Para colmo de males en el sitio no habían agentes de orden público, ni equipo de primeros auxilios, ni bomberos, mucho menos una ambulancia…
Un lleno impresionante...
Freddy Ramírez "Garapuyo" Nuestra degradada fiesta brava a cada instante le atacamos por los cuatros costados, lo pudimos ver el pasado domingo en la población de Chiguara, Municipio Sucre del Estado Mérida.
Que lastimoso ver como
una afición y publico en general que llenaba
el coso taurico con la expectativa que habían despertado los matadores de toros Gonzalo de Gregorio,
Leonardo Rivera y Jonathan Guillen y el novillero Juan Guillen; que ataque tan artero y acá muchos somos cómplices, desde el ganadero, pasando por los organizadores,
que un día antes no sabían que ganado se iba a lidiar y hasta los protagonistas
del ruedo que aceptaron actuar sin saber
que novillos se correrían.
Incongruente...Lo
más viejo de la ganadería de Bellavista, toro con cinco años sobrero de
la feria de San Sebastián enviado a festival sin picadores.
Desde muy temprano, una
vez que sus hijos compartieron con los
padres, vimos cual procesión con los atuendos propios de ir a una tarde de toros, en masa llenaban el coso hasta los arcos.
Foto G Savedra. Leonardo Rivera. |
Se acercaba la
hora y “Los novillos” no hacían el arribo a la plaza, una vez que llegaron, vimos como los interesados
y curiosos corrian raudos hacia la
sima del camión, caras largas y de disgusto,
alguien sacaba una vara y la armaba con una puya para picar vacas, mal augurio, en aquellos cajones con el logo de la Cruz de Hierto podía estar un toro viejo, alguna alimaña o algo fuera
de lo común.
La antítesis. Se lidia lo más joven de
la ganadería con este becerrito.
Todos los que acudimos confiábamos que el festival siendo benéfico, para las obras
parroquiales de la Iglesia del pueblo
seria de pleno disfrute, tanto para el ganadero como para los toreros y
publico, puesto que los Festivales en cualquier plaza del orbe taurino se estila y es tradición escoger novillos de
muy buena reata, bonitos y recogiditos
de pitones, los cuales deben estar despuntaitos y con los kilos precisos para
un festival sin picadores.
Familias
con sus niños entrando a la plaza….!
Que equivocados estabamos, el
que abrió plaza era un becerrito de recién destete, el segundo, -según el mayoral e hija del ganadero- tenia
cinco años seis meses y pesaba mas o menos quinientos cincuenta kilos de peso,
sobrero de la pasada feria de San Sebastián en San Cristóbal en puntas, -nada rematado y tampoco en tipo-, los
cuartos traseros eran de un autentico búfalo, alto de agujas, amorillado, con
unas manos equinas y largas, ojos saltones, pelo negro y con un pitón derecho
como garfio afilado.
El tercero
fue un novillo de bandera, enrazado de unos trescientos
kilos de peso, bonito de tipo, de largas, repetidas y humilladas embestidas.
El
que hizo último, no fue novillo, era una vaca mansa que salió buscando quizás a su recién destetado hijo que fue despachado en primer
lugar.
Ya con esta descripción, podrán imaginarse lo acontecido en el ruedo. En resumen
Gonzalo de Gregorio se las vio negras para conseguir el sitio ante el inquieto becerro, muecas de desagrado por parte del soberano, algún llanto de un niño al
tomar estoque y pasaportar el inofencivo becerrito.
Con el animalote segundo -El cunico pandio- el público
apretujado donde habían demasiados niños se estremeció con la presencia de
aquel arrogante toro- -que no panda el cunico- sí aquel gigante animal con cuernos amagaba
saltar a las gradas. ¿Que pudo haber pasado?,
tragedia, pánico, como le hubiese quedado la conciencia al ganadero y
organizadores, sí este toro viejo cogía y corneaba a Leonardo Rivera o a los
banderilleros Ali Trejo, Fabián Ramírez y Alonso Díaz.
Foto.... ¿Carlos Gonzalez...? derechazo de L Rivera. |
Demasiado hizo Leonardo Rivera, quien se lo pensó dos veces, pero ante el tumulto de gentes y por respeto a los que pagaron una entrada actuó. lances de recibo a la verónica y dos tandas de naturales ha sido lo único que el toro de Bellavista tenia en sus adentros lo demás fue genio y sentido, el toro se tapo con la cara alta, imposible de conseguir y ver la muerte.
El tercero de la tarde fue la única
res que dio opción para que Jonathan
Guillen se luciera tanto a la verónica como
en las series de naturales, al pincharle Guillen perdió toda opción de orejas.
El cuarto, que fue cuarta, (vaca) el novillero Juan José
Guillen estuvo voluntarioso, la vaca
poco o nada se dejó, ella buscando por donde irse de la plaza y el
muchacho atacándola, pases aislados
algunos con el corte de artista.
Al final, entrada la noche y con música pachanguera de fondo, aun se percibia el murmullo de algunos por el peligro sordo de aquel toro,
llamado de atención y punto de reflexión para la ganadera y
organizadores, de parte de todos para que estos
hechos no vuelvan a ocurrir en nuestra maltrecha fiesta brava.
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