lunes, junio 18, 2012

En Chiguara, con amigos del toro así, para que enemigos



Para colmo de males en el sitio no habían agentes de orden público, ni  equipo de primeros auxilios, ni bomberos, mucho menos una ambulancia…

Un lleno impresionante...

Freddy Ramírez "Garapuyo" Nuestra degradada fiesta brava a cada instante le atacamos por los cuatros costados,  lo pudimos ver el pasado domingo en la población de Chiguara, Municipio Sucre del Estado Mérida.

Que lastimoso ver como una afición y publico en  general que  llenaba el  coso taurico con la expectativa que habían despertado los matadores de toros Gonzalo de Gregorio, Leonardo Rivera y Jonathan Guillen y el novillero Juan Guillen;  que ataque tan artero y acá muchos somos cómplices, desde  el ganadero, pasando por los organizadores, que un día antes no sabían que ganado se iba a lidiar y hasta los protagonistas del ruedo que aceptaron actuar  sin saber que novillos se correrían.


 Incongruente...Lo más viejo de la ganadería de Bellavista, toro  con cinco años sobrero de la feria de San Sebastián enviado a festival sin picadores.

Desde muy temprano, una vez que sus hijos compartieron  con los padres, vimos cual procesión con los atuendos propios  de ir a una tarde de toros, en masa  llenaban el coso hasta los arcos.

Foto G Savedra.  Leonardo Rivera.

Se acercaba la hora  y “Los novillos”  no hacían el arribo a la plaza, una vez que llegaron,  vimos como los interesados y curiosos corrian raudos hacia la sima del camión, caras largas y de disgusto,  alguien sacaba una vara y la armaba con una puya para picar vacas, mal augurio, en aquellos cajones con el logo de la Cruz de Hierto podía estar un toro viejo,  alguna alimaña o algo fuera de lo común.

La antítesis.  Se lidia lo más joven de la ganadería con este becerrito.

Todos los que acudimos confiábamos que  el festival siendo benéfico, para las obras parroquiales  de la Iglesia del pueblo seria de pleno disfrute, tanto para el ganadero como para los toreros y publico, puesto que los Festivales en cualquier plaza del orbe taurino  se estila y es tradición escoger novillos de muy buena reata,  bonitos y recogiditos de pitones, los cuales deben estar despuntaitos y con los kilos precisos para un festival sin picadores.

Familias con sus niños entrando a la plaza….! 


Que equivocados estabamos, el que abrió plaza era un becerrito de recién destete, el segundo,  -según el mayoral e hija del ganadero- tenia cinco años seis meses y pesaba mas o menos quinientos cincuenta kilos de peso, sobrero de la pasada feria de San Sebastián en San Cristóbal  en puntas, -nada rematado y tampoco en tipo-, los cuartos traseros eran de un autentico búfalo, alto de agujas, amorillado, con unas manos equinas y largas, ojos saltones, pelo negro y con un pitón derecho como  garfio afilado.

El tercero fue un novillo de bandera, enrazado de unos  trescientos kilos de peso, bonito de tipo, de largas, repetidas y humilladas embestidas.

El que hizo último,  no fue  novillo, era una vaca mansa  que salió buscando quizás a su recién  destetado hijo que fue despachado en primer lugar.

Ya con esta descripción,  podrán imaginarse lo acontecido  en el ruedo. En resumen Gonzalo de Gregorio se las vio negras para conseguir el sitio ante el inquieto becerro, muecas de desagrado por parte del soberano, algún llanto de un niño al tomar estoque y pasaportar el inofencivo becerrito. 

Con el animalote segundo -El cunico pandio- el público apretujado donde habían demasiados niños se estremeció con la presencia de aquel arrogante toro- -que no panda el cunico-  sí aquel gigante animal con cuernos amagaba saltar a las gradas. ¿Que pudo haber pasado?,  tragedia, pánico, como le hubiese quedado la conciencia al ganadero y organizadores, sí este toro viejo cogía y corneaba a Leonardo Rivera o a los banderilleros Ali Trejo, Fabián Ramírez y Alonso Díaz. 

Foto....  ¿Carlos Gonzalez...? derechazo de L Rivera.


Demasiado hizo Leonardo Rivera, quien se lo pensó dos veces, pero ante el tumulto de gentes y por respeto a los que pagaron una entrada actuó. lances de recibo a  la verónica y dos tandas de naturales ha  sido lo único que el toro de Bellavista tenia en sus adentros lo demás fue genio y sentido, el toro se tapo con la cara alta, imposible de conseguir y ver  la muerte.



El tercero de la tarde  fue  la única res que dio opción para que Jonathan Guillen se luciera tanto a la verónica como en las series de naturales, al pincharle Guillen perdió toda opción de orejas.

El cuarto, que fue cuarta, (vaca) el novillero Juan José Guillen estuvo  voluntarioso, la vaca poco o nada se dejó,  ella  buscando por donde irse de la plaza y el muchacho  atacándola, pases aislados algunos  con el corte de artista. 

Al final, entrada la noche y con música pachanguera de fondo, aun se percibia el murmullo de algunos por el peligro sordo de aquel toro,  llamado de atención y punto de reflexión para la ganadera y organizadores, de parte de todos para que estos hechos no vuelvan a ocurrir en nuestra maltrecha fiesta brava. 

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