Juan Guillen, Frencisco Paredes "Chico" Joselito Vazquez, David Osorio, Alejandro Mejia y Jeyson Quintero
Por: Víctor Ramírez “Vitico”. La
sexta novillada sin picadores de la escuela taurina “Humberto Álvarez” de
Mérida demostró que el público responde poco a poco a las iniciativas taurinas,
pues la entrada mejoró ostensiblemente comparada con el domingo anterior, en
tarde en la que el encierro de Los Aranguez de desigual e interesante
comportamiento permitió ver los avances y detalles del sexteto de aspirantes
que actuaron en la monumental “Román Eduardo Sandia”.
Buena entrada
Abrió
el festejo Jeyson Quintero “Finito de Mérida”, que lanceó con corrección a la
verónica y banderilleó con más voluntad que acierto en unión de su compañero
“Chico” Paredes. El novillo que empezó con recorrido y bondad, fue tornándose
complicado a medida que avanzaba la faena de un voluntarioso “Finito” que abrió
el trasteo con un ceñido pase cambiado, toreando bien en las dos primeras
series con la mano derecha, con gusto y temple. De más a menos fue el trasteo
del joven diestro, que dejó buenos detalles, además de un saber estar en la
plaza importante. Tras una buena estocada dio la vuelta al ruedo con leve
petición de oreja.
Jeyson Q.
A
por todas salió Francisco “Chico” Paredes que recibió con ajustada larga
cambiada de rodillas a portagayola a su novillo, lanceando bien a la verónica,
sufriendo al rematar una tremenda voltereta, enganchándolo el astado por el
fajín, afortunadamente sin consecuencias. Se levantó sin mirarse el joven
torero, para banderillear con voluntad con su compañero Alejandro Mejías. Con
torería, sapiencia e inteligencia, Chico abrió la faena con pases por alto
abriéndole los caminos al novillo como diría el maestro Emilio Muñoz. Bien
colocado, con valor y muchos aciertos técnicos, Paredes corrió la mano con
soltura ante un novillo noble, que tomó los engaños con raza y transmisión. No
fue lo mismo por el pitón izquierdo “Nevado”, por lo que con buen criterio el
diestro continuó toreando y bien con la mano derecha para cerrar con ajustadas
manoletinas. Falló con la espada y saludó una fuerte ovación. Tuvo el detalle
torero de no pegarse una vuelta al ruedo por su cuenta.
Mal
lo pasó David Osorio ante el complicado y áspero tercero, al que recibió con
dos ajustados faroles de rodillas, para recibir una tremenda paliza al ser
arrollado por no sacar los brazos para lancear con el capote. El astado
desarrolló mucho sentido, lo que sumado al poco oficio de Osorio, se tradujo en
constantes volteretas. No volvió la cara ante el peligro el diestro que no pudo
sacar un solo pase en condiciones. Eso sí se volcó con la espada y cobró una
estocada de efectos fulminantes, para dar una vuelta al ruedo.
Juan
Guillén se enfrentó a un complicado eral que no le dio ninguna facilidad.
Animoso con el capote y dispuesto con la muleta, prácticamente nada pudo hacer
el torero, que demostró valor, ganas y disposición. Como sus compañeros,
Guillén nunca volvió la cara ante las volteretas, dejando a los aficionados con
las ganas de verle de nuevo. Tras pinchar saludó una sincera ovación.
Con
mucha voluntad y variedad salió Alejandro Mejías que recibió a su novillo con
una larga afarolada de pie y verónicas
bullidoras. Animoso y muy dispuesto, banderilleó sin brillo y toreó con emoción al mejor novillo de la
tarde, que humilló y tuvo recorrido. Le faltó reposo a Mejías pero no las ganas de ser, lo primero se
adquiere con rodaje y tiempo, lo segundo debe tenerlo el torero, lo cual en
este caso quedó contrastado cuajando varios muletazos largos y buenos, otros
más con el corazón, pero dando todo lo que tiene de momento. Su entrega fue ilimitada,
lo cual se tradujo en volteretas, enganchones y ciertos desajustes ante un buen
ejemplar. Tuvo la oreja en la mano pero tres pinchazos antes de una entera
dejaron todo en vuelta al ruedo.
Debutó
en público el becerrista Joselito Vázquez, representante de la escuela taurina
de San Cristóbal, dejando una grata impresión. Lanceó muy bien a la verónica a
su oponente y tuvo el torero detalle de brindar su faena al maestro de la
escuela merideña, banderillero Fabián Ramírez y a sus compañeros de cartel. Sereno
y en torero, Vázquez lidió con soltura a un deslucido añojo, que arrastraba los
cuartos traseros y se paró en seco. No obstante se apreciaron cualidades en el
muy joven aspirante que cuajó varios muletazos de buen trazo. Tras varios
intentos con la espada escuchó una cerrada ovación.
Ficha de la novillada
Plaza
de toros de Mérida.
Domingo
10 de junio.
Sexta
novillada sin picadores de la escuela taurina “Humberto Álvarez”.
Unas
quinientas personas en tarde fresca, con llovizna a partir del tercer novillo.
Cinco
erales y un añojo de Los Aranguez, bien presentados y de variado e interesante
juego. Nobles primero y segundo, complicados y peligrosos tercero y cuarto.
Bravo y encastado el quinto, sin duda el mejor y parado, tardo y soso el sexto.
Jeyson
Quintero “Finito de Mérida”, de fucsia y oro con remates negros: Vuelta tras
leve petición.
Francisco
“Chico” Paredes, de verde esmeralda y plata: Saludos.
David
Osorio, de lila y azabache: Vuelta.
Juan
Guillén, de rosa y plata: Saludos.
Alejandro
Mejía, de tabaco y azabache: Vuelta tras leve petición.
Becerrista
Joselito Vázquez: Saludos.
Eficientes
y acertadas las cuadrillas.
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