A los recios
criadores de mi tierra, artífices de un toro manejable.
Por: Jesús Araujo “Castoreño”
La inmensidad de la sabana y las
quebradizas tierras andinas, unas, con mustios mogotes, morichales, charcas y
tranqueros, otras, con tapiales arropados de musgos, pastos siempre verdes y
clima chaquetero, son habitas para la cría y levante del Box Taurus Ibericus o
toro de lidia, animales imponentes que no conocen de clemencia y saben para que
tienen los pitones.
En Venezuela, la casta ha tenido renombre,
eso si, gracias a hierros que le han dado prestigio a este difícil arte, pues
ser ganadero de lidia no es improvisar con unas hectáreas para luego ponerse
una gorra “chula” un tabaco y mucha presunción por delante.
Guayabita, distinguido lector fue
rectora, pionera, casta para encastes, punta, sangre directa y mucho mas, aun desaparecida, sigue siendo gloriosa,
nivel que ayudo a esculpir Diamante Negro, Cesar Girón sin olvidar al mismo
Manolete.
Fue raíz de muchas intentonas en la
formación de vacadas, la torería de los años 60 probaron sus impetuosas
embestidas y gracias a ellas, Venezuela fue tomando forma como país taurino en
lo referente a lo bravo, vacada legendaria que “paseo” dehesas gracias a un
andino apasionado como Gomez, quien, junto a sus hijos, vieron el “ligar “en la
descendencia de aquel regalo de Belmonte para el Benemérito con vacas criollas
de Banco Largo.
Sus vientres sirvieron para que
la leyenda brava continuara, surgiendo entre pastizales la respetada Los
Aranguez,toros agradables de cara seria, presencia de respeto y embestidas manejables, trayendo al recuerdo a
“caracolito” indultado por El Tovareño en su tierra, encuentro de seda en la
muleta con inanez de lentitud en las acometidas.
Ahí esta,
esta brava vacada, larga y triunfal y hay están los Riera, orgullosos de su
paciencia y dedicación convertida en divisa de admiración e historia
Otra con historia en su palmares es
Campo Largo, divisa verdi grana con calidez Lusa que maneja Don Juan Campo Largo,
toros de embestida recia a los que hay que poderles, de trapío llamativo, su
nombre siempre aparece en los carteles de feria del país.
Santa Fe de los Otto Rodriguez, son
toros agradables con chispas de alegría en el acometer a las telas toreras,
para recuerdo, pensemos en “cristalino”
en manos de Antonio Ferrera en la importante feria del Sol en Merida, su
nobleza le trajo gloria a la divisa,prestigioy nombre...
De la inclemencia
solariega de la planicie llanera, donde los vuelos de garzas contrastan con el
graznar de las bandadas de guacamayos y alharacas de loros, nos ubicamos bajo
el cielo aun de los andes, abriendo el telón con los Molineros de Hugo, Rancho Grande,
El Prado y La Consolacion,estas ultimas de Huguito y el apreciado “Morocho”.
Tienen estos criadores en sus toros auténticos
dijes,todo,gracias a la visión e inversión de Hugo Domingo cuando adquirió los
tres indultados hace 25 años de Torrestrella,tiempo preciso para la definición
y la pureza en el ligue.
Cuantas glorias las de estos toros,
cuantos triunfos, cuantos titulares envidiables, indudablemente la mejor de Venezuela,
la apetecida y exigida por las figuras, señera en el historial de la ganadería
brava en los andes…para toda Venezuela.
Mérida es tierra de
prados y paisajes de ensueño, su aire y su clima son perfectos para la cría del
delicado toro de casta.
La desaparecida Carbonera
tuvo prestigio fue respetada y temida, sus toros,serios,peludos,cenizos y con
arboladura ,le dieron muchas satisfacciones a su criador Don Fabio Grisolia, recordemos a
“sonajero, pajarraco, tamarindo, matajacas bambuquero y Jajicero en manos de
Javier Rodriguez, todos de imponente trapío pero son en su embestida.
Los Ramírez fue el sueño
palpable de un ganadero recio amante del dialogo taurino, el cual manejaba con
mucho tecnicismo…Don Cheo Ramírez Cuevas.
Decía Cheo que la ganadería se
llamaría Vero de Agua por el pasto de sus tierras, cosa que se virtio en Los Ramírez
para personal alegría de los suyos, recordando a “buena copa” lidiado en San Cristóbal
cuando salto a la arena de la ciudad señora, el primer encierro de este hierro,
idoneidad de su hijo Ricardo,quien,con mucho tino, celo y pasión ha hecho de esta
divisa, un hierro a escrutar dada la prontitud en el cite y la acometida en la embestida,
toros para calibrar temples
La imponente Cruz de Hierro de
Orlando Ehenagucia cría toros para matadores, de recia arboladura, testuz aleonado,
carne en sus lomos y mirada fría,
calibra a aquellos hombres de luces entorchados en abrazo doctoral, son miles y
miles de aficionados “toristas” que ovacionan la presencia en el ruedo de esta
hermosura brava, cuyos pitones, parecieran herir el firmamento buscando en
lontananza, el porque de su bravura…En una bendición divina, bañada de aguas y luz,
pasta una divisa andina ,con el nombre de La Cruz.
Los Marañones del dialogante Andrés
Miguel Velutini,son toros agradables de presencia bonita que cuando embisten
descubren toreros fuera de sitio, cómodos pero con peso y edad, en el recuerdo
están muchos toros laureados entre ellos “conquián” En manos de Juan José Girón
que se mereció los honores del perdón, toros criados bajo el cielo azul de la
campiña sureña Merideña, infaltables en los carteles de ferias en el país.
Otras benjaminas
preparan sus pupilos en silencio para un futuro próximo, El Trébol de Augusto
Rodriguez,Campo Pequeño de José Luis Rodríguez y Gabriel Manfredi…y si yo,
hubiese tenido pastos bravos, los
hubiese llamado La Lucia con divisa café y nieve, pequeño homenaje a los
criadores de chaqueta larga y aromado puro de mi tierra Venezolana…va por Uds. Castoreño
en mano.
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