De Maravillas Gregorio Torres “Maravilla”, |
Said
Moanack.
La primera del abono de la Feria Internacional de San Sebastián tuvo un inicio
deslucido, los toros desentonaron en comportamiento, apenas al cuarto le cortaron una oreja y el
cuarto fue victima del castigo de la autoridad.
En orden se corrieron siete toros, el primero
de la ganadería venezolana de San Mateo para el rejoneador Francisco Javier
Rodríguez que se estrelló con un toro manso sin embestidas que lo hizo deslucir
en el toreo a caballo que no acaba por definir, luego se corrieron seis
variados astados de Rancho Grande, El Prado y Consolación que sólo tuvo en el
tercero un toro de buena embestida.
Abrió plaza el rejoneador Rodríguez que
defeccionó con la cabalgadura, la suerte de rejones y la ejecución de los
tercios que terminaron aburriendo a los presentes en la Monumental de Pueblo
Nuevo.
Los de
a pie
No tuvieron mayor tela que cortar, en el
primero Juan Bautista Jalabert en el primero Algarrobo de 440 kilos y con el
hierro 18 de Rancho Grande fue desapercibida su actuación. Con el segundo el
francés Jalabert se adornó hasta donde pudo y se frustraron sus intenciones
ante el rajado Escribano número 165 de los rancheros que peso romana 475, para
ser el castaño más toro de la tarde.
Vivió mejor tarde el español Javier Castaño
que cumplió con una faena regular y de efectos en el tendido con un toreo
pueblerino al primero de su lote Tunante de 46 kilogramos y con el hierro 184
de la ganadería de La Consolación otro hierro de la familia Molina Colmenares.
Con el segundo Castaño ejecutó una faena de habilidad que le permitió cortar un
oreja al segundo de su lote Jardinero de 445 kilos y con hierro 17 para
convertirse en triunfador de la tarde.
El castigado de la tarde fue Gregorio Torres
“Maravilla”, le robaron dos orejas ganadas a ley con el primero en turno de nombre
Batutero de 445 kilogramos, herrado con el número 155 que fue el de mejor
comportamiento de la tarde.
“Maravilla” estuvo a la altura del burel, fue
superior, le brindó a Hugo Alberto Molina y desplegó toda la técnica de la
tauromaquia aprendida, con temple y mando, en nivel superior de capacidad a
Jalabert y Castaño que pasaron desapercibidos.
Tuvo Gregorio Torres en sus manos un dije y
le pinto pinceladas de toreo, fue un torero en el ruedo que lamentablemente fue
despreciado por la comisión taurina de San Cristóbal que le negó dos orejas
ganadas a la verdadera capacidad torera del ruedo desplegada por el
“Maravilla”.
Luego del robo al primero del lote de
Gregorio Torres “Maravilla” el venezolano sufrió el sindrome del toro rajado con Zapatero de
Rancho Grande de 446 kilos y con el hierro 16 de esta divisa tachirense que
apagó las luces de una corrida deslucida para los pocos aficionados que no
llenaron ni un cuarto de plaza.
Feria
de San Sebastián 2015.
Miércoles 28 de enero. Toros de Rancho Grande (2º, 4º y 6º), El Prado (7º), La
Consolación (3º) y para rejones (1º) de San Mateo, dispares de presencia y
juego. Pesos: 520, 440, 460, 445, 465, 445 y 446 kilos. Francisco Javier Rodríguez, silencio tras aviso. Juan Bautista Jalabert, silencio en ambos. Javier Castaño, oreja y silencio. Gregorio Torres “Maravilla”, palmas
tras petición y silencio.
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