede
proporcionar a la SBLM no se pueden obtener como si se estuviera “saqueando” la
plaza, mediante bases como las recién publicadas, que se limitan a un solo año
y que imponen condiciones que parecen querer acabar con los toros en Acho, a
cambio de inmediatez y nula planificación estratégica.
Si un organismo como la SBLM posee un
inmueble cuyas rentas provienen de su monumentalidad y de los espectáculos
taurinos, lo lógico –para cualquiera, pero no para la SBLM- sería recuperar la
plaza y sus alrededores, al tiempo, que se estimula los espectáculos taurinos
en Acho.
Lo primero requiere amplitud de miras y
conjunción de voluntades, cuyo impulso principal tiene que provenir de la SBLM,
como propietaria de la plaza. Se debe involucrar al Gobierno y las
municipalidades de Lima y del Rímac.
Lo segundo requiere de medidas de estímulo
que repliquen el enorme auge taurino de otras plazas limeñas, en las que se dan
decenas de exitosas corridas al año, y las del resto del Perú, donde se
celebran más de 500 festejos anuales; todo lo contrario a las medidas
restrictivas y regresivas como las que plantean las bases recién publicadas por
la SBLM. De hacerlo así, podría empezar a recaudar los fondos de los que hoy
carecen.
EL
CRONOGRAMA.
Las bases del concurso se venderán hasta el 5
de marzo a S/. 1,500, exagerado precio que sobrepasa su elaboración e
impresión; si hubiera postores (¿los habrá?) la apertura de propuestas sería el
19 de marzo.
EL
PRECIO BASE.
Por arrendar la plaza del 1 de octubre al 15
de diciembre, el precio base (para una novillada y cuatro corridas) será de S/.
1’500,000 o 25% de la venta de localidades (tras descontar IGV y el 10% del
impuesto municipal), lo que resulte mayor. Habría que cargar a los
espectadores, en sus localidades, más de S/. 350.000 por corrida, solo por
concepto de piso de plaza.
COMPLICÁNDOLO
AÚN MÁS.
No se podrá invitar a personalidades a la
plaza para promover de forma inteligente la feria. Las entradas de cortesía han
sido prohibidas por las bases. Si la Beneficencia de Lima sospechaba que se
vendían por lo bajo dichas cortesías, lo lógico era fiscalizar su venta
eficazmente y no prohibirlas.
LO QUE
REQUIERE LA PLAZA.
Medidas de estímulo para Acho. Si la
Beneficencia de Lima (SBLM) pensase a largo plazo y gestionase sus inmuebles de
forma eficaz, hubiera incluido en las bases medidas de estímulo para fomentar
mayores ingresos para el arrendatario de Acho, lo que se traduciría
–lógicamente- en mayores ingresos para ellos, en vez de pretender asfixiar al
postor y querer matar a la ‘gallina de los huevos de oro’ de un solo golpe. El
público de Acho no estará dispuesto a pagar precios astronómicos para que se
pueda cubrir la pretensión cortoplacista de la SBLM.
Acho requiere de un arrendamiento de tres a
seis años, para que el empresario que la tome pueda hacer planes a mediano
plazo, asumiendo –de ser necesario- eventuales pérdidas iníciales. Además,
dentro de menos de tres años, deberá celebrarse un evento memorable –los 250
años de la plaza-, lo que requerirá que Acho esté ya renovada y recuperada como
un núcleo urbano monumental. La Municipalidad del Rímac cuenta con leyes ya
promulgadas que le permiten expropiar los inmuebles que rodean la plaza para
restaurarlos.
Hace falta incentivar la asistencia de
menores y estudiantes a la plaza, y atraer a Acho a los inmigrantes que viven
en Lima y que llenan otras plazas limeñas todos los domingos. Todo ello
requeriría de entradas a precios promocionales. Con un precio base de S/. 1’500,000
por sólo dos meses y medio de arrendamiento, no será posible. Asimismo, al
arrendarse la plaza por solo dos meses y medio –y no por todo el año-, no
existe nadie comprometido con la recuperación y puesta en valor de Acho.
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