domingo, diciembre 21, 2014

MORANTE de la Puebla (II): Lo que me gusta de Morante



Por: Paco Carmona

 
Morante en Ronda (Detalle de Fotografía de Andrés Lorrio del libro Morante de la Puebla. Tratado de Armonía).

Larazonincorporea.De Morante se ha hablado mucho y muy bien. Sería una obscenidad hablar mal de quién conoce el toreo de arriba abajo, de quien es santo y seña para todo aquel que se precie de gustarle lo bueno.

Se habla de Morante como si fuera tal cosa, pero sobretodo se habla de aquello que a mí ni me va ni me viene.

Tengo que reconocer que de Morante, como se dice del cochino, me gustan hasta sus andares pero le encuentro un especial sabor a aquellas partes del mismo que no son tan valoradas o llamativas para la mayoría.

A decir verdad, me gusta de Morante, aún más, lo que no se ve, aquello que no entra por los ojos a primera vista, que aquello que estamos acostumbrados a paladear.

Me preocupa poco su atrezo, su accesorio, su puesta en escena, su coleta natural, su puro, sus sombreros, sus patillas, sus manías e incluso sus autobuses... y me interesa sobremanera su verdad, su capacidad, su técnica, su valor, su conocimiento, su historia, su evolución, su ambición, su talento, su genial adaptación y su increíble torería.

De Morante me preocupa poco su atrezo, su accesorio, su puesta en escena, su coleta natural, su puro, sus sombreros, sus patillas, sus manías e incluso sus autobuses…

Que a Morante lo parieron torero lo saben hasta los gallos de su finca… y las piedras de su calle (En la foto –del archivo personal del torero- con su primo Juan Carlos)


…De Morante me interesan sobremanera su verdad, su capacidad, su técnica, su valor, su conocimiento, su historia, su evolución, su ambición, su talento, su genial adaptación y su increíble torería.

En Morante conviven, y de la mejor manera, todos los clásicos antiguos y el artista más actual que pueda existir. Conversan el martinete y la balería, la seguiriya y la rumba.

Estudioso del toreo y virtuoso como nadie, ha sabido hacerle al toro todo aquello que soñaba siendo un niño, con todas las referencias del pasado pero de un modo muy presente.

Que a Morante lo parieron torero lo saben hasta los gallos de su finca, pero no por eso este torero ha dejado de castigarse ni rebuscarse.

Dicen que sarna con gusto no pica. Morante ha adquirido un compromiso con la Historia del que no estoy seguro que los aficionados sepamos estar a la altura de lo ocurrido hasta ahora. Siempre tuvo referencias claras de la Escuela sevillana y un cierto sabor a marisma, supo combinar el oficio y la gracia, pero aquello se quedaba un poquito corto, un poco superficial.

Era un torero que sabía torear pero no hacía el cante, un torero de buenas maneras pero sin amar. Un artista de río cuando podía conquistar la mar.

Y mira si lo hizo...

El artista de río que acabó conquistando el mar (Foto ABC

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