martes, octubre 21, 2014

JESUS SOTO: guitarrista y cantante

Foto. Leo Ramar. Soto con Nora Amaral Fundadora del Ateneo

Nota al margen.  El amigo,  el periodista Leopoldo Ramírez desde hoy  tendrá en este blogs  una ventana al mundo para sus interesantes reportajes, crónicas e informaciones.   -Publicad@s en el Diario Frontera de Mérida-  Hoy le llevamos la crónica que  “Leoramar” le dedicó  a su amigo el artista Jesús Soto.  


Por: Leopoldo Ramírez

El artista, Jesús Rafael Soto es la máxima representación del cinetismo, o arte en movimiento de la plástica nacional y quizás con Arturo Michelena o Armando Reverón conforman ese trío maravilloso en la escena cultural venezolana.

En esta ocasión ofreceremos a los lectores una imagen distinta pero no menos apasionada de este guayanés que se aventuró a vivir en París en la década del cincuenta para ampliar sus conocimientos pictóricos tras sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de Caracas.


Foto Leo Ramar. Jesús Soto con Iván Vivas, Carlos Contramaestre, Jesús Guerrero y  Rómulo Contreras
En la ciudad luz, parisina, estudió a Calder, Vasarely, Mondrián y conoció de cerca a sus paisanos “Los Disidentes” Alejandro Otero, Mateo Manaure, Pascual Navarro y el tovareño Elbano Méndez Osuna, entre otros.

Pero necesitaba subsistir porque el arte plástico no ofrecía en sus inicios el dinero para residir en esa capital europea. Sus conocimientos de guitarra y su canto se hicieron presentes en avenidas,  Metro, o el barrio Latino.

Una anécdota interesante  refleja en esos momentos sus actuaciones artísticas en la música. Su madre, Doña Emma Soto en la lejana Ciudad Bolívar se enteró de los éxitos de su hijo Jesús Soto en París y pensó en conciertos de guitarra y veladas folclóricas con música latinoamericana. Sin embargo, el venezolano comenzaba a saborear las mieles del éxito en la plástica, en un movimiento de moda: El cinetismo, arte en movimiento.

Integra un grupo de música latina y le enseña a tocar guitarra a un español que con el tiempo llegó a ser gran concertista del instrumento de Segovia. Nos referimos a Paco Ibáñez con quien grabo un compendio de música latinoamericana.

Tocaba y cantaba con un  grupo de venezolanos en amenas reuniones privadas. Prueba de ello, esa magnífica fotografía donde aparece con Elbano Méndez Osuna, en la mandolina;  Jesús Soto en la guitarra,  Ángel Hurtado, en las congas y un maraquero excepcional Oswaldo Vigas.


Jesús Soto grabó dos discos compactos cantando boleros de Agustín Lara  y música venezolana con el gran guitarrista larense Rodrigo Riera.

JESUS SOTO EN TOVAR

Corría la década de los ochenta del siglo próximo pasado y nuestro dilecto amigo Iván Vivas Garí viajó a París con su paisano el Economista Rodrigo Guerrero. Allí conocieron a Jesús Soto y entablaron una entrañable amistad que duró hasta la muerte del genial venezolano.

Con motivo del Encuentro Cultural Andino que organizó el doctor Rafael Ángel Gallegos Ortiz  con miras a lograr una Extensión Universitaria para Tovar fueron invitados de honor el artista plástico  Pedro León Zapata, el notable arquitecto Fruto Vivas, el tovareño Carlos Contramaestre, la exquisita cantante Morella Muñoz y Jesús Soto.

En el coctel de bienvenida en la casa de hogar de Iván Vivas Garí el periodista  que escribe estas notas  tuvo el inmenso placer de conocer personalmente a Jesús Soto. Justo en elmomento que tocaba su guitarra y cantaba a dúo con Morella Muñoz uno de los boleros más emblemáticos y representativos de la bohemia romántica. “Contigo” de Claudio Estrada y popularizado por Los Panchos.

Cada vez que Jesús Soto venia al país procedente de Europa o cualquier ciudaddonde expusiera sus obras cinéticas visitaba esta tierra del Valle del Mocotíes.

Soto adquirió un terreno en el sector “Los Espinos” de Bailadores y en compañía del arquitecto Fruto Vivas diseñó  una casa de campo que aún guarda parte de su valiosa colección personal.

Ejemplo que años más tarde siguió otro gran artista, Carlos Cruz Diez en la simpática Bailadores.

Jesús Soto siempre viajaba con su guitarra bajo el brazo por esos mundos donde le llevaba su magnífica obra.

En muchas de esas agradables veladas musicales recordaba los boleros de Agustín Lara, Ortiz Tirado, Juan Arvizu y Néstor Chaires.

Grato es comentar que los maestros Alírio Díaz, Carlos Cruz Diez y Jesús Soto decidieron festejar y celebrar sus 80 años en esta ciudad donde hubo derroche de música larense y boleros con el acompañamiento delas guitarras eximias de Soto y Alirio Díaz. Auténticos y memorables conciertos  musicales. 

Y precisamente en una de noches de bohemia musical en casa de Iván Vivas (El Llano de Tovar) se hablaba de organizar una Exposición de obras Cinéticas de Jesús Soto en el Ateneo de Tovar.

Con asistencia del autor, las ateneístas Nora Amaral y Marina Moncada propusieron bautizar este centro cultural con el nombre del asiduo visitante. Jesús Soto aceptó gustosamente por su amor a esta tierra de hombres amantes de la cultura universal.

Jesús Soto se nos marchó físicamente pero en estas tierras del Mocotíes quedó sembrada una férrea amistad del creador con los noveles artistas que en cada ocasión aprovechaban sus sabios concejos en muchas charlas y conferencias oían su palabra aleccionadora.

Lejanos están los tiempos de Soto en París buscando nuevas salidas a sus planteamientos plásticos probando sobre dos superficies.Una madera rayada y otra rayada en una superficie de plexiglás  o con tres plexiglás acercándola y alejándolas para conformar su primera experiencia cinética que bautizó en honor a su maestro Carlos Raúl Villanueva “La cajita para Villanueva”

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