Guillermo Rodríguez.
Una de
las pocas Escuelas de tauromaquia que ha tenido sustento, creatividad ,
buen juicio y formaciòn de generaciones de toreros, banderilleros, picadores,
monosabios, la de Santiago de Cali, acaba de sufrir una cornada de
pronòstico reservado con la decisiòn de la plaza de toros de la ciudad de
abandonar su Consejo Directivo y la Asamblea de Fundadores.
Se conoce de las comunicaciones cruzadas entre la gobernación del Valle y la plaza que preside Don Alfredo Domínguez.
La plaza de toros de Cali solicitó a la gobernación del Valle la voluntad expresa de no continuar haciendo parte del Consejo Directivo ni de la Asamblea de Fundadores de la Escuela de Tauromaquia Santiago de Cali y constituida desde 1991, justamente el año mágico del maestro Rincón cuando saliò 4 veces consecutivas por la puerta grande de Las Ventas.
La gobernación pidió el Acta donde se exprese la decisión mayoritaria y válida de la Asamblea a través del Consejo Directivo, a fin de proceder de conformidad.
En noviembre la plaza de toros de Cali confirmó la decisión mayoritaria para retirarse.
Fue el rey Don Fernando VII quien fundó en Sevilla una Escuela de Tauromaquia en el proceloso siglo 19, centuria en la que los países de su orbita en la lejana América optaron por la libertad. ante el desafecto de la corona con los problemas reales de los comunes a quienes caso omiso hicieron en sus demandas de inclusión social ( como que poco ha cambiado pero este es otro tema ).
9 días después del pronunciamiento del 20 de julio de 1810 ese viernes de mercado en la pequeña aldea que era Santafé se dio una corrida de toros.
La plaza y la Fundación (esta última ya extinguida) siempre apoyaron desde ese 1991 la Escuela , modelo de enseñanza, de buen tino a través de sus profesores, educandos, directores.
No son buenos tiempos para nuestra tauromaquia y lo expreso con profundo respeto y mucha tristeza pues desde dentro como en la historia del caballo de Troya se horada la fuente del recambio generacional, la Escuela de la que nos sentimos orgullosos los aficionados, los vallecaucanos los primeros, mis colegas de la prensa en esa región y quienes hemos mirado siempre a ese norte que se nos marca desde Cali como modelo (otrora) de manejo taurino y financiero.
No sé si habrá un Valcarreres o García Padròs que cure esta herida profunda que la plaza , propia plaza de toros de Cali le asesta a uno de sus más preciados lujos, la Escuela, parece va camino a la extinción como tantas cosas de nuestra tauromaquia .....
Esperemos que haya un salvavidas para ese orgullo taurino americano que es la Escuela de Turomaquia de Cali que no solo forma profesionales sino hombres de bien.
Se conoce de las comunicaciones cruzadas entre la gobernación del Valle y la plaza que preside Don Alfredo Domínguez.
La plaza de toros de Cali solicitó a la gobernación del Valle la voluntad expresa de no continuar haciendo parte del Consejo Directivo ni de la Asamblea de Fundadores de la Escuela de Tauromaquia Santiago de Cali y constituida desde 1991, justamente el año mágico del maestro Rincón cuando saliò 4 veces consecutivas por la puerta grande de Las Ventas.
La gobernación pidió el Acta donde se exprese la decisión mayoritaria y válida de la Asamblea a través del Consejo Directivo, a fin de proceder de conformidad.
En noviembre la plaza de toros de Cali confirmó la decisión mayoritaria para retirarse.
Fue el rey Don Fernando VII quien fundó en Sevilla una Escuela de Tauromaquia en el proceloso siglo 19, centuria en la que los países de su orbita en la lejana América optaron por la libertad. ante el desafecto de la corona con los problemas reales de los comunes a quienes caso omiso hicieron en sus demandas de inclusión social ( como que poco ha cambiado pero este es otro tema ).
9 días después del pronunciamiento del 20 de julio de 1810 ese viernes de mercado en la pequeña aldea que era Santafé se dio una corrida de toros.
La plaza y la Fundación (esta última ya extinguida) siempre apoyaron desde ese 1991 la Escuela , modelo de enseñanza, de buen tino a través de sus profesores, educandos, directores.
No son buenos tiempos para nuestra tauromaquia y lo expreso con profundo respeto y mucha tristeza pues desde dentro como en la historia del caballo de Troya se horada la fuente del recambio generacional, la Escuela de la que nos sentimos orgullosos los aficionados, los vallecaucanos los primeros, mis colegas de la prensa en esa región y quienes hemos mirado siempre a ese norte que se nos marca desde Cali como modelo (otrora) de manejo taurino y financiero.
No sé si habrá un Valcarreres o García Padròs que cure esta herida profunda que la plaza , propia plaza de toros de Cali le asesta a uno de sus más preciados lujos, la Escuela, parece va camino a la extinción como tantas cosas de nuestra tauromaquia .....
Esperemos que haya un salvavidas para ese orgullo taurino americano que es la Escuela de Turomaquia de Cali que no solo forma profesionales sino hombres de bien.
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